jueves, 23 de diciembre de 2010

Feliz Navidad

Como muchos deportes hacen en estas fechas, nosotros también vamos a hacer el tan deseado parón navideño. Cambiaremos a los deportistas por nuestras familias, y nuestros posts y reflexiones, por un gorro de Navidad y una copita de cava para brindar por todos vosotros para que el 2011 sea mejor que este año que acaba.

Todo el equipo de Aprende del Deporte os deseamos que paséis una Navidad estupenda, llena de ilusión, y que disfrutéis de todo el calor de los vuestros que tan entrañable es en estas fechas.

Un abrazo muy fuerte

lunes, 13 de diciembre de 2010

Facebook, fútbol americano y espíritu crítico

Buck Burnette, uno de los jugadores de la línea ofensiva del equipo de fútbol americano Texas Longhorn escribió en su página de Facebook el siguiente comentario tras la elección de Barack Obama: “Qué se reúnan todos los cazadores, tenemos un puto negro en la Casa Blanca”. Al día siguiente su entrenador Mack Brown le echó del equipo justo antes del partido más importante de toda la temporada.

Una de las cheerleaders de los New England Patriots fue despedida por colgar en su página de Facebook una foto suya de una noche loca con sus amigos. En ella aparecía desnuda de cintura para arriba y una amigo suyo había escrito en su torso con un lápiz de labios “Soy judía” junto a una esvástica.

Dan Leona, el responsable de relaciones públicas de los Philadelphia Eagles no fue renovado tras publicar en su muro de Facebook un comentario criticando el juego del equipo. Su jefe argumentó que es incompatible se un fanático del equipo con ser un profesional del mismo.
El entrenador del equipo de fútbol americano de la Universidad de Colorado impuso una nueva regla a sus jugadores el año pasado: “Si te pido ser tu amigo en Facebook, es mejor para ti aceptarme. En cuanto a los contenidos, no pongas en ella nada que tu madre no pueda ver sin avergonzarse, porque si lo haces ella se sentirá mal y tú estarás fuera del equipo”.

En el draft de 2009 muchos equipos de la NFL (Liga profesional de fútbol americano de USA) como los Lions o los Packers crearon perfiles falsos en Facebook como si fueran chichas jóvenes y muy guapas. A continuación le pedían a las estrellas de la liga universitaria que les dejaran ser sus amigas. Su testosterona les traicionó en la mayoría de los casos admitiéndolas en seguida en su círculo de “información privada”. Los ojeadores utilizaron toda la información que pudieron conocer de ellos: si bebían, si consumían drogas, si eran muy juerguistas, etc. para decidir si los fichaban y para aquilatar las ofertas, aun millonarias, que hacerles.

La web 2.0 está transformando sociedad y con ella a las organizaciones, y el mundo del deporte no se mantiene ajeno a ello. Han comenzado los norteamericanos porque sin duda están más avanzados en la integración del social media, pero no tenemos que perder de vista que España es el tercer país del mundo en utilización y penetración de las redes sociales.

¿Son correctos estos comportamientos o se está invadiendo la vida privada? ¿Tiene sentido hablar de intimidad en un mundo donde gritamos a los cuatro vientos lo que hacemos? ¿Las organizaciones se comportan igual en el mundo 1.0? ¿Veremos pronto actuaciones como estas en las ligas de los deportes favoritos de nuestros países?

Preguntas para las que sin duda tendremos respuestas diferentes, seguramente encontradas, y con las que poco a poco iremos configurando entre todos las nuevas reglas de juego de las redes sociales.

Pero hay un aspecto que me apetece destacar, aun más cuando la polémica de Wikileaks está en el candelero. Hoy en día cualquiera puede hablar y publicar cualquier información sobre quien quiera, positiva, negativa, verdadera, falsa, objetiva o subjetiva. Por ello, ahora más que nunca necesitamos desarrollar un espíritu crítico que nos permita no creernos todo lo que leemos y cuestionarnos los porqués. Necesitamos ser capaces de coger perspectiva y contrastar la información para poder ser ecuánimes y no dejarnos llevar por las apariencias o por los intereses de terceros, algo que también nos vendría fenomenal en el mundo 1.0 con los medios de comunicación tan partidistas y parciales que tenemos.

En la web 2.0 se juega a la transparencia, y a en este nuevo juego todos tenemos que aprender a jugar.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Éxito vs Prestigio


En estos tiempos donde todo corre extremadamente deprisa; donde se quiere recoger el fruto al mismo tiempo que sembramos; donde se quiere alcanzar la cima a cualquier precio siempre y cuando sea inmediato; precisamente en estos tiempos, me gustaría daros mi personal teoría sobre la diferencia entre éxito y prestigio.

Sin entrar a valorar de quién fue la culpa, lo que es evidente es que determinados valores que antes cuidábamos y transmitíamos han sido usurpados por la fiebre del oro, y como variante de ésta, el encumbramiento del éxito a una nueva categoría de “deidad”.

Sin embargo, y lo digo por experiencia, del mismo modo que se suele alcanzar el éxito por el camino de la normalidad, del esfuerzo, de la coherencia y del método, también suele ocurrir que, una vez alcanzado, las sirenas del dinero, del poder ficticio, de la notoriedad y de los halagos consiguen que nuestro particular Ulises se quite los tapones de cera de los oídos y sucumba a la tontería, a la ignorancia y a la autocomplacencia propia de un pavo real que pronto será cocinado en Navidad.


Desgraciadamente para ellos, cuando se dan cuenta, están rebozados de salsa y dispuestos en el plato para ser engullidos por el olvido, el desprecio y por la injusta frase que dice: “pero qué se creía éste...”, mientras se busca con desesperación coronar al siguiente pavo real.

Afortunadamente para el ejemplo de muchos deportistas y personas, existen otros que cuando logran un éxito, se blindan sus oídos con una doble capa de cera y no solo resisten a los silbidos de sirena que les volverían locos, sino que aprovechan esa coyuntura para responsabilizar sus comportamientos y actitudes dentro y fuera de su escenario, para reafirmar el camino que le ha llevado a la meta y para servir de modelo ejemplar a los demás.

Para mi, los primeros son los estandartes del mal llamado éxito, los actores de un Gran Hermano que tienen sus 10 minutos de gloria y después hasta nunca. Pobrecillos, creen que el dinero les hará inmunes.

Los segundos son los poseedores de prestigio, aquellos que trazan una línea de comportamiento vital y la siguen sin desviarse ni un ápice, cambie lo que cambie el entorno y las circunstancias personales. Y lo hacen por coherencia y porque entienden que el triunfo es una responsabilidad más que un premio.

Estos últimos meses hemos podido observar paradigmas de ambos modelos en muchos de nuestros más notorios deportistas, pero también en los empresarios, financieros y políticos. Como yo sigo catalogándome como un idealista o un romántico, me agarro a cualquier tabla que me ayude a no ahogarme en lo que creo que es un mar de vulgaridad. Por eso me siento plenamente feliz que los tres finalistas del Balón de Oro de la FIFA sean Messí, Xavi e Iniesta de mis amores, que diría el gran Camacho.

Feliz Navidad y, si podéis, comeros un pavo.

martes, 30 de noviembre de 2010

¿Es el fútbol una escuela de valores?

No siempre. Triste espectáculo el que vimos ayer en el Camp Nou. Patadas, codazos, desprecios, insultos, provocaciones… y todo ello protagonizado por los jugadores de los dos clubes más importantes del mundo –Real Madrid y Barcelona– y ante un público de cientos de millones de personas en todo el planeta.

Mal ejemplo que, por desgracia, no es nuevo. Semanas atrás el juego de declaraciones Mou–Preciado y resto de entrenadores que se sumaron a la causa, también fue bochornoso para lo que es este deporte, que en sus orígenes, a finales del siglo XIX, cuando empezó a introducirse en los public schools ingleses "sirvió para alejar a los alumnos de otras actividades poco aconsejables como la bebida y los juegos de azar, al tiempo que se descubrió como un magnífico medio para fomentar la lealtad, la capacidad de sacrificio, la colaboración mutua y la subordinación a la idea de equipo. En colegios como Harrow, Eton, Charterhouse, Winchester, Westminster y Shrewsbury, organizaban partidos como parte esencial del currículum con especial énfasis en el orden, la disciplina y el espíritu de equipo. El deporte comenzó a aparecer en los horarios de las escuelas y la participación en el fútbol por parte de los estudiantes adquirió un carácter obligatorio" (ver Fútbol: Fenómeno de Fenómenos, pág. 242 y ss.).

El Papa Juan Pablo II, en un discurso dirigido a 150 representantes de la UEFA a los que recibió en el Vaticano, expresaba la importancia del fútbol profesional como aglutinador de valores. Así decía su mensaje:

"Hoy, el fútbol se ha convertido en un fenómeno de masas que enfatiza la responsabilidad de aquellos que se ocupan de su organización y promueven la expansión de este deporte tanto a nivel profesional como amateur. Están llamados a no perder nunca de vista las significativas posibilidades educativas que el fútbol puede desarrollar. Por otra parte, los deportistas, especialmente los más famosos, nunca deberían olvidar que se convierten en modelos para el mundo de la juventud. Por ello, es importante que, además de desarrollar sus capacidades deportivas, sean cuidadosos para cultivar esas cualidades humanas y espirituales que harán de ellos auténticos ejemplos positivos ante la opinión pública. Pido que todos los profesionales del mundo del fútbol, desde sus organizadores hasta sus profesionales de la comunicación, unan esfuerzos para asegurar que el fútbol no pierda nunca su genuina característica de actividad deportiva, que no quede sumergida por otras preocupaciones, especialmente las de carácter económico. Las estructuras que componen la industria del fútbol están llamadas a ser un terreno de auténtica humanidad en el que los jóvenes sean incitados a aprender los grandes valores de la vida y a difundir las grandes virtudes que constituyen la base de una digna convivencia humana, como la tolerancia, el respeto de la dignidad humana, la paz y la fraternidad".
Hoy mismo he estado con José Ignacio Rivero, Presidente de Tatum y colaborador de este blog, y hacíamos referencia junto a Eugenio de Andrés, al comentario que hacía el comentarista la aguja (del blog El espectador),  respecto al post No, así no, no de cualquier forma que escribía el propio José Ignacio sobre el “caso Contador”.

Allí la aguja decía: "No es lo mismo deporte que deporte profesional (en realidad esto último es un oxímoron). El deporte profesional no es ese mundo de valores y referentes del que hablas, es un mundo interesado, artero y torticero. Un mundo de manipulación, de mentira y de traiciones. Todo vale con tal de que… ¡no te pillen! Con su mentalidad, asumen riesgos calculados. Al final, quizá por ir tanto el cántaro a la fuente, o quizá por exceso de confianza, acaban pillándolos. Pero hasta ese momento la cuenta corriente se ha ido engrosando".

Quizás lleve razón nuestro amigo. Aprende del Deporte nace con una vocación clara: ser una correa de transmisión de valores del deporte para su aplicación en cualquier ámbito de la vida. Sin embargo, parece que Deporte y Deporte Profesional son dos cosas diferentes.

Tengo que pensar más sobre ello, pero sí que a menudo el Deporte Profesional –al menos en el fútbol– se asocia sólo a grandes sumas de dinero, comisiones, tarjetas de crédito, glamour, lujo, rentabilidad, compra de partidos… y como decía el negro Fontanarrosa, "el amor del hincha es lo único amateur que queda en el fútbol, ahora centro de una comercialización absoluta"; algo en lo que coincidía Eduardo Galeano: "El fútbol profesional condena lo que es inútil, y es inútil lo que no es rentable. Los periodistas especializados hablan cada vez menos de las habilidades de los jugadores y cada vez más de sus cotizaciones. Los dirigentes, los empresarios, los contratistas y demás cortadores del bacalao ocupan un espacio creciente en las crónicas futboleras. Antes, los «pases» se referían al viaje de la pelota de un jugador al otro; ahora, los «pases» aluden más bien al viaje del jugador de uno a otro club o de un país a otro. ¿Cuánto están rindiendo los famosos en relación a la inversión? Los especialistas nos bombardean con el vocabulario de los tiempos: oferta, compra, opción de compra, venta, cesión en préstamo, valorización, desvalorización".

Un conocido directivo del balompié afirmaba en una ocasión: "La moda convirtió a los futbolistas en hombres muy ocupados que en sus ratos libres juegan al fútbol. Entrevistas, publicidad, negocios: todo contribuye a ese yupismo que los tiene en permanente estado de alerta, cada día más alejados de sus deberes profesionales".

El fútbol nos permite pasar buenos momentos de ocio y socializa igual que ir de tapas o copas, ¿pero hoy día puede ser considerado el deporte (fútbol) profesional una escuela de valores? Vosotros diréis..

sábado, 27 de noviembre de 2010

No es Del Bosque sólo lo que reluce


Para mi Vicente sin duda es un gran ejemplo de persona y de profesional, un gran entrenador y un caballero, un trabajador incansable y un corazón generoso. Del Bosque es un modelo de valores, humilde, sencillo, leal, un hombre de equipo, un deportista de la vieja escuela, de los que un apretón de manos es el contrato más seguro, para los que el honor es un tesoro. En resumen, un gran referente.

Pero Del bosque, no es un espécimen único, escaso sí, pero no único. En nuestro rico panorama deportivo tenemos otros ejemplos, no muchos desgraciadamente, que entienden igual el deporte y la forma de crear equipo, que comparten los mismos valores, los mismos comportamientos, y curiosamente éxitos muy similares.

Hoy quiero recordar a un hombre del balonmano, un maestro que ha revolucionado y modernizado este deporte consiguiendo un palmarés impresionante, especialmente con la Selección Nacional: 2 medallas de bronce en los Juegos Olímpicos y 2 medallas de plata en el Campeonato de Europa. Un gran profesional cuya única vocación ha sido siempre entrenar y enseñar sin más afán que hacer las cosas lo mejor posible.

Como ya os imaginareis, me refiero a mi querido y admirado amigo Juan de Dios Román, al cual tuve la suerte de tener durante muchos años como compañero en el INEF de Madrid, donde ambos dábamos clase de nuestros respectivos deportes. Todavía recuerdo con añoranza las tertulias en la cafetería del Instituto, donde ambos exponíamos con carácter y a veces con vehemencia nuestros puntos de vista del deporte. ¡Qué momentos más inenarrables!
Juan de Dios, al que yo cariñosamente llamaba “Rediós” era, bueno es, un líder de referencia, con una trayectoria deportiva difícil de igualar. Tras más de cuarenta años de éxitos en los banquillos, ahora desde su puesto de Presidente de la Federación de Balonmano trata de extender un deporte que nunca ha sido suficientemente valorado, aunque, sinceramente, a mi me gustaba más el Balonmano cuando veía en los banquillos a “Rediós”. Es una opinión de un servidor, que no quiere menospreciar, ¡ni mucho menos!, a los magníficos entrenadores que tiene este deporte, y que seguro han bebido de las grandes enseñanzas que Juan ha repartido por donde ha pasado.

Admiro a Juan de Dios por muchos motivos, pero hay algunos rasgos en los que Juan de Dios y yo nos parecemos mucho, con toda mi humildad. Por un lado la mentalidad ganadora, los dos llevamos la competitividad en la sangre y no nos gusta perder ni a las chapas. Por otro lado el orgullo de haber transmitido a nuestros innumerables alumnos esos valores en los cuales se tiene que sustenta el deporte, y porque no ¡la mala leche que ambos teníamos en el banquillo! Perdóname Juan por mi pedantería, fíjate si vamos unidos en la historia del deporte que, ¡nos concedieron y nos entregaