jueves, 24 de diciembre de 2009

Feliz Navidad y Feliz 2010

Llegan las navidades y el 2009 toca a su fin. Lo que ha sido un año económicamente muy difícil, deportivamente ha sido muy bueno, aunque con alguna sombra: un tremendo Barça que ha conseguido 6 títulos en la misma campaña, un Nadal   sufriendo mucho para volver a por sus fueros tras su lesión, un Cristiano Ronaldo que ha batido todos los records no deportivos, unas olimpiadas que se nos siguen resistiendo, la Selección de Baloncesto logrando el Oro en el Europeo de Polonia, la Selección de Fútbol nombrada de nuevo mejor Selección del Mundo, otra Copa Davis ganada por nuestra armada invencible, ...

Por nuestra parte, con nuestro humilde, pero apasionante proyecto de "Aprende del Deporte" hemos hablado de muchos y muy variados temas. Algunos actuales como Nadal, Calderon, Guardiola, Scariolo, Raúl, Maradona, Rafa Muñoz ... Otros aprendiendo de personajes de la historia del deporte como Chapman, Sindelar, Banks, Agassi, Petrovic, Fernando Martín, Jordan ... Hemos hablado del Tercer Tiempo, del Líbero, de los Fúbolistas Desconocidos y de increíbles ejemplos como el de Raquel Domínguez.

Hemos hablado de Compromiso, de Equipo, de Ejemplo, de Valores, de Liderazgo y de Humildad, pero sobre todo lo hemos hecho con mucho cariño y pasándonoslo muy bien.

Este años nuestro compañero Paco Alcaide ha publicado su magnífico libro Fenómeno de Fenómenos, y hemos fichado a un gran profesional para nuestro blog: Javier Lozano. En definitiva un buen balance para un año complicado.

Todo el equipo de Aprende del Deporte: Eduardo, José Ignacio, Lolo, Ricardo, Paco, Javier y en yo mismo, os deseamos unas felices fiestas y que el año que viene todos vuestros sueños, tanto personales como profesionales, sigan vivos y estén un poquito más cerca.

Nos veremos de nuevo el año que viene, cuando Enero se vuelva cuesta, y estas estupendas vacaciones se hayan convertido en un magnífico recuerdo.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Reflexiones sobre Liderazgo


Hablar hoy en día sobre liderazgo no resulta fácil. Existen multitud de teorías y escritos que nos pueden versar sobre el asunto con bastante profundidad. En mi caso, siguiendo mi particular filosofía de vida, no me atrevo a escribir de nada que no haya experimentado previamente en carnes propias.
La primera cuestión es la que todo el mundo se hace: ¿el líder nace o se hace? Mi particular opinión es que necesita de ambos. Un líder tiene que tener la carga genética que pueda desarrollarse y un ambiente o un adiestramiento que la alimente.
La clave es que una persona que ostente un cargo de responsabilidad puede mandar o liderar. En el primer caso, los subordinados se limitarán a obedecer por simples cuestiones de supervivencia; harán lo estrictamente necesario para cumplir para no ser reprendidos o culpados. En el segundo caso, los subordinados ascienden a la categoría de colaboradores, pues se sienten parte del proyecto, de la idea o de la visión y sienten que el cumplimiento de los objetivos es, en parte, culpa de ellos. Con esta última teoría, los participantes alimentan su autoestima, que es la fuente natural de la acción humana y perciben que son útiles dentro del proyecto o de la organización.
Os voy a dejar dos claros ejemplos de este asunto en distintas áreas de mi experiencia:
Cuando digo a mi secretaria que mañana a las 9 h tengo un comité directivo y tiene que hacer un informe para presentarlo, ella se limita simplemente a realizarlo y entregármelo. Ahora bien, si la digo que mañana necesito su ayuda porque tengo un comité directivo y tengo que triunfar, estoy convencido que ella va a estar toda la noche si es necesario para elaborar el mejor informe que pueda hacer, pues parte de mi triunfo es su éxito y alimentará su autoestima como eficiente colaboradora del objetivo en cuestión. Estoy compartiendo el éxito.
En el ámbito deportivo, os puedo contar otra historia: Cuando era Seleccionador Nacional, preparaba los partidos del siguiente modo: Mostraba a los jugadores un vídeo del rival y, en una pizarra, realizaba una matriz con las fortalezas y debilidades del contrario. Cuando finalizaba el vídeo, cada jugador tenía que decir una fortaleza o una debilidad que había visto en el rival. A continuación, volvía a preguntar a cada uno para que me diera una solución de cómo debilitar la fortaleza o cómo aprovechar la debilidad. Evidentemente, mi mayor experiencia y conocimiento hacía que algunas respuestas fueran redirigidas mediante el método mayéutico hacia el objetivo si resultaba un disparate su contestación.
El resultado final era que habíamos diseñado una estrategia que era de ellos y que en la pista debían defenderla y morir por ella. No era una imposición del jefe, sino una orientación del líder.
Reconozco que este método no es sencillo si se tiene un alto sentido de la vanidad, pero os puedo asegurar que es tremendamente efectivo para alcanzar nuestros objetivos propuestos si uno sabe en todo momento el papel que representa.
Como colofón y a modo de reflexión, os dejo una aseveración personal: La verdadera enfermedad de la actual sociedad del siglo XXI no es el cáncer o el sida, sino la vanidad.
Me encantaría estar equivocado.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Balón de Oro al futbolista desconocido


Hemos creado un mundo en el que sólo tiene cabida el éxito, todo está dispuesto para que el mecanismo que alimentamos indefinidamente nos haga ir cada vez más rápidos por un camino que sabemos, o por lo menos así lo creo yo, que conduce a destinos que tienen muy mala pinta.

La situación mundial que estamos viviendo en la actualidad tiene paralizado a 3/4 partes del mundo, a los que no tiene posibilidades, y totalmente desconcertado al otro cuarto, los que las tienen, pero tienen demasiado miedo a perder sus privilegios y se han atrincherado en sus cuarteles de invierno.

Pues bien, esto que nos ha sucedido, no tiene sus orígenes en una crisis inmobiliaria, financiera o de materias primas, ni está fundada en los desastres de una guerra mundial devastadora, tiene sus orígenes en una crisis de valores, de principios, de fundamentos y por supuesto, también en una crisis de líderes de talla que puedan ser los referentes con los que construir un futuro diferente y sólido.

Esto evidentemente contagia a todos los ámbitos de la vida, incluido al mundo del deporte, y muy especialmente al fútbol que es el más extendido de todos.

Una vez leí que existen en el mundo más de 250 millones de fichas federativas de personas que practican este deporte de modo “oficial”. Seguramente esta cifra se multiplicaría por cuatro si tenemos en cuenta todos aquellos que lo practican de manera informal en miles de descampados, en miles de calles, en miles de colegios,… Aún así estoy seguro que las 100 personas que más saben de fútbol en todo el mundo, sólo conocen a unos pocos miles, y de esos pocos tan sólo uno, una vez al año, alcanza el deseado premio del Balón de Oro.

Es decir cientos de millones de practicantes, unos pocos miles conocidos y sólo unas decenas pasan a la historia contada del fútbol mundial… como sucede con la vida misma, millones se esfuerzan durante toda la vida, unos pocos gozan de todo tipo de privilegios y tan sólo a alguno, el mundo le rinde toda su admiración. Otra vez, la medida del éxito vuelve a ser el reconocimiento, la riqueza, el poder…

Mi reflexión de hoy, puede que influida por los preparativos navideños, es la siguiente: Ser capaz de vivir haciendo lo que te gusta… ¿No es un gran éxito?

Es estupendo que te den el Balón de Oro. Pero lo verdaderamente maravilloso son todos los demás que hacen con su trabajo, con sus ilusiones, con su esfuerzo, aún sabiendo que nunca serán ni ricos ni famosos, que este deporte tenga la importancia que tiene.

Por eso hoy quiero pensar en los millones de futbolistas no conocidos, no recordados, ellos son al fútbol lo que la mayoría de los ciudadanos somos a la vida, los que la hacemos posible.

Hay vida fuera del éxito material, hay vida en lo cotidiano, en lo normal, en lo sencillo, en los partidos que vemos de nuestros hijos, en los partidos jugados con una pelota de trapo en el tercer mundo, en los partidos de las llamadas clases inferiores, en los de las personas invidentes, en los que juegan los amigos por la noche, en su ilusión, en sus miradas, en sus risas, en su compañerismo auténtico…

Por eso aunque hay que darle la enhorabuena a Messi por su Balón de Oro, hoy, tan sólo por esta vez, quiero felicitar y hacer un pequeño pero sincero homenaje a todo los que alguna vez habéis jugado de una u otra forma al fútbol, a los habéis reído y llorado, a los que habéis hecho amigos para siempre, a los que habéis dado una patada a un balón por el mero hecho de disfrutar la vida un poco más. A todos vosotros, a todos nosotros, a todos los futbolistas desconocidos mi Balón de Oro personal.

Gracias por existir, y espero que al menos cuando jugabais al fútbol, fueseis felices.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Divismos

Según el diccionario de la RAE, divo, en su primera acepción se define como “Dicho de un artista del mundo del espectáculo, y en especial de un cantante de ópera: Que goza de fama superlativa”. El sabio catálogo apunta además que el término es usado en muchas ocasiones en sentido peyorativo. El caso es que esa fama superlativa suele ser un distorsionador de la realidad importante y, para muchos, incomprensible. En este entorno, los “divos” y “divas” se encuentran allá donde su fama les sitúa. Y así nos encontramos divos operísticos, rockeros, poperos, teatrales, cinematográficos, literarios… y ante esta avalancha, los “mortales” nos topamos con historias sobre flores de colores como requisito para alojarse en un hotel, toallas por miles para actuar en determinado evento, compras estrafalarias, destrozos… Excesos propios del divo-a: divismos, tal y como recoge la RAE.

Y luego está esto del fútbol. Claro. Son muchos los ejemplos de divismo en el mundo del fútbol, en el de antes, aunque en menor medida, y en el de ahora. Se trata de otro tipo de excesos, resulta evidente. Pero son excesos, no lo olvidemos. Hablemos del Real Madrid-Almería.

Un día de incipiente frío mesetario de principios de diciembre, en pleno puente, el Almería visita el Bernabéu. Un buen portero (Diego Alves), un interior rápido de la estirpe íbera-escurridiza tan característica de las Hispanias Bética, Lusitana y Tarraconense (Albert Crusat), un medio granítico de destacables cualidades defensivas (M’bami) y algunos honrados profesionales más, dirigidos por el mejor rematador de la historia de Chamartín (Hugo Sánchez). Entre los locales, Cristiano vuelve al Bernabéu en Liga. La cosa empieza muy bien para los blancos. Pero Alves hace su trabajo. Tras 20 minutos frenéticos de empuje blanco, Alves mantiene su red tal y como la dejó el linier. Diez minutos después, Cristiano, acostado a la derecha del gol norte, centra con clase a la cabeza Ramos. Sergio se eleva, poderoso, sobre Acasiete, algo tímido, la verdad. Golazo. Tras la celebración circense del sevillano, Cristiano, le recuerda que el pase ha sido suyo. Nos vamos al descanso.

En el inicio de la segunda parte, el Real Madrid se descompone (según un agudo espectador sentado a mi espalda, aún más de lo que estaba…). Iker salva una estirándose abajo a su izquierda. En la jugada siguiente, en pleno desconcierto blanco, Soriano empata de rebote. Luego, Uche marca también. El rumor va en aumento. Cristiano se agita. Se le tuerce la cosa. Escucha algo resignado las indicaciones de Alonso que, superado por M’bami, trata de recomponer la figura del equipo con evidentes gestos que exhortan a sus compañeros a juntar las líneas. Cristiano va a lo suyo. En una jugada como otra cualquiera, agrede a Crusat, al que le saca una cabeza. Roja directa, espeta el parroquiano de detrás, algo mosqueado ya. Y esto es lo que piden los jugadores del Almería. El portugués, lejos de arrepentirse, manda callar a sus oponentes. Mantenella e no enmendalla. Alonso ladea la cabeza.

El empuje del Madrid propicia el empate de Higuaín y, tras esto, viene la jugada del penalti, a juicio de muchos, inexistente. Cristiano se apodera de la pelota, decidido a arreglar el desaguisado pateando desde los once metros. Chuta con su derecha a la derecha de Alves quien, adivinando la trayectoria, se estira y salva. El rechace lo recoge Benzema que, a la sazón, llega con presteza sospechosa. Marca, eso sí, de forma inapelable. Cristiano se queda absorto en los once metros. Granero se dirige al luso quien, en su mundo de divo, no comprende cómo él no forma parte de la fiesta. Ni mira a su compañero.

Aquello sigue, ya en otro tono, con el Almería muy menguado. Dos minutos después, Higuaín se escapa por la derecha. En su carrera, ve a Cristiano que cobra ventaja por el centro gracias a su extraordinaria velocidad. Centra. Cristiano acomoda su carrera a la llegada del balón y marca. En su celebración se dirige a la esquina este del fondo sur, justo al lado contrario de donde le llegó el pase. Donde están los fotógrafos. Va quitándose la camiseta. Cuando por fin se zafa de ella, le espera la foto. Allí está él, sin un compañero que le haga sombra. Como un Antínoo del siglo XXI. Pleno de sí.

Tarjeta amarilla, era evidente. Cinco minutos después, llega el exceso final. En una jugada donde Cristiano tuvo la oportunidad de combinar con hasta tres compañeros, se entregó a la filigrana innecesaria. Ortiz, que no quiere ser parte de la fiesta, le tira una tarascada fea. El portugués devuelve el golpe aún más a destiempo. Segunda amarilla. Igual era roja directa, pero como indica el acta, se trata de la segunda amarilla. Dos espectadores a mi derecha comentan, algo azorados, el pase de modelos del cuarto gol y se acuerdan de su inutilidad. El agudo parroquiano recuerda que el próximo partido de liga se juega en Mestalla, que no es poca cosa. Este ha sido el partido de Cristiano, para lo bueno, que es muchísimo y para lo malo, que es más de lo que debería.

Cristiano vale el precio de la entrada. Y es, de largo, el mejor jugador del equipo. Sin embargo, se hace difícil pensar en un liderazgo del luso en el grupo a tenor de su comportamiento. ¿Cómo se podría adecuar sus actuaciones a lo que se espera de él? ¿de qué forma se han de conducir sus excesos? ¿cómo gestionarlo? ¿quién debe hacerlo? En suma, ¿cómo alinear los objetivos individuales con los grupales en los equipos humanos? Aquella vieja pregunta con una esquiva respuesta...

jueves, 3 de diciembre de 2009

Recordando a Fernando Martín


Hoy hace veinte años que Fernando decidió dejarnos dentro de un vacio imposible de rellenar, y si le preguntáramos el porqué de su ida el respondería sin más, “porque quiero y porque ya sois mayorcitos para vayáis solos por la vida”. Y es que Fernando se había convertido en el alma mater de nuestro equipo, a quien todos nosotros, antes de dar un paso, le consultábamos, aunque solo fuese con la mirada.
Me vienen una cantidad enorme de añoranzas de la convivencia con Fernando, donde su personalidad arrolladora le convirtió, no solo en un gran jugador, sino en el espejo donde muchos de sus compañeros, tanto de su equipo como de rivales, se miraban para medirse y para tratar de aprender lo emanaba de este espectacular deportista. “Sed vosotros mismos” era uno de sus muchos slogan.
Nada más incorporarse al Real Madrid, con apenas 20 años, jugamos un Campeonato del Mundo de Clubes y en su segundo partido metió la friolera de 50 puntos. Su espíritu ganador y su afán de superación quedaron patentes, lo que hizo que el fabuloso Oscar Becerra Smith me dijera en un aparte: “¡De donde habéis sacado a esta cosa!”
Y es que su portento físico, para poder paliar su “escasa estatura”, su concentración y su espontaneidad le llevaron a ser uno de los jugadores, que digo uno, el jugador más competitivo que jamás he visto. Esta competitividad le llevaba a crecerse ante las dificultades, a no rendirse nunca y a buscar soluciones a todo lo que parecía imposible, encontrando así motivo de superación y satisfacción personal en todo lo que hacía. Sabemos que las personas competitivas denotan un gran interés en hacer las cosas mejor que los demás y de esta manera convertirse en un ganador, naturalmente estamos hablando de Fernando y esta ha sido su definición como jugador y como persona. Esa competitividad le llevaba a asumir responsabilidades que le hacían mentalmente muy fuerte y de esa manera transmitir una gran seguridad, al igual que una gran confianza al equipo. (Fernando fue capaz de transmitir su fortaleza mental y su apoyo al equipo para conseguir el triunfo en el Palau ante el Barça sin jugar un solo segundo, sólo con su presencia. Naturalmente estaba lesionado).
Como ganador que era, se comprometía sin fisuras con lo que hacía. Si daba su palabra, la cumplía. Era un trabajador nato porque sabía que los resultados dependían de uno mismo, y porque siempre quería ayudar al equipo, formando parte de la solución para conseguir los objetivos y asumiendo siempre los retos más difíciles. Era un triunfador porque sabía que la adversidad era un buen maestro, porque respetaba a aquellos que le podían ganar, y porque como él decía: “soy bueno pero puedo mejorar”, mientras buscaba siempre una forma de superarse.
A pesar de esa lejanía tan cercana de Fernando, desde aquí quiero transmitir mi agradecimiento y admiración por este gran personaje del mundo de la canasta, añorando sus comportamientos ejemplares sobre cómo debía ser un profesional, añorando sus constantes lecciones de optimismo los días previos a los partidos, añorando la confianza que nos transmitía los minutos antes del salto inicial, añorando su entrega, su capacidad de concentración, su competitividad, su espontaneidad y su compromiso por ser los mejores… añorándole siempre.
Y en esa lejanía tan cercana vivo mi particular recuerdo de este fuera de serie, echando de menos el poder estar con él y con sus compañeros, por los gloriosos momentos que me hicieron vivir en esta profesión tan ingrata como es la de entrenador y que ellos, con Fernando a la cabeza, la convirtieron en el mayor deleite que puede tener un enamorado del baloncesto.

P.D. Mi más entrañable recuerdo a su madre Carmela, a su hijo Jan y a sus hermanos, en especial a Antonio, que aguantó como un jabato la perdida de Fernando.

lunes, 30 de noviembre de 2009

¿Fútbol y negocio? Sí, gracias

Ayer domingo, con ocasión del Barça-Madrid, fue la primera vez que un partido de fútbol se podía seguir en las pantallas gigantes de cine (8 euros/adultos y 6 euros/niños) dando lugar a "otra forma de ver" el deporte rey con imágenes de alta calidad aunque sin locución pero dando protagonismo al sonido ambiente del estadio que permite apreciar hasta el golpeo del balón. 51 salas de cine en 20 ciudades españolas dieron esta posibilidad para que acudiesen más de 16.000 personas (se agotaron todas las butacas), lo que dan como resultado unos 128.000 euros de recaudación.

Desde mi punto de vista, creo que este "océano azul" (siguiendo al profesor coreano del INSEAD, Chan Kim) de Mediapro tiene grandes posibilidades de futuro, así como los servicios y productos complementarios que se puedan desarrollar y que seguro que ya tienen a la espera de ser testados.

Pero el tema concreto que quiero abordar en este post es que en muchas ocasiones, distintos periodistas me han hecho la misma pregunta: "¿No se ha convertido el fútbol en un negocio?". En los medios de comunicación suele aparecer cada cierto tiempo el siguiente titular: "¿Fútbol o negocio?"

Con frecuencia la palabra "negocio" tiene connotaciones negativas cuando gracias a los "negocios" se desarrollan los países y tienen trabajo miles de ciudadanos. De hecho, si estamos en "crisis" es porque no hay "negocio", es decir, no hay actividad económica que hace que el consumo se anime incentivando la inversión y el empleo.

Daré sólo algunos datos:

- El fútbol genera para la economía 9.000 millones de euros entre efectos directos (taquilla, camisetas, publicidad...) e indirectos (hoteles, aviones, restaurantes...). ¿Saben Vds. lo que supuso ayer un Barça-Madrid para los bares? Si un día normal se piden 4 barriles de cerveza por local, en un partido como el de ayer suelen ser entre 8 y 10.

- El club blaugrana puso en taquilla cerca de 17.000 localidades (el resto son de abonados) cuyo precio oscilaba entre 75 euros y 225 euros. Echen cuentas. Además, la compañía Serhs Alimentació que se encarga de la explotación de los 125 puntos de venta de comida del estadio, estimó una facturación de 170.000 euros.

- El Estado gracias al balón ingresa entre impuestos (IS, IRPF, IVA) y cotizaciones a la seguridad social 1.000 millones de euros.

- Sólo la quiniela supone 500 millones de euros al año, unos 13 millones de euros por jornada, además de ser la gran ilusión de la semana para mucha gente cuya economía doméstica no es boyante.

- Las apuestas on line representan 800 millones de euros anuales, de las cuales el 70% las concentran el deporte rey.

- Si tuviésemos en cuenta lo que genera el fútbol en el mundo y considerásemos al balompié un país, sería la 17ª economía del mundo.

¿Son estos datos un problema?

Habitualmente tendemos a simplificar la realidad porque simplificar la realidad nos ayuda a entenderla, aunque sea falsa. ¿No podemos hablar con más naturalidad de fútbol y negocio? ¿No es también un negocio la alimentación (bien básico), la farmacia (salud, lo más importante), el transporte, etc, etc y nadie dice nada? ¿No pueden ser fútbol y negocio partners complementarios en lugar de sustitutivos? ¿No pueden convivir pacíficamente?

El fútbol ayuda (y mucho) a la economía de un país y da de comer a más de 85.000 personas. Pero no es sólo eso sino también otras muchas cosas que a menudo pasan desapercibidas. El fútbol es también un:

- Fenómeno solidario: es la mayor caja de resonancia que existe. Su capacidad y rapidez de convocatoria es inigualable. Ha prestado su ayuda a todo tipo de causas: contra la pobreza, la guerra, la violencia de género, los accidentes de tráfico, las catástrofes naturales... Pregunten a quienes han ido a países del tercer mundo con fundaciones de clubes y les contarán de la labor inconmensurable del balón.

- Fenómeno educativo: el fútbol enseña muchas cosas como dijimos en otro post; entre otras cosas, el trabajo en equipo, la solidaridad, la generosidad, el fair play, la aceptación de la derrota, el esfuerzo... Ni más ni menos que un Premio Nobel de literatura, Albert Camus, dijo: "Porque después de muchas y variadas experiencias, lo que más sé acerca de la moral y las obligaciones del hombre se lo debo al fútbol.

- Fenómeno social: cumple muy bien necesidades que están presentes en todo ser humano como: la necesidad de grupo (no hay otro tan sólido; entre los aficionados conviven hombres y mujeres, niños y adultos, gente de izquierdas y derechas, de alto y bajo nivel económico...), la necesidad de socialización (de compartir, vivir, hablar, charlar, disfrutar), la necesidad de desatascar tensiones (en un estadio se puede chillar, gritar, cantar... incluso encorbatado) o la necesidad de logro (los clubes son instituciones de gran reconocimiento en el ámbito local, nacional e internacional y ser parte de ellas produce gran ilusión y satisfacción).

- Fenómeno cultural: ya que ha sido fuente de inspiración de muchos artistas de todas las disciplinas: cine, literatura, pintura, escultura, música... La cinta "Días de fútbol" con Fernando Tejero como principal protagonista recaudó en 2003 más de 10 millones de euros y 2.350.000 espectadores pasaron por taquilla.

Cuidemos el fútbol porque su aportación en todos los ámbitos es indiscutible. ¿Que tiene algunos aspectos negativos? Seguramente, como todo, pero los positivos superan ampliamente a las aristas menos amables.

* Más información en "Fútbol: Fenómeno de Fenómenos": http://www.fenomenodefenomenos.com/.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Proteger a las estrellas


Al hilo del excelente post de Lolo Sainz sobre si conviene o no castigar a las estrellas, escribo ahora sobre la protección a las estrellas. No de las fuertes entradas que sufren ni en el plano arbitral, sino de proteger a las estrellas de si mismas.

Gilbert Arenas, genio dentro y fuera de la cancha de basket por su singular personalidad, dejaba recientemente una reflexión interesante. El escolta de los Washington Wizards, una de las grandes estrellas de la NBA llegó a promediar 27.7 puntos desde 2004 hasta 2007. Entonces, se lesionó la rodilla. Pasó por quirófano y cuando parecía listo para volver a jugar, forzó y sufrió una severa recaída de la que acaba de salir brillantemente.
Apenas quedaba calendario de temporada, los Wizards daban la campaña por perdida tras un año lamentable y no había razón para forzar a un jugador que cobraba 16 millones de dólares anuales. El jugador insistió. Jugó y se lesionó quedando en blanco toda la siguiente campaña: dos partidos en año y medio y tres operaciones de rodilla de por medio. Al final de esta (la 2008-09), parecía listo para volver y no forzó. había aprendido la lección. Y el equipo también.
Al hilo de esto dejó una sentencia interesante: "Si tienes un niño que ama el baloncesto, que come, duerme, bebe y piensa en baloncesto y todo lo que sabe hacer es jugar al baloncesto y se lesiona y es tu jugador franquicia, tienes que protegerle de sí mismo". El bueno de Arenas venía a cargar contra el club por no haberle podido contener y le culpó de su recaída.

El pasado 30 de septiembre, Cristiano Ronaldo se lesionó jugando con el Madrid. Reapareció el 10 de octubre con Portugal, en un partido importante para no quedar fuera del Mundial, y se lesionó. Forzó y se lesionó. Hasta reaparecer esta semana ante el Zurich 56 dias después. Una semana antes, Portugal le quería para un partido y se dijo que Ronaldo quería jugar.

En la actualidad hay un caso similar en la NBA. Tracy McGrady, otra de las grandes estrellas de la NBA que ha visto lastrada su carrera por las lesiones, quiere jugar tras recuperarse de su última lesión, pero los Rockets no le dejan. No quieren que recaiga precipitadamente. Le protegen de si mismo, como diría Arenas, y cuidan sus intereses. No en vano tiene un contrato cercano a los 20 kilos anuales. Demasiados intereses en juego. Tantos que hay un posible traspaso de por medio a otro equipo y la franquicia, por si acaso, no quiere que se venga abajo esa operación.

Tras esto tres ejemplos e intentando trasladarlo al mundo empresarial, creo que siempre es bueno tener un jefe que sepa contener/reconducir/orientar/corregir/aconsejar a cada trabajador tanto en el día día como en los proyectos.
La única duda que me queda es quién me protege, no de mí mismo sino en general, si hay alguien que vela por mi cuidado y mis intereses ya que lo que tengo bien claro es que Recursos Humanos no es precisamente quien va a hacer esto. Creo que en este área es donde nos queda mucho por avanzar. Más que recursos Humanos me da la sensación que son Recursos Inhumanos.

viernes, 20 de noviembre de 2009

La Resignación


Creo que fueron los chinos los primeros en definir una crisis: Problema u oportunidad. Viene esto a cuenta porque, en estos tiempos de turbulencias y malos augurios, los humanos tendemos con demasiada frecuencia a escudarnos en excusas y etiquetas como “no hay dinero, hay miedo, nadie compra..” o en el ámbito del deporte “los árbitros, la mala suerte, etc, etc.”.

Leyendo a Eduardo Punset, me quedé con una definición: “el cerebro humano no busca la verdad, sino que busca su supervivencia”. Precisamente esto explica como, ante una dificultad o un fracaso, todos buscamos una explicación fuera de nuestro comportamiento. Sin embargo, mi experiencia me dice que la solución o el problema casi siempre viene dictada por nuestra actitud ante esa dificultad.

Os contaré una experiencia para corroborarlo: Recuerdo que en año 2000, estábamos disputando el Campeonato del Mundo FIFA en Guatemala. El comienzo fue fantástico, ganando y mostrando una imagen muy sólida y postulándonos como un verdadero aspirante a destronar a los hasta entonces imbatibles brasileños (tres veces campeones del mundo de tres ediciones disputadas). Pero entonces llegó el infortunio: En el partido previo a la disputa de semifinales, nuestro segundo portero se lesiona en el calentamiento; avanza el partido y, cuando quedan unos minutos para el final, nuestro portero titular sale a cortar un balón largo y, en vez de golpear al mismo, lo hace al pie del rival. El dolor es inhumano y acaba el partido. Al final del mismo, ambos van al hospital y les hacen pruebas. Resultado: El primero tiene fractura de uno de los dedos de la mano y el segundo fractura de un dedo del pie. El ambiente en el hotel, una vez se saben los resultados, se convierte en drama: Los lesionados llorando, observando que se les escapa un sueño, y el resto del equipo contagiado, llorando por sus compañeros y, en su interior, pensando que se desmorona el trabajo realizado.

Imagino que todos vosotros os habréis encontrado en alguna situación similar en vuestras carreras profesionales, y la experiencia nos dicta que la solución dependerá de nuestra capacidad de tomar la decisión adecuada. En este caso particular, recuerdo que no bajé a cenar y me quedé en la habitación pensando qué hacer. Al final de la cena, aparecí y pedí por favor al Presidente de la Federación Española de Fútbol y al Secretario de Estado para el deporte que nos dejaran solos. En ese momento descubrí en mí una fuerza y convicción que no conocía y les dije, con una rabia incontenida, que ningún éxito en la vida se consigue sin dificultad, que debíamos confiar en el trabajo realizado previamente y que debíamos encontrar en nuestro interior la fuerza necesaria para ganar por nuestros compañeros que estaban lesionados.

Mano de santo, que diría mi abuela. Al final de la charla surgió un deseo irrefrenable de doblegar a las circunstancias y manejar nosotros nuestro futuro. En ese momento observé de manera clara que seríamos campeones, como así sucedió, ganando por primera vez en la vida a los invencibles brasileños ¡Y jugando con el tercer portero!
Ahora, con la perspectiva del tiempo, observo que lo más común hubiera sido resignarnos y apelar a la mala suerte, a la adversidad , de este modo, hubiéramos sido perdonados por la opinión pública, pero nos hubiéramos quedado sin un preciado logro que cambió totalmente nuestro futuro y, más importante, que nos demostró que las circunstancias exteriores pueden ser manejadas desde nuestra fuerza interior.

Por tanto, si hubiésemos hecho caso a nuestra carga genética, nos hubiésemos conformado con una derrota de las circunstancias sobre nuestra voluntad, pero demostramos que puede ser de otra manera.

La lectura es bastante clara: La resignación es una muerte en vida y la lucha es un deseo de seguir viviendo con dignidad. A partir de ahí, el resultado da igual porque habremos ganado.

lunes, 16 de noviembre de 2009

¡Estrellas Castigadas!

En el último derbi entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid, Guti acumuló su tercer partido sin ser convocado, y según como parece que van las cosas no va a ser el último. Raúl por su parte, el eterno capitán, al igual que el crack argentino Kun Agüero, empezaron el partido en el banquillo.

Detrás de estas ausencias puede haber muchas causas, algunas que intuyo y otras que seguro desconozco, pero desde luego todas ellas me dan pie a hablar del hecho de castigar a los jugadores importantes sin jugar.

Yo soy contrario a estas medidas, como soy contrario a las rotaciones por sistema: los grandes jugadores están para jugar y las rotaciones deben responder a la realidad de cada encuentro, y no a las suposiciones ideales que un entrenador se pueda hacer en su despacho.
Sin duda, en Baloncesto es mucho menos complicado que en futbol, ya que las reglas de juego son más abiertas en cuanto a cambios se refieren, y te dan pie a manejar los tiempos de juego de cada jugador según el devenir del partido.

Sentar a una estrella por castigo, que es distinto de sentarla para darle descanso (como ha sido el caso de este fin de semana de Xavi o Iniesta contra el Mallorca), ó porque su estado de forma sea lamentable, es malo para el equipo que no puede contar con su aportación, además de perder imagen frente al rival, es malo para el Club que ha invertido para obtener un rendimiento por ese jugador, deportivo y publicitario, y al mismo tiempo es malo para los espectadores que pagan por verles jugar.

Esta práctica del castigo era utilizada por la Universidades Norteamericanas, ahora desgraciadamente cada vez menos, con los jugadores jóvenes a los que les obligaban a que su trayectoria académica fuera positiva para poder jugar, medida importante para su propio desarrollo profesional y personal. Pero a nivel profesional las estrellas ya no son universitarios.
Creo que hay otras formas de solucionar un conflicto con un gran profesional más que relegarlo al banquillo. Apartarlo parece una solución fácil, pero no es buena porque en primer lugar atacamos el ego del jugador, factor muy delicado con este tipo de estrellas y en segundo lugar hacemos público un tema que debe ser privado, con lo que complicamos notablemente su solución.

Yo apuesto por el dialogo cara a cara, por dedicar tiempo a hablar con el jugador, para tratar de comprender cuales son los factores que le hacen comportarse de forma inadecuada. Detrás de un conflicto, de un bajo rendimiento, de una actitud desafiante, suele haber causas profesionales y no profesionales que lo provocan. Si no eres capaz de identificarlas y de actuar sobre ellas, no hay tiempo en el banquillo ni semanas fuera de la lista de convocados que lo solucione.
El dialogo es más efectivo que el látigo, trabajar la relación más útil que el castigo, pero desde luego estás soluciones llevan más tiempo, mayor habilidad en la gestión de personas y desde luego más implicación por parte del líder.

Por supuesto, respeto todas las medidas que utilizan los entrenadores para buscar soluciones a los problemas del rendimiento de sus jugadores, ya que cada maestrillo tiene su librillo. Mi reflexión sólo es una opinión y no una crítica. Lo que si tengo claro es que, “si las medidas que adoptemos no dan resultados, que las estrellas se rasquen el bolsillo, ¡Qué esto sí que les duele!

miércoles, 11 de noviembre de 2009

A vueltas con Agassi


Hace algunos meses ya traté en este foro las tribulaciones de André Agassi para recuperar su puesto en la cumbre del tenis a partir de su batacazo de 1997. Hasta hace sólo unas semanas todos pensábamos que su pérdida de estatus se debió a una lesión de muñeca y a ciertos problemas sentimentales... Ahora, en la publicación autobiográfica 'Open: an autobiography', el tenista revela que, en aquel año, consumió la metanfetamina Cristal. Pero la historia no acaba ahí, ya que también confiesa que un test rutinario reveló el positivo y que, tras una carta alegatoria (y mentirosa) dirigida a la ATP, la Asociación de Tenistas Profesionales tapó el asunto… Esta circunstancia ha provocado reacciones inculpatorias tanto dentro del tenis (Federer, Nadal, Becker, Bruguera, Arantxa Sánchez Vicario…) como fuera del mismo. Y estas reacciones han arreciado cuando se han filtrado algunas de las opiniones sobre sus compañeros que el de Las Vegas ha incluido en su seguro best-seller.
Toda esta historia más o menos triste me sugiere una serie de reflexiones sobre el asunto nuclear de la confesión y el proceso de ocultación que expongo a continuación para su reflexión:

  1. La multiplicidad de raseros. También en el tenis. Parece que a Agassi le pasaron por alto aspectos que otros tenistas tuvieron que pagar(Korda, uno de los mejores reveses que recuerdo, nandrolona, Mariano Puerta, rival de Nadal en su primer Roland Garros, clembuterol en 2004 y epinefrina en 2005, Guillermo Coria, nandrolona en 2001 o más recientemente Volandri, salbutamol e Ivo Minar, methylhexanamina). Muchos podrán indicar que la droga que fue detectada en Agassi se toma con fines recreativos, pero aquí nos encontramos el caso de Gasquet (cocaína). El bueno de Richard sostiene que un beso produjo el intercambio de sustancias entre una desconocida y él mismo... Sea como sea, cumplió la sanción. No sabemos si el francés es culpable desde un punto de vista moral o no, pero lo cierto es que la cocaína, droga-plaga recreativa de nuestra era, ha alcanzado también a grandes tenistas en el pasado (Vitas Gerulaitis, Pat Cash…). Y en este escenario, quizá lo menos que puede hacer un tenista es poner en entredicho la credibilidad de la ATP, como ha hecho Michael Stich. En esta incierta circunstancia en la que se encuentra la ATP atisbamos, eso sí, un rasgo bello; enconmiable: la solidaridad. Sí, amigos lectores, la asociación de tenistas, atónita ante la "injusta" duda arraigada en la opinión pública en relación a la limpieza de otros sectores (el sector financiero, el institucional…), se suma a la lista de instituciones en entredicho.
  2. El nombre como marca. Mi buen amigo E. introdujo en mi vida hace ya algún tiempo las LoveMarks. Una Lovemark, siguiendo el concepto enunciado por Roberts, viene a ser algo así como aquella “marca” que produce lealtad en el consumidor más allá de lo razonable. Está claro que si en los últimos años ha habido un jugador LoveMark, ese es Agassi. Y lo ha explotado de forma admirable. Ha rodado spots legendarios: con pelo, sin pelo, con Brooke, sin Brooke y con Steffi, sin niños, con niños... Y todo eso se le debió derrumbar a Agassi cuando el positivo llegó a sus manos. No sabemos aún si este 'Open: an autobiography', vuelve a ser una consecuencia de las capacidades mercadotécnicas del de Nevada…Pero de ser así, esta sería una forma igualmente admirable de llamar la atención sobre sí. Y deseo dejar de lado si Agassi "necesita" los royalties del libro o no, o si, como él mismo confiesa, el sentimiento de culpa y la necesidad de revelar la verdad le ha conducido a la "confesión".
Está claro que en esta historia lo que podemos aprender del deporte no es mucho, al menos no mucho y edificante. Sí podemos aprender que, como en el resto de las facetas humanas, hay un grupo de privilegiados que disfrutan de beneficios por encima de lo imaginable y otros que no. Que unos pocos rentabilizan su posición y a esos, el stablishment no les dejará caer jamás. A los demás: el conducto reglamentario. Si hay suerte, claro.
Y por último, ruego me disculpen, está el esperpento de la peluca… ¡Inadmisible! Aquí, reconozco, que me ha podido el orgullo alopécico. André, amigo, compañero, pero también eso…

martes, 3 de noviembre de 2009

Raquel Domínguez, un ejemplo que te hace sentir pequeño

Hace unas semanas tuve la oportunidad de conocer a una mujer que me dejó impresionado. Se llama Raquel y cuando tenía 19 años sufrió una enfermedad desconocida, una idiopatia que llaman los médicos para denominar a lo que no encuentran explicación, que le provocó una artroescapulectomía que le privó casi totalmente del movimiento de sus brazos. Para que lo entendamos los profanos, es como si se le fueran desintegrando los hombros, lo que ha provocado que tengan literalmente que atornillarle los brazos. Un proceso nada sencillo, ya que se ha tenido que enfrentar a más de 20 operaciones (es posible que cuando leas esto ya haya pasado por la número 21, espero que con éxito). Con la alegría y la ilusión que transmite permanentemente, lo cuenta diciendo que está competiendo con Cher por el número de operaciones, “de momento me gana por dos, pero creo que a mí me están quedando mejor los pómulos”.

Hasta aquí podía ser un caso de más de los miles y miles de personas que con una discapacidad se enfrentan día a día a una sociedad que no se lo pone fácil. Pero Raquel, ha ido más allá. Decidió apoyarse en el deporte para afrontar su nueva situación y eligió hacerlo con un deporte que le supusiera un verdadero reto: ¡la natación! ¡A mariposa! ¿Cómo se puede nadar a mariposa sin brazos te preguntarás? Pues con una especia de movimiento ondulatorio, muy similar al que utilizan los delfines. Con esta técnica ha conseguido ser campeona de España en su modalidad en 50m, 100m y 200m mariposa y además en 200m estilo. ¿Impresionante verdad? Pues el tema no queda ahí.

Tras conseguir todas esas medallas, decide que no quiere acomodarse, que necesita un reto por el que pelear y abandona la natación para pasarse a la marcha. 20 Km marcha. Tras meses de preparación consigue llegar al campeonato de España, y participa en una carrera muy dura, donde su objetivo se convierte en finalizar la prueba. Tras lograrlo con esfuerzo descomunal, ¡cuál es su sorpresa al oír por megafonía que ha batido el record de Andalucía!

Recientemente ha decidido reinventarse de nuevo y se ha pasado al maratón donde está a muy poco de conseguir una marca suficiente para entrar en el campeonato de España. Todo esto sin ayuda económica de ninguna institución, ni siquiera de la Junta de su Andalucía natal.

Sin duda es una historia de superación increíble, que además Raquel protagoniza con una sonrisa indeleble. Un ejemplo al que deberíamos recurrir cuando pensamos que los problemas a los que nos enfrentamos en nuestro día a día son “inmensos”.

Pero donde me gustaría centrar la reflexión de hoy es en la capacidad de Raquel de reinventarse, en su fuerza de voluntad para salirse de su zona de confort y empezar de nuevo en otro campo donde pueda encontrar un reto. ¿Cuántos deportistas serían capaces de cambiar de especialidad tras alcanzar las cotas más altas en su campo? Sólo algunos de los más grandes han sido capaces de hacerlo (como Michael Jordan, que cambio durante unos años el baloncesto por el baseball). ¿Y cuántos de nosotros o de los profesionales de nuestras organizaciones serían capaces de hacerlo? Muy pocos, sería una valoración generosa. A nosotros, en las empresas, nos asusta cualquier cambio, por pequeño que sea: nos oponemos, nos negamos, nos rebelamos, pataleamos y hasta lloramos, todo lo que haga falta por no cambiar nuestra forma de hacer, aunque tengamos mucho que ganar.

Estamos viviendo una realidad empresarial, y profesional, donde la seguridad se está convirtiendo en un riesgo, necesitamos abrirnos a nuevas ideas, a nuevas formas de hacer, de pensar, de liderar, y el miedo y el inmovilismo son dos de nuestros grandes enemigos.

Los barcos están más seguros en el puerto, pero como Raquel nos demuestra cada día, los barcos no han sido construidos para eso.

jueves, 29 de octubre de 2009

Abel y Pellegrini, víctimas de dos sistemas erróneos



Normalmente en este blog escribimos de jugadores/deportistas/figuras o situaciones ejemplares que son un modelo a seguir en todos los campos y particularmente en la empresa. Esta vez creo que hay un buen ejemplo de qué no hay que copiar. En principio iba a ser un monográfico sobre el Atlético de Madrid salpicado con detalles del Real Madrid, porque hace ya unos meses que creo que está cometiendo errores, pero al final será un post en el que compartirán protagonismo.

En el Atleti, la mala racha de resultados se ha cobrado a la primera víctima: Abel Resino. Quedando claro una vez más que es más fácil cargarse a uno que a 15. Y a Abel muerto, Quique Sánchez-Flores, puesto. No soy un defensor de Abel ni mucho menos, tampoco conozco en profundidad su sistema de juego ni sus conocimientos, pero queda claro que es el eslabón más débil de una cadena más que imperfecta.

En el Madrid, y más tras el Alcorconazo de la Copa, Pellegrini también está en el disparadero. Vuelve a quedar claro que es el eslabón culpable. Ya cuando le contrataron me pareció curioso que no firmase por toda la legislatura de Florentino. Firmó por 2 años, si no recuerdo mal, en lugar de por cuatro. Si era el ‘ingeniero’ ideal, el hombre escogido para dirigir la nueva y multimillonaria nave del reaparecido presidente, ¿por qué no firmó por cuatro años? Queda claro, a mi entender que no gozaba de la máxima confianza ni de un respaldo total. Y en cuanto ha soplado un poco el viento, las críticas han sido (tele) dirigidas hacia el técnico chileno. Tiene toda la pinta de que será la primera manzana en caer. Trabajar sin respaldo mina la moral de uno, fomenta la sensación de debilidad e intineridad y es complicado ejercer cierta autoridad.

En ambos casos, sin ser yo un gran defensor de ninguno de los dos, creo que hay que compartir culpas entre todos y apuntar mucho más arriba.

En el Atleti, club singular donde los haya, se detecta una bicefalia en el poder: Por un lado, Miguel Ángel Gil Marín, accionista mayoritario y que ejerce de consejero delegado. Además, está Enrique Cerezo, que es el presidente. Tras la debacle ante el Chelsea, Gil Marín dice que se desliga de cualquier toma de decisión deportiva y le deja 'el marrón' a Cerezo con un director deportivo, Pitarch, con el que ni se hablaba y con el que el Abel no tenía feeling según parece. Además, hay un cruce claro de declaraciones mediáticas entre Gil Marín y Cerezo evidenciando la falta de sintonía entre los teóricos líderes. Si así están los que mandan, normal que no haya tranquilidad alguna por abajo (plantilla, cuerpo técnico….).

Mediada la campaña pasada, despiden a Javier Aguirre y el remedio es traer a Abel Resino, "un hombre de la casa" y le garantizan que si es buen bombero, apaga el incendio y deja al equipo en Champions le renuevan una temporada más. Dos errores a mi parecer. ¿Eso de ser de la casa qué es? ¿Son méritos suficientes haber jugado ahí años y años atrás? ¿No habrá cambiado la casa ya en tantos años? La segunda parte (y a mi parecer): la sensación de inteniridad con la que empezó a trabajar Abel era latente, parecía más que claro que en cuanto perdiese 4 partidos seguidos se lo cargaban. Así ha sido. Y ahora, llega otro 'bombero' a intentar poner remedio a una situación mal parida desde el inicio y al que le han dicho que si deja al equipo en Champions, le renovarán.
Según lo veo, en el Atleti lo único que prima es el cortoplacismo. Y elevado a la máxima potencia. Todo esto dentro de un clima de inestabilidad social evidente con la afición protestando a los despachos con manifestaciones de por medido desde el primer dia.

En el Real Madrid, la forma de estructurar el proyecto también me parece cuestionable. Regresa cual ave fénix salvador un presidente que se fue sin previo aviso abandonando el barco mediada una campaña y parece que es el único capaz de poder salvar la nave. Comete los mismos errores que le condenaron en el pasado: fichar estrellas a golpe de talonario a precios desorbitados pensando que así se puede hacer un equipo y deshacerse de otros a precio más que cuestionable para poder hacer caja. Tras el derroche de dinero y facultades, llega el turno del entrenador. ¿No habría que haber fichado antes al técnico y consensuado un poco todo? No digo que el entrenador sea el que diga a qué jugadores hay que fichar ya que si se le destituye el club queda inundado de jugadores que otro entrenador puede no querer, pero hay que llegar a un tipo de consenso.
Creo que desde el primer minuto, la llegada de Pellegrini -apuesta de Valdano-hay que cogerla con alfileres por el tiempo que firma, que no es el mismo que la duración supuesta del mandato de Florentino. El chileno se encuentra con un equipo ya confeccionado en el que apenas tiene voz y muy poco voto y se le demandan resultados inmediatos. “Hay que hacer en un año lo que haría que hacer en tres”, dijo Florentino. Viva el cortoplacismo.

En ese ansia resultadista se olvidan valores fundamentales de creación de equipo, se paga a precio de crack el fichaje de promesas (Benzema) descartando otros jugadores muy válidos (Negredo), se descarta inicialmente repescar a unos poniendo su calidad en duda para luego ficharles y venderles como la gran solución (Granero –ojo que no es una crítica al jugador-), y así un sin fín de ejemplos más. Mientras, el gran rival, sigue sacando jugadores de la cantera, les da minutos, juegan y son importantes… aunque el Barça también creo que ha cometido errores y allí no todo es Disneylandia

domingo, 25 de octubre de 2009

Sindelar: jugar o no jugar (y II)

Hace algunos días Ricardo Colomo escribía en este blog un excelente post titulado: "Sindelar: jugar o no jugar"; se refería Ricardo al "Mozart del fútbol" o "el hombre de papel", como era conocido Matthias Sindelar, un héroe nacional en Austria que representa un símbolo de resistencia contra la Alemania nazi de Hitler y al que se le dedicó una calle (la Sinderlastrasse) en Viena.

En el libro "Fútbol: Fenómeno de Fenómenos", en el Capítulo 1 dedicado al "Fútbol como fenómeno político", le dedicó algunas líneas en el apartado de la utilización política del balompié por parte del Tercer Reich. Como alguna vez hemos comentado, el fútbol era un deporte masivo que contaba con el apoyo popular, algo que los dictadores europeos (Mussolini, Hitler y Franco) aprovecharon para transmitir ideología al mismo tiempo que fue utilizado como "droga social" para mantener a la gente en un estado de calma política.

Para apoyar lo comentado por Ricardo Colomo y lo escrito en el libro os dejo un video (dividido en dos partes) que se emitió en el Canal de Historia. Interesante. Seguro que os va a gustar.
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martes, 20 de octubre de 2009

Qué le pudo pasar a Maradona


Vaya por delante que soy un admirador compulsivo del jugador-Maradona: Desequilibrante y genio en el campo y auténtico líder protector y solidario con sus compañeros en el vestuario.

Sin embargo, oyendo la rueda de prensa del último partido entre Uruguay y Argentina, con triunfo de esta última por 0-1 en los minutos postreros del encuentro y con clasificación incluida para el Mundial de Sudáfrica, nos encontramos con un Maradona- Seleccionador que nos abochornó con sus declaraciones, no tanto por el fondo como por las formas. ¿Qué pudo ocurrir? En este artículo voy a intentar dar mi impresión particular sobre cómo la presión puede influirnos a todos aquellos que en algún momento asumimos responsabilidades encabezando un grupo de alto rendimiento, ya sea deportivo o de cualquier sector del mercado.

A mi juicio, lo primero que tenemos que hacer para que no ocurran estas situaciones es hacer hincapié en la selección de la persona que tiene que dirigir bajo presión. Uno de los mayores baluartes que debemos exigir, que no el único, es el autocontrol, pues este cargo es un amplificador emocional del grupo: si tenemos confianza, el grupo mostrará seguridad; si tenemos miedo, el grupo mostrará pánico.

En el alto rendimiento existe un core o núcleo principal y unos factores externos que giran permanentemente alrededor de él: En el deporte serían la prensa, la organización, el público, los agentes o representantes, la familia y en el mundo empresarial estos factores lo compondrían los stakeholders.

Todos ellos generan una presión sobre el núcleo central que, de un modo u otro, afectan o influyen en su devenir diario y, por ende, en sus resultados. Esta presión es como la energía, ni la creamos ni la evitamos, pero se puede transformar. Ahí es donde entra en juego el director o líder de un grupo.

En el caso de Maradona, imagino que utilizó las feroces críticas a su juego y el miedo del país a quedar fuera del Mundial como elemento cohesionador del grupo y una motivación extra para sus jugadores. Hasta ahí todo bien, pues todos los entrenadores hemos utilizado ese recurso en alguna ocasión. Ahora bien, si es un recurso, una vez conseguido el objetivo se pasa página y no se hace público. El problema es cuando se justifica como un fin. Ahí comienza una batalla que me temo no acabará bien, pues no se puede vivir en contra de algo que no se puede eliminar, como decíamos anteriormente.

En el mundo empresarial también ocurre estas situaciones pero a la inversa. No se hacen declaraciones públicas, pues dañaría gravemente la reputación corporativa, pero sí se trasforman en destrucción del clima laboral, injusticias con el equipo o incoherencia con lo que uno predica y lo que hace.

En definitiva, el hecho de que nos supere la presión viene originada por una falta interna de confianza hacia uno mismo, hacia el equipo o hacia el trabajo realizado y, sobre todo, por una desvirtuación del sentido del resultado. Para mostrarlo gráficamente, nos podemos imaginar cuando pasamos un precipicio de lado a lado sobre un tronco de madera. Si miramos al fondo y vemos todo lo que nos puede acontecer si nos caemos, estamos generando unas reacciones fisiológicas propias del miedo que nos van a agarrotar, a quitar la confianza y, al final, van a hacer que nos despeñemos. Sin embargo, si atravesamos mirando al frente, recordando todas las veces que lo hemos hecho bien, mirando todo lo que nos espera al cruzar, las sensaciones serán de confianza, de ilusión y de motivación y seguro que lo cruzaremos.

Disculpo a Maradona, aparte por mi antaña admiración, por su falta de experiencia en esas lides, pero aconsejo a quien corresponda que trabaje ese tipo de situaciones si no quiere que la próxima vez se despeñe de veras, y con él unos cuantos.

lunes, 19 de octubre de 2009

Javier Lozano: ¡Un lujo a Nuestro Alcance!

Hoy estamos de celebración. Hoy el equipo de Aprende del Deporte se enriquece con un grandísimo profesional del mundo del deporte: Javier Lozano.

El curriculum deportivo de Javier es espéctacular:
- Jugador de fútbol sala donde fue 40 veces internacional
- Entrenador de Fútbol Sala del Caja Toledo y del Interviú Boomerang
- Selección Nacional de Fútbol Sala donde consiguió entre otros muchísimos títulos dos campeonatos del mundo en 2000 y 2004
- Además Javier formó parte del equipo técnico de la Selección Españona Absoluta de Fútbol 11 con Camacho en el Mundial de Corea y Japón (2002)

Por otro lado en su faceta de directivo ha sido:
- Director de la Ciudad del Fútbol de la RFEF
- Director de la Fundación de la RFEF
- Director Area Profesional Real Madrid C.F.
- Director Cantera Real Madrid C.F.

Y en la actualidad Javier es Presidente Liga Nacional Fútbol-Sala

Además de su dilatada trayectoría profesional todas las personas que le conocen destacan su gran calidad humana, sus valores y su honestidad. Es un lujo poder contar con él como Colaborador Habitual de nuestro blog.

¡Bienvenido y estamos deseando disfrutar de ti!

jueves, 15 de octubre de 2009

Sindelar: Jugar o no jugar


Tras algunos meses de calma, la zozobra ha vuelto a rodear a la Selección Española de Fútbol. Parece que algunos jugadores han abandonado la concentración antes del último e intrascendente partido de clasificación para el Mundial de Suráfrica 2010. Y, atendiendo a las informaciones de diversos medios, llueve sobre mojado.

Esta circunstancia me ha hecho recordar otros tiempos y otras circunstancias que abordé hace ya algunos años (en la Revista Mediapunta), y que reproduzco aquí con el ánimo de que ésta sirva de reflexión al lector sobre los temas clásicos de los valores y el compromiso.

Hubo una época lejana en el que saltar al campo o no hacerlo podía determinar el destino de los jugadores. Y nada tenía que ver con las primas, ni los regímenes internos o la comodidad. Se trataba del honor y la rectitud, la verdad y la valentía.

La Europa de entreguerras poco tenía que ver con el estado del bienestar. En la depauperada Austria de la época, rota por la desmembración nacional, el desempleo y las deudas de guerra, surgió el que, para muchos, ha sido el mayor talento futbolístico de centroeuropa: Matthias Sindelar, “el Mozart del fútbol”. Se trataba de un delantero centro ligero e inteligente y dotado de una exquisita calidad. Ésta le permitía, en aquel fútbol dominado por el WM, participar de la distribución del mediocampo, abandonando su posición de ariete para propiciar llegadas de los centrocampistas. El juego raso de pases cortos que ideó Hugo Misl para Sindelar, Horvath y Viertl, entre otros, es considerado precedente de la selección de los “Mágicos Magiares” de los cincuenta y del fútbol total de la “Naranja Mecánica” de Rinus Michels en los setenta.
Nacido en el seno de una familia de escasos recursos, el conocido como “hombre de papel”, quedó huérfano de padre, como tantos otros entonces, a la edad de catorce años. En la dura postguerra, Sindelar desempeñó diversos oficios compaginando su quehacer con los partidos jugados en el equipo aficionado del Hertha de Viena. Todo empezó a cambiar cuando en 1924 fue fichado por el Austria Viena. Algún tiempo después debutó con su selección contra Suiza anotando un gol. Ya en la década de los treinta, la concentración de grandes jugadores austriacos condujo a la formación del Wunderteam (equipo maravilloso). No obstante, la ausencia del fútbol en la cita olímpica de 1932, la derrota en semifinales contra los anfitriones en Italia 1934 y la nueva derrota contra Italia, esta vez en la final de Berlín 1936, privaron a Austria de un mayor reconocimiento internacional. Esta es, hasta donde hemos contado, una historia relativamente común. Sin embargo, el destino reservaba a Sindelar un fin singular y trágico.
La pujanza económica y política de la Alemania de Hitler, unida a la crisis económica austriaca y a la connivencia de la mayor parte de la sociedad determinaron la anexión de Austria en 1938. Sólo 20 días después de la entrada de Hitler en Viena, se jugó el último partido internacional de aquella gran Austria. Los nuevos dirigentes organizaron un partido amistoso entre Alemania y el Wunderteam. El partido no trascurrió de la forma que se había previsto, y Alemania perdió 2-0. Sindelar marcó un gol y celebró el triunfo de forma “excesivamente” llamativa. Sólo una semana después, más del 99% de los austriacos ratificaron en referéndum la anexión austriaca a Alemania.
El Mundial de Francia 1938 de ese verano, era un objetivo prioritario para el ministro de propaganda alemán Joseph Goebbels. La selección resultante de la fusión de la capacidad física alemana y la calidad de la escuela del Danubio debía ser todopoderosa. Sindelar sería necesariamente su delantero centro. Pero se negó a jugar defendiendo la camiseta alemana. Alemania, abucheada en masa por el público francés, cayó de forma sorprendente en primera ronda frente a Suiza por 4 goles a 2, después de ir ganando por dos tantos de diferencia.
El Enero del año siguiente, el cadáver de Sindelar fue encontrado en su piso vienés. Las circunstancias que rodearon su muerte nunca fueron totalmente aclaradas, a pesar de que los informes policiales establecieron la causa del fallecimiento en la deficiente combustión de una estufa. Sin embargo, la estufa no presentaba defectos aparentes y en la habitación no se percibía olor a gas. Se especuló con el suicidio inducido por la situación del país, por motivos amorosos, la acción directa de los nazis que le acosaban… Ocho meses después, la Wechmart invadía Polonia iniciándose así a la Segunda Guerra Mundial.

martes, 13 de octubre de 2009

Ronaldo, Alonso, Goiri ¿Salarios adecuados?




Cristiano Ronaldo llega al Real Madrid en el verano de 2009 tras protagonizar, como algunos lo han denominado, el record Guinness de los contratos deportivos: ¡94 millones de euros de traspaso + 12 millones de € al año para el jugador durante 6 temporadas! Las críticas por tan impresionante dispendio en medio de la crisis se oyeron desde el Arzobispado de Barcelona, al Presidente del Gobierno, (quizás porque ambos son culés y les hubiese gustado que fichara por el Barça…, naturalmente es una broma.), pasando por todo tipo de medios internacionales, federaciones deportivas y tertulianos por doquier.


Hace unos días la prensa deportiva anuncia el fichaje de Fernando Alonso por parte de la mítica escudería Ferrari por ¡El doble de lo que cobra Cristiano Ronaldo por temporada! ¡25 millones de euros anuales! Esta vez me sorprendió las pocas voces que se alzaron para señalar el multimillonario contrato. No entendía muy bien el porqué.


Pero el otro día, ojeando la prensa, encontré una noticia que apagaba por completo los “escándalos” Ronaldo y Alonso: tras su salida del BBVA, el Consejero Delegado José Ignacio Goirigolzarri, cobrará ¡53 millones de euros de indemnización! Esta cifra venía acompañada por otras cantidades muy superiores que banqueros de otros países se habían llevado desde 2007. Está claro que las críticas de todos los rincones de la sociedad por estas retribuciones, han clamado al cielo por cantidad tan abusiva, haciéndonos que nos olvidemos de los dos deportistas citados anteriormente.


Pero pienso que si el Real Madrid ha hecho tan “espeluznante” inversión por Ronaldo, estoy convencido que antes de que termine su contrato, el club espera recuperar el dinero invertido más algún dividendo ganancial, ¡Si conoceré al genio de las finanzas que rige al Real Madrid!
Y lo mismo pienso en el caso de Alonso, ¿O es que Ferrari no espera sacar rendimiento de este fichaje? Y el Sr. Goirigolzarri, ¿Cuánto dinero habrá hecho ganar al BBVA para retirarse con tan importante “morterón” en el bolsillo?


Pero dicho esto, quiero volver a la realidad, al día a día, recalcando que creo que todos los profesionales se merecen una retribución tan importante como marque la oferta de su mercado, pero también enfocando este asunto desde la dinámica de equipo y sus consecuencias.


Las cantidades que hemos comentado parecen cifras que pueden escapar a toda lógica, y lo que es peor, se pueden convertir en un atentado a los valores del equipo, tanto deportivo como empresarial. Porque ¿hemos pensado en los demás miembros del equipo? ¿Cómo reaccionarán los “otros” ante tan desmedida diferencia salarial? ¿O es que los “otros” no trabajan de igual manera para hacer más grande a su Club o Empresa? ¿Qué pasaría si los “otros” bajarán su rendimiento por no sentirse valorados o si sólo encontraran su motivación con subidas salariales descomunales? ¿En qué situación quedan los Entrenadores, Directores, que a la larga son los que tienen que poner orden y disciplina en el equipo gestionando estás diferencias salariales? ¿Cuál es el mensaje que hay que dar a los “otros” de estas organizaciones, empresas o clubs, para que entiendan que es también bueno para ellos?


Yo he sido deportista y técnico profesional, desgraciadamente para mí y mi cuenta bancaria, en una época en la que no se cobraban estas cantidades y en un deporte que cotiza a otro nivel. Cerré desde el Real Madrid el fichaje de Felipe Reyes, que fue el más caro de la historia del Club en su sección de baloncesto hasta 2004, irrisorio y pura calderilla comparando con las cantidades de las que estamos hablando, y aún así hubo que hilar muy fino para que el grupo no se resintiera. Uno, que se siente muy orgulloso de cómo se enfoco este problema, tiene vértigo al pensar cómo podría solucionar el tremendo “embolado” que supone convencer a los “otros”… ¡Menos mal que no me toca a mí!


Ardua tarea les espera pues, a Presidentes, Directores Generales, Directores Deportivos, etc., para hacer comprender a los “otros” lo importante que es para la Empresa o Club los fichajes e indemnizaciones “estratosféricos”, que sin duda lo serán. Ellos, más que hilar van a tener que hacer encaje de bolillos, para que sus equipos no se deshilachen, y de verdad, es lo que les deseo, porque si lo consiguen, aquí tendrán un ferviente admirador.

lunes, 5 de octubre de 2009

Madrid 2020 ¡Juntos podemos!


Quiero destacar, en este momento en dónde la ciudad de Madrid no ha conseguido ser elegida como sede para las olimpiadas del 2016, la importancia de encontrar proyectos que unan a todos los españoles entorno a ellos.

Para mí, y me imagino que para una grandísima mayoría de españoles, ver unidos a los políticos, a las instituciones, a los diferentes pueblos que configuran nuestro país, es algo de lo que me siento muy orgulloso.
Y ahí es dónde reside la importancia de todo lo que ha supuesto esta candidatura: Somos capaces de trabajar juntos.
Parecería obvio que esto fuese así, pero no lo es y en muchas ocasiones ponemos preferentemente de manifiesto lo poco que nos separa, en lugar de exponer todo aquello que nos une.

La demostración de unión en la Candidatura Madrid 2016, me resulta muy reconfortante, me devuelve el optimismo y me reafirma en la fe sobre mi país.
Creo que la contribución del deporte a la unidad de todos nosotros, siempre respetando la diversidad y encontrando en ella nuestra grandeza es un maravilloso ejemplo para todos.
El simple hecho de encontrar esos puntos comunes, como por ejemplo la Selección Nacional de Fútbol, Nadal, la Selección de Baloncesto, Fernando Alonso, Contador,… y tantos otros son excelentes ejemplos de ello.

Esta vez tampoco lo hemos conseguido, pero hemos estado por un tiempo, todos juntos ilusionados con el proyecto. Quisiera dar las gracias a todos los que han hecho posible este casi “MILAGRO”, en los tiempos que corren, aquí no ha habido espacio para otra cosa que no fuese la ilusión conjunta de traer a España ese acontecimiento mundial que supone unos juegos olímpicos.
Pido a quien corresponda que no haya posibilidad de desesperanza, hay que volver a intentarlo para el 2020, y así hasta que lo consigamos, en el camino estaremos todos más unidos y ese ejercicio, aunque no se consiga el éxito buscado, merece la pena.

Tengamos nuestra esperanza puesta en el 2020, empecemos a luchar por ello y que todo el olimpismo vea que lo de España, es un movimiento imparable y sólo falta ponerle la fecha definitiva en que Madrid sea sede de unas olimpiadas.

viernes, 2 de octubre de 2009

El Arte de la Guerra de Scariolo


En uno de los capítulos del Arte de la Guerra, Sun Tzu habla de la importancia de estudiar profundamente la guerra y todas las variables que intervienen. Destaca cinco factores clave: la influencia moral, el clima, el terrerno, el mando y la doctrina. "Con inlfuencia moral me refiero a lo que motiva a la gente a estar en armonía con sus líderes, a fin de que les puedan acompañar en vida y muerte sin miedo a morir. Con mando me refero a las cualidades de inteligencia sinceridad, humanidad coraje y severidad del general", señala. En un acertado comentario, Chang Yü, historiador chino cuya obra principal fue Pai Chaing Chuan: Las biografías de Cien Generales, deja una interesante reflexión: "Cuando alguien trata a la gente con benevolencia, justicia, rectitud, y deposita en ella la confianza, el ejército estará espiritualmente unido y estará feliz de servir a sus líderes. El Libro de las Mutaciones dice: 'Con la alegría de superar dificultades, la gente se olvida del peligro de la muerte'".

En el pasado Eurobasket, el general Scariolo dio un claro ejemplo de mando y su inteligencia para amoldarse al grupo en determinados aspectos, y no al revés, fue decisiva en la consecución del oro. Hace muchos años que creo que es el mejor entrenador y un estratega casi inigualable por su afán de superación y tenacidad, y casi obsesión perfeccionista por el trabajo. En Polonia dejó claro que también es un gran seleccionador y un buen gestor humano, que es igual de importante que lo primero.

España llega al Europeo con muchos jugadores importantes tocados o lesionados y tras un fuerte varapalo en el último amistoso. A la primera, la situación se complica con una derrota ante Serbia que deja malas sensaciones. Se salva una 'primera' final ante Gran Bretaña, pero las sensaciones siguen sin recuperarse y se gana a Eslovenia en la prórroga para pasar a la segunda fase con España moviéndose en un terreno desconocido desde muchos años atras: el de la duda. Scariolo se reune con los jugadores y en una charla abierta en la que no se buscan ni culpables ni responsables sino soluciones, el seleccionador pregunta si él es el problema. Que un 'jefe' haga esto es digno de mención y elogio. El grupo es claro: "No". Y la solución que dan es seguir trabajando y ser más intensos. José Luis Sáez, presidente de la FEB, transmite a Jorge Garbajosa, co capitán junto a Navarro, su diagnóstico: "Aquí el único problema que veo son vuestras caras serias, que hace mucho que no las veía. A vosotros os caracterza la ilusión, las ganas de pasarlo bien y disfrutar en la cancha". A partir de ahí, el grupo reacciona. Sufre un pequeño varapalo ante Turquía aunque las sensaciones ya empiezan a ser mejores, y se llega al oro.

Entre medias, el grupo hace autogestión cierra filas y se muestra más unido que nunca pese a los palos que llueven. "Lo que no nos ha matado nos ha hecho más fuertes", comenta Garbajosa. El grupo se reencuentra y se suelta con el general Scariolo al frente. Es elocuente la forma de gestionar y afrontar la final ante Serbia, el rival que hizo tambalear los cimientos de la selección en la primera jornada.

En el video que adjunto a partir delminuto 4 se ve la charla táctica de Scariolo antes de la final: no hay pizarra, ni tácticas y sí un video proyectado que habla de lo dura que ha sido la travesía hasta llegar al oro. Como dijo Sun Tzu: Conoce al enemigo y conócete a tí mismo. Así, en cien batallas jamás estarás en peligro".
Merece ver este extracto del documental de Veo7 Un oro de película: Así es el dia de la final, paseo matinal, la charla etc. Todo restando cierta trascendencia al partido. Me recuerda a la final del Mundial de Japón con los jugadores jugando toda la mañana a la pocha y olvidándose de la hora del partido: http://www.youtube.com/watch?v=ziBFXhxJaQA

jueves, 24 de septiembre de 2009

Lecciones del Europeo de Baloncesto

El pasado domingo finalizó el campeonato europeo de basket celebrado en Polonia donde la selección española se alzó con la medalla de oro después de derrotar en la final a los serbios por 85-63.

Pero, ¿qué lecciones nos ha dejado el certamen? Apunto sólo algunas:

Toda travesía atraviesa por momentos complicados. Es ley de vida. Ninguna biografía, ni en lo personal ni en lo profesional, es una línea recta. Más bien sucede todo lo contrario, cualquier meta que merezca la pena está plagada de obstáculos que hay que sortear. Si las cosas fuesen tan fáciles de conseguir como algunos piensan cualquier persona lograría lo que desease.

Resistencia emocional. Una de las cualidades que mejor define a las personalidades que llegan más alto es la capacidad para soportar el dolor. Según un estudio internacional sobre liderazgo con directivos de referencia, casi todos suelen ser personas que en su juventud (a partir de los 14 años) han tenido problemas muy graves de los que han salido adelante con mucho sacrificio. Lo decía Camilo José Cela: "Quien resiste, vence".

Gestión de las críticas. Me viene a la memoria las palabras de Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York, a colación de esta cuestión: "Con frecuencia tomo una decisión sabiendo que seré criticado, pero con la seguridad de que saldré victorioso. Un líder debe tener la suficiente confianza para pensar que demostrará que ha sabido tomar la decisión adecuada. Aunque hay que ser humilde, se debe aceptar que, por el momento, la razón por la que eres tú y no esas personas quienes toman la decisión es que tú estás al mando y ellos no. No le haces ningún bien a nadie si, al igual que Hamlet, no eres capaz de soportar el peso de las convicciones". Así de simple. Hagas lo que hagas te van a criticar, y si no haces nada también, porque algo deberías haber hecho.

La importancia del equipo. Que se sustenta en tres aspectos: objetivos claros, complementariedad de sus miembros y mucha unión. Los tres son importantes pero el más difícil de suplir es el último. Cuando en un equipo cada uno sólo mira por lo suyo ese proyecto está condenado al fracaso. La práctica de la generosidad y la humildad son fundamentales para no poner en peligro esa unión tan imprescindible. Es uno de los secretos del conjunto español.

Cualquier resultado es la consecuencia de un trabajo previo. Nada se consigue de un día para otro, todo tarda en llegar. Entre la siembra y la siega hay periodos de sequía y malas cosechas. El jugador del Memphis Grizzlies, Marc Gasol, no se olvido de ello: "Estoy muy contento por este nuevo éxito, aunque debemos acordarnos de generaciones anteriores con jugadores como Alberto Herreros, Alfonso Reyes o Carlos Jiménez para entender los que estamos consiguiendo. Es un trabajo que viene de muy lejos".

Rectificar es de sabios. Durante el campeonato hubo declaraciones poco afortunadas de algún jugador, pero su humildad para comerse el orgullo y rectificar, le dignifica. Fallar, fallamos todos, la diferencia es que unos saben reconocer sus errores y otros no, algo que a la larga daña mucho la convivencia.

El éxito tiene muchos padres pero el fracaso es huérfano. El otro día en mi blog personal escribía un post donde me hacía eco de unas palabras del pensador Fernández Aguado: "De vez en cuando, un fracaso sirve para filtrar a los amigos de los meramente interesados. No es fácil diferenciar cuando se está en la cúspide, pero sencillísimo hacerlo en el fracaso. ¡Cuántos y cuántas parecen buenas y amigables personas mientras las cosas van bien para tornarse desagradecidas en los periodos de fracaso. Esa lección antropológica sólo se aprende en la práctica, ningún máster puede transmitirla...". Cuando todo son parabienes muchos se enorgullecen de ser españoles, pero en cuanto las cosas se tuercen un poco miran para otro lado. Sucedió durante los primeros compases del Europeo.

Hasta que no pasa el rabo todo es toro. Un dicho muy taurino que bien se podría aplicar a lo sucedido en Polonia. Muchos dictaron sentencia antes de tiempo y los resultados les quitaron la razón. Lo comentamos en el post de "Respeto" escrito por José Ignacio Rivero: "Quien sabe mucho, escucha; quien sabe poco, habla".

Estoy seguro que los expertos en basket de este blog (Lolo, Eduardo y Eugenio) podrán aportar otras muchas lecciones interesantes..

lunes, 21 de septiembre de 2009

Sobre el ferrocarril alemán, las estrellas y el grupo


A lo largo de la historia se han establecido diferentes clasificaciones de los grupos humanos. Así, han surgido agrupaciones más o menos absurdas en función de las razas, las religiones, los signos del zodiaco, las clases sociales, los números... Es posible que estas clasificaciones se hayan establecido con el único propósito de reducir la extraordinaria complejidad del ser humano y del mundo que le rodea. Lo que sí es cierto es que los clasificadores resultan, por lo general, muy beneficiados de la aplicación de sus catálogos. Y quizá ésta sea la razón por la que algún tiempo atrás, traté de construir una teoría para clasificar las selecciones de fútbol. Para ello me ayudé de los medios de transporte. Encontré algunas metáforas interesantes: Brasil es un jet privado, Argentina un SUV elegante, Italia es un transbordador de sólido acero y Alemania es, por encima de todo, un potente y fiable ferrocarril.
De todos(as) los medios de transporte (selecciones), el ferrocarril (Alemania) es el (la) más predecible. Es posible que no sea puntual, pero es seguro que su trayecto es invariable. Y en esa fiabilidad germana recae su atractivo. No hay sorpresas, sólo trabajo, mecánica e inalterabilidad. Y a muchos nos fascina. Puede ser porque para los alemanes la rendición no exista. Es posible que nos hechice su permanente afán de victoria. Puede ser que nos cautive su solidaridad y cohesión, que transforma piezas variadas en verdaderas ingenierías humanas.
Muchos futboleros arguyen que siempre ha habido mejores jugadores que los alemanes. Y están en lo cierto. Gullit y Franco Baresi tuvieron más calidad que Lothar Matthäus. Zico y Maradona fueron mejores que Rummenigge. Pelé y Cruyff superaron en muchos aspectos a Beckenbauer. Puskas y Czibor fueron superiores a Fritz Walter. Sin embargo, el valor añadido de Alemania nunca ha estado limitado a la aportación figuras individuales. La diferencia la ha marcado el equipo. No en vano durante el mundial de 1990 a Matthäus le acompañaron Rudi Völler, Jürgen Klinsmann, Thomas Hässler, Pierre Littbarski y Andreas Brehme, entre otros. Con Rummenigge se alinearon en 1980 Harold Schumacher, Manfred Kaltz, Uli Stielike, Hans-Peter Briegel y Bernd Schuster, por ejemplo. En la Eurocopa de 1972 Beckenbauer jugó con Sepp Maier, Paul Breitner, Jupp Heynckes, Günter Netzer y “Torpedo” Müller. Por último, Fritz Walter obró el “Milagro de Berna” junto con Posipal, "Der boss" Rahn y Morlock. Y esta amalgama de talento y músculo, de voluntad y consistencia, parece que ha conformado en los últimos cincuenta años un equipo sólido y fiable. Como los buenos ferrocarriles.
Las organizaciones siempre necesitan del talento. Pero también del orden. Dependen de la brillantez tanto como de la armonía. Esta reflexión me asaltó ayer en la grada del Bernabéu, desde la que, de forma nitidísima, se pudo ver cómo 11 jugadores muy bien ordenados pudieron durante muchos minutos con la constelación. Pero volvamos a nuestro tema… El fútbol alemán no ha dado nunca (a mi entender) el mejor jugador del mundo en un instante determinado. Pero casi siempre ha contado con buenos jugadores, grandes atletas y con uno de los mejores equipos del planeta. No en vano, como indicó el gran Gary Lineker, el futbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once, y siempre gana Alemania. Puede que al buen ariete inglés le pudiera la ofuscación de la derrota, sin embargo, desde el Mundial de 1966, Alemania sólo ha faltado de las primeras cuatro posiciones en dos ocasiones (EE.UU. ’94 y Francia ‘98). “Sólo” han ganado dos mundiales en ese tiempo, pero… ha jugado la final en cuatro ocasiones más. Es decir, siguiendo la corriente apostadora que nos invade, se garantiza una presencia en la final en un ¡50%! (en los últimos cuarenta años). Y una presencia en la semifinal en más de un 80% de los casos en ese mismo tiempo… ¿No es esto mucho más de lo que nosotros exigiríamos para cualquiera de nuestros proyectos personales o profesionales?...
Quizá todos recordemos el Mundial de México 1986 por Maradona (la mano de Dios, el Barrilete Cósmico…), por el penalti de Eloy, por el "Buitre" en Querétaro, por la venda de Camacho o por el gol fantasma de Míchel… pero yo, no sé la razón, recuerdo la remontada de Alemania contra Argentina (a la sazón muy superior) en la Final. Luego, marcó Burruchaga, pero en los diez minutos anteriores creo que todos pensamos que ganaría Alemania. Ese ferrocarril.

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