jueves, 26 de febrero de 2009

Dos lecturas para casi todo

La experiencia demuestra que prácticamente todo admite dos lecturas, casi siempre contrapuestas e interesadas según los vientos que soplan y que serán más o menos acertadas según los resultados del momento. Las crisis, a menudo, son épocas malas para muchos ciudadanos; para los más audaces, sin embargo, son momentos de oportunidades. Los tiempos de caídas bursátiles son buenos –dicen los analistas– para comprar y hacer cartera. Otros, los que invirtieron sus ahorros en máximos históricos, maldicen la hora en que decidieron comprar tal o cual valor. Lo que está claro es que todo el mundo es experto en hacer predicciones sobre el pasado.

Hace unos días releyendo el libro «Los cuadernos de Valdano» (1997), éste contaba una anécdota que refleja esta realidad. Así decía:

«Hace sólo dos años una discoteca se puso de moda en Milán y después de los partidos varios jugadores de los dos equipos de la ciudad –Inter y AC Milán– iban a descargar tensiones con copas y baile. El Inter llevaba una pésima temporada y desde el mismo club se culpaba a los jugadores por su lamentable comportamiento profesional. Curiosamente, el Milán completó una excelente temporada y para los responsables médicos del club la discoteca era el vehículo para el equilibrio psicológico de los jugadores».

Tanto al éxito como al fracaso es fácil de encontrarles explicación, eso sí, a posteriori. Los estilos de los entrenadores son también con frecuencia objeto de duras críticas o alabanzas según lo que interese en cada momento. Sobre esto Valdano decía: «Si gana Rikjaard, se ve la necesidad de apostar por un modelo de conducción blando, es decir, el diálogo lleva al éxito; si gana Capello, se ve la necesidad de apostar por un modelo duro, esto es, la férrea disciplina es el camino hacia el triunfo».

Conclusión: dos lecturas para casi todo en las que el resultado –siempre pasajero– da o quita razones temporalmente. A Maradona, en su día, se le achacó que sólo manejaba una pierna, la izquierda; otros supieron dar la vuelta a las críticas y le ensalzaban diciendo que era el mejor siendo cojo. Le sobraba una pierna.

Para los que les guste el fútbol y quieran despegar dudas, merece la pena que vean –y escuchen de la voz de Víctor Hugo Morales– el gol de «el pelusa» en cuartos de final contra los ingleses la calurosa tarde del 22 de junio de 1986 en el Estadio Azteca de Ciudad de México repleto hasta la bandera. El gol se resume en 10 segundos en los que en 60 metros «el pibe» elude a 5 jugadores ingleses dando más de 10 toques con su pie izquierdo y ninguno con el derecho.

Ese mismo día se produjo uno de goles más polémicos en la historia de los Mundiales. También tuvo como protagonista al «pelusa» y fue el primer gol que marcó a los ingleses con la mano (la «mano de Dios»). También dio lugar a dos interpretaciones: los ingleses lo calificaron de «estafa»; los argentinos de «picardía». De aquel gol dijo Mario Benedetti: «Aquel gol que le hizo Maradona a los ingleses, con la ayuda de la mano divina, es por ahora la única prueba fiable de la existencia de Dios».

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lunes, 23 de febrero de 2009

El líbero: Gestionar el Talento


Atendiendo al Diccionario de la Academia, el líbero es un jugador defensivo sin posición fija. Pero el líbero es, para muchos, bastantes cosas más. Si existe una posición en la que la suficiencia de los futbolistas sea la característica preponderante, esa es la de líbero. Pensar en un líbero, es imaginar al mejor jugador del equipo. Un buen líbero integra, más que ningún otro futbolista, a dos jugadores diferentes. En el plano defensivo, se trata de un jugador de colocación y anticipación, con dominio del juego aéreo y con mando en la zaga. En el aspecto ofensivo, el líbero debe conducir el balón con elegancia, dominar la pared, el dribbling y tener capacidad de llegada y visión de juego.
El origen del líbero se remonta al final de los años treinta, en el ámbito del cerrojo suizo creado el austriaco Karl Rappan en respuesta al WM inventado por Chapman en 1925. En el cerrojo suizo, el marcaje individual de tres defensas se ve reforzado por la utilización de un defensa libre situado más retrasado. Ya en los sesenta, el Catenaccio del Inter de Helenio Herrera, empleó al líbero como complemento a la defensa de cuatro en un el 1-4-3-2. Más recientemente, la configuración 5-3-2 ha posibilitado el renacimiento moderno del líbero con vocación atacante.
El arquetipo del líbero soberbio y solvente ha sido el alemán Franz Beckenbauer, “El Kaiser”. Y tras su imponente estela, han ocupado su lugar en la selección teutona jugadores como Uli Stielike, Klaus Augenthaler, Lottar Matthäus, Matthias Sammer, Jens Jeremies o Karsten Ramelow. Es posible que, para ser el mejor líbero, haga falta ser alemán. Aunque hemos conocido líberos inolvidables, como Franco Baresi, Ronald Koeman, Alan Hansen, Frank Rijkaard, Bobby Moore... Pero la cuestión es que esta demarcación de líbero constituye una interesante alternativa para los jugadores veteranos que aún conservan intacta su técnica, pero comienzan a experimentar cierto declive físico. Muchos recordamos aún la última etapa de Bernd Schuster en el Bayer Leverkusen, ya con 33 años. Su recorrido era escaso, pero su jerarquía, inmensa. Sin embargo, en nuestro país, desde los tiempos de “Pirri” y su sucesor, Ricardo Gallego, no hemos tenido continuidad en la demarcación, salvo algunos casos fugaces. Iván Helguera en el Real Madrid de la Octava, Fernando Gómez “El Catedrático” en el Valencia de Ranieri en su primera época... Quizás se trate de un problema de Gestión del Talento. Es posible que jugadores más ofensivos, pero de valía indiscutible, como Guardiola o Zidane hubieran podido tener una reubicación exitosa actuando como líbero. ¿Falta de visión?, ¿rigidez?... A mi entender, en todas las facetas humanas, pero en especial en el fútbol, el verdadero recurso escaso es el talento. Y los responsables necesitan flexibilidad para gestionarlo.

viernes, 20 de febrero de 2009

Los fracasos necesarios


La Copa del Rey de la ACB es el torneo de baloncesto por excelencia. Baloncesto en estado puro concentrado en cuatro días. Si pierdes, a tu casa. Así de simple. Sólo puede quedar uno. El más mínimo fallo te cuesta el partido, no hay margen para el error y los tiempos tienen que estar muy bien medidos: acertar con el planteamiento inicial, con las defensas asignadas, tener la suficiente capacidad de reacción como para corregir errores y defectos sobre la marcha, acertar en el momento de pedir tiempos muertos, tener la capacidad para sorprender al entrenador rival con un planteamiento novedoso y no visto hasta el momento etc.

El Regal Barcelona cuenta con una plantilla de primer nivel. Incluso un internacional como Jordi Trías (ex MVP de la Copa) apenas juega. En el tramos final de la pasada campaña, Xavi Pascual, ayudante entonces del consagrado Dusko Ivanovic, asumía las riendas del equipo tras el despido del montenegrino. "Con esta plantilla no se puede hacer más", dijo. Y a la calle. Pascual, sin grandes alardes, metió al Barça en la final de la ACB.

El técnico debuta en esta Copa del Rey. Lo hace sin miedos, sin presión ni complejos. Hablando relajadamente con él, me decía que no temía pagar la novatada. "Una vez, un técnico veteranísimo me dijo una vez que la experiencia no es más que el cúmulo de fracasos", me dice Pascual. "Así que casi prefiero venir de novato e intentar dar la sorpresa, ¿no?", sonríe.

El otro día escuchaba otra interesante reflexión. "El éxito no es más que una cima de fracasos". Lo que trasladado al mundo real, y empleando una frase que me dijo un jugador de la selección que ahora mismo no recuerdo, significa: "Para llegar lejos tienes que comer mucha mierda".

lunes, 16 de febrero de 2009

Nadal, el poder del equipo


Nadal, al igual que a miles de españoles, me tiene cautivado. Es una persona sencilla, humilde, constante, luchadora, con una gran fortaleza mental y un poder de concentración, cuanto menos, sorprendente, desde el cual emana un espíritu de tranquilidad que nos envuelve a todos. Es capaz de darle la vuelta a un partido en contra, de no amilanarse por la presión de tener dos bolas de partido en contra, de estar metido y pendiente de lo que hay que hacer sin despistarse ni un segundo hasta que el partido ha finalizado. Jim Courier definió su actitud estupendamente “Le encanta la batalla y no importa si pierde el primer set. Al segundo siguiente ya está listo para ganar.”
Rafa es un portento al que todos admiramos, pero hoy no quiero hablar de él sino de su entorno, del equipo que le apoya. Su entrador es su tío, Toni Nadal, sus padres Ana María y Sebastián y toda su familia cierra filas en torno a él. Jamás se les ha subido a la cabeza el éxito de Rafa. Se han esforzado en orientarle, en darle una buena educación, en hacer de él una buena persona. ¡Qué gran diferencia con el entorno de otros supuestos “grandes” deportistas, que solo son aconsejados en función de sus intereses personales, y que incluso arremeten contra sus entrenadores y Clubs si con ello consiguen sus nefastos objetivos personales!
Rafa es leal a su gente, porque su gente siempre le ha sido leal, no diciéndole lo que quiere oír en cada momento, eso es fácil y no tiene valor, sino aconsejándole, siendo estrictos con él cuando ha sido necesario, apoyándole, haciéndole crecer, normalizando una situación que deslumbraría al mismísimo Salomón.
Si cuando termina el partido y uno vuelve a casa, tiene a su gente que le arropa y le protege, le anima y no le obliga a llevar una careta de Superman, sino que le permite ser uno mismo, con sus virtudes y sus defectos, entonces, si tienes eso, creces como persona y como profesional tienes un trampolín que te lanza a lo más alto. Yo así lo he sentido a lo largo de toda mi carrera como entrenador, mi familia ha sido mi equipo, mi norte y mi refugio, y me ha hecho poder afirmar, parafraseando el dicho, que siempre detrás de un gran deportista hay una gran familia, ¡Verdad Rafa!
P.D. Ayer Rafa perdió la Final del Torneo de Rotterdam contra Murray, esto reafirma todavía más en mi admiración hacía este singular deportista, porque ha demostrado, además, que es humano.

miércoles, 11 de febrero de 2009

El jefe perfecto


"Pienso que se puede saber mucho de una persona por la forma en que juega al baloncesto". La frase es de Barack Obama, otrora conocido como 'Barry O'Bomber' con el 23 a la espalda del Hawaii's Punahou High School. No le falta razón. El baloncesto, como hemos explicado en 'Basuketoboru', es el deporte de equipo por excelencia y del que más y mejores valores se pueden aprender y aplicar al mundo de la empresa.

También se puede saber cómo es un jefe en función de cómo se comporta en el banquillo y cómo es su filosofía:
1. Dusko Ivanovic. Convierte a sus jugadores en atletas, siempre demanda la perfección y no para de gritar, gesticular y quejarse en el banquillo. Nunca se queja de las bajas ni las pone como excusa. Los bases son los que más le sufren y ven limitada su creatividad. Cuando cogen el balón siempre le mirán para ver qué jugada ordenan.
2. Aíto García Reneses. Otro creador de atletas y que lleva la rotación en los partidos al paroxismo con actuaciones de apenas 90 segundos y descanso para volver a salir dos minutos más etc etc. Saca el máximo rendimiento de jugadores medianos o mediocres y siempre ha apostado por los jóvenes cuando no eran conocidos: Pau, Navarro, Rudy, Ricky etc. La duda es si este sistema sirve para todos los equipos y jugadores. En la selección, pese a la plata olímpica, quedó claro que no.
3. Sergio Scariolo. Seguramente el mejor entrenador de Europa y ahora seleccionador de España. Un auténtico estudioso de la materia hasta límites insospechados. Calculador, estratega, le gusta tener todo bajo control... algo que le ha traido problemas históricamente con los jefes por su afán de querer siempre lo mejor. Su reto ahora es saber reconvertirse y amoldarse al grupo de la selección, "el mejor grupo de jugadores que jamás tendré".
4. Boza Maljkovic. Pionero en muchos aspectos, explotó mejor que nadie el basket control (término del que reniega e incluso odia que le atribuyan) con un equipo limitadísimo como el Limoges para proclamarse campeón de la Euroliga. En aquella época analizó los recursos que tenía y los explotó sabiamente. El paso de los años le pasó factura. No supo reciclarse.
5. Pepu Hernández. Tras una vida en el Estudiantes, con pocos recursos aunque viviendo por encima de lo permitido, le llegó el éxito con la Selección española de baloncesto al frente de un equipo histórico repleto de talento: oro en el Mundial de Japón'06 y plata en el Europeo'07. Supo captar lo que necesitaba ese grupo: libertad dentro de un órden y unas consignas básicas para hacer funcionar todo bajo unas premisas que se basaban en el respeto y la confianza.
6. Joan Plaza. Precursor y responsable directamente de la nueva moda: apostar por los entrenadores asistentes de perfil bajo (ej: Plaza en el Madrid, Xavi Pascual en el Barça, Sito Alonso en la Penya...). Le llegó el cargo casi por descarte pero supo aprovechar la oportunidad aplicando el aprendizaje previo junto a los mejores (Nolis, Comas, Aito, Maljkovic).
7. Phil Jackson. Sus nueve anillos de campeón de la NBA le sitúan como uno de los mejores de la historia junto al mítico Red Auerbach. Los más críticos destacan que siempre ha ganado los títulos teniendo al mejor jugador del momento (Jordan-Piipen en los Bulls y Kobe-Shaq en los Lakers) y a un gran equipo. Es verdad, pero lo más destacable de Jackson es su sabiduría a la hora de rodearse de los mejores ayudantes y su inquietud por formar al jugador y a la persona regalándoles libros ect. por una creencia acertada: cuanto más culto/listo seas fuera de la cancha, mejor para jugar dentro.


La pregunta ahora es quién es el entrenador perfecto y el jefe ideal. Seguramente habrá que coger lo mejor de cada uno, pero siempre he pensado que el mejor jefe es ese que te exije pero que delega en tí y te defiende mostrando una confianza ciega y absoluta. Esta semana, Marca publicaba una entrevista con Jorge Garbajosa, jugador de la selección y del Khimki ruso donde coincide con Scariolo, y dejaba, como siempre, interesantes reflexiones:
1. "Ser un líder no es pegar cuatro gritos, sino predicar con el ejemplo. Si hay que currar más, tienes que ser el primero, y si hay que hacer 10 sprints más, has de ser el primero de la fila. En los momentos importantes tienes que ser el primero en dar un paso al frente".
2. "El que no te exige no te hace mejorar".

jueves, 5 de febrero de 2009

El valor pedagógico del fútbol

Según un estudio realizado entre aficionados al fútbol por la FUNDES (Fundación de Estudios Sociológicos), para el 90% de los encuestados el fútbol es un «agente de integración social»; para un 67% «contribuye a la formación de los jóvenes» y para otro 69% «posibilita unir distintas identidades sociales y culturales»..

Sin lugar a dudas, el deporte es una herramienta pedagógica de gran valor. El jugador del Getafe, Fabio Celestini, lo tiene claro: «El fútbol no es solo correr detrás de un balón. Significa mucho más. Es un poco como la propia vida y si consigues desde pequeño inculcar valores participativos, de trabajo en equipo y respeto por las reglas, estás contribuyendo a hacer mejores personas en el futuro».

Desde la FIFA han afirmado en muchas ocasiones que «el fútbol es una escuela de vida con un gran valor educativo, sobre todo para niños y adolescentes, quienes deben aprender a aceptar las derrotas con estilo y dignidad, armonizar en grupo, ser solidarios y alcanzar metas como equipo».

Fue Albert Camus (1913–1960), Premio Nobel de Literatura en 1957, quien afirmó: «Porque después de muchos años en que el mundo me ha permitido variadas experiencias, lo que más sé, a la larga, acerca de moral y de las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol». El escritor, en su obra «Lo que le debo al fútbol» dice: «Debuté en 1928 con el club deportivo Montpensier y pronto aprendí que la pelota nunca viene hacia uno por donde uno espera que venga. Eso me ayudó mucho en la vida, sobre todo en las grandes ciudades, donde la gente no va siempre de frente».

Sin lugar a dudas, el deporte, en general, y el fútbol, en particular, constituye un instrumento educativo inigualable. Como apunta Jorge Valdano, «el deporte es una escuela de competitividad, de repartición de roles, de aplazamiento de la recompensa, de superación personal, de resolución de conflictos, de trabajo bajo presión. El deporte enseña desde la práctica y por eso resulta tan pedagógico. Tiene la facultad de enseñar sin que el beneficiado sea consciente de ello. Aprendes mientras juegas”.

La importancia del deporte en nuestra sociedad es tal, que en 2004, la Comisión Europea decidió declarar ese año como el «Año Europeo de la Educación a través del Deporte»: «El deporte desarrolla valores como el respeto, la tolerancia, la justicia y el espíritu de equipo y es un magnífico medio para trasladarlos a otras áreas de la vida. Ayuda a eliminar prejuicios y a integrar a las minorías en la sociedad, además de ayudar a luchar contra la violencia». Igualmente, nuestra Carta Magna, en su Capítulo III, «De los principios rectores de la política social y económica», en el artículo 43.3, reconoce expresamente la relevancia social de la práctica deportiva: «Los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación física y el deporte».

Por otra parte, no hay que olvidar que los futbolistas se han convertido para niños y adolescentes mayoritariamente, en «modelos de referencia» a los que imitar. Ello les obliga «moralmente» a seguir comportamientos intachables, no sólo dentro del terreno de juego, sino también fuera del mismo. La educación demanda y exige, ante todo, credibilidad; y la credibilidad se construye (o desmorona) con el ejemplo (o contraejemplo). Las palabras están bien, pero lo que realmente seduce son los hechos. Dar discursos es fácil, rubricarlos en acciones es más complicado.

El Papa Juan Pablo II, el 7 de mayo de 2000, en un discurso dirigido a representantes de la UEFA a los que recibió en el Vaticano, expresaba la importancia del fútbol como aglutinador de valores: «En estos momentos, el fútbol se ha convertido en un fenómeno de masas que enfatiza la responsabilidad de aquellos que se ocupan de su organización y promueven la expansión de este deporte tanto a nivel profesional como amateur. Están llamados a no perder nunca de vista las significativas posibilidades educativas que el fútbol puede desarrollar. Por otra parte, los deportistas, especialmente los más famosos, nunca deberían olvidar que se convierten en modelos para el mundo de la juventud. Por ello, es importante que, además de desarrollar sus capacidades deportivas, sean cuidadosos para cultivar esas cualidades humanas y espirituales que harán de ellos auténticos ejemplos positivos ante la opinión pública. Pido que todos los profesionales del mundo del fútbol, desde sus organizadores hasta sus profesionales de la comunicación, unan esfuerzos para asegurar que el fútbol no pierda nunca su genuina característica de actividad deportiva, que no quede sumergida por otras preocupaciones, especialmente las de carácter económico. El Jubileo constituye una oportunidad para que el fútbol se convierta en un motivo auténtico de promoción de la grandeza y de la dignidad del hombre. Por ello, las estructuras que componen la industria del fútbol están llamadas a ser un terreno de auténtica humanidad, en el que los jóvenes sean incitados a aprender los grandes valores de la vida y a difundir las grandes virtudes que constituyen la base de una digna convivencia humana, como la tolerancia, el respeto de la dignidad humana, la paz y la fraternidad».

Los jugadores tienen que tomar conciencia de su repercusión e impacto a todos los niveles y especialmente entre los más jóvenes. En una ocasión, Pelé decía: «Todos los niños del mundo que juegan al fútbol quieren ser como Pelé. Por lo tanto, tengo la responsabilidad de mostrarles no sólo cómo ser un futbolista, sino también un hombre». El africano Roger Milla también manifestaba: «Los futbolistas deben colaborar con los programas de lucha contra el SIDA y contra el analfabetismo, ya que, a diferencia de otros personajes públicos, los niños les escuchan». Y Beckenbauer es de la misma opinión: «Un personaje público no tiene sólo ventajas, también tiene muchos deberes. Tiene la posibilidad de invertir en la causa del fútbol»..

lunes, 2 de febrero de 2009

Chapman: Espíritu de Innovación

Herbert Chapman
Pocos innovadores resultan más puros que Herbert Chapman. En el ámbito futbolístico, muchas de las características del fútbol actual fueron introducidas largo tiempo atrás por Mr. Chapman.
Chapman, nacido en Kiveton Park, cerca de Sheffield, en 1878, tuvo una discreta carrera como futbolista. Tras su retirada, entrenó al Northampton Town y luego recaló en el Leeds City, antecesor del Leeds United. En 1919, el club se disolvió debido al descubrimiento de una trama de pagos irregulares. Chapman, que no era culpable, fue suspendido a perpetuidad. Tras demostrar su inocencia, fue contratado como entrenador por el Huddersfield Town. Allí ganó de forma consecutiva las ligas 1923-24 y 1924-25. En aquel verano, contestó a un anuncio en el Athletic News publicado por el Arsenal, club que, por aquel entonces, aún no se encontraba entre la élite. Dos años después, el Arsenal llegó a su primera final de Copa. Tres años más tarde, en 1930, se hizo con el trofeo por primera vez. Al año siguiente, conquistó su primera Liga. El Arsenal fue el dominador del fútbol inglés en la década de los treinta. Sin embargo, no llegó a presenciar los éxitos del equipo que había diseñado. Falleció en 1934 como consecuencia de un resfriado mal curado al desoír los consejos médicos y acudir a un partido del tercer equipo del Arsenal.
Su legado no se mide sólo en trofeos, se expresa en innovaciones. Tras su llegada a Londres, en 1925, la FA modificó la norma del fuera de juego, disminuyendo el número de jugadores hasta la línea de gol de tres a dos. Como consecuencia de esta modificación, los goles se incrementaron un 35%. Este cambio supuso el ocaso de la disposición 2-3-5. Chapman, testigo de la nueva supremacía atacante, ideó el WM bajo el lema “la seguridad primero”. Estableció la figura del defensa central dentro de un sistema 3-4-3. Pero ahí no acaba su herencia. Instituyó los relojes en los estadios, las charlas tácticas previas a los encuentros, las pizarras en los vestuarios, la utilización de deportes complementarios, como el Golf, para reforzar la unión del equipo, el uso de balones blancos, la contratación de fisioterapeutas, los proyectos de cantera, la iluminación y calefacción de los estadios, la contratación de jugadores continentales, la numeración de las camisetas de los jugadores... Sus detractores le acusaron de instaurar también una política de fichajes derrochadora. Gastó 101.000 libras en nueve años. En aquella época, se conocía al Arsenal como el “Banco de Inglaterra”. Sus partidarios argumentaban que recaudó 40.000 Libras en traspasos y multiplicó los ingresos del club.
La actividad innovadora de Chapman fue de amplio espectro, actuando como investigador, respondió a cambios o necesidades con nuevas aportaciones. Por último, lo más importante que aprendemos de Mr. Chapman, es que la innovación es una actividad continua y constante, basada en la tecnología y el conocimiento, pero ante todo, orientada a resultados.

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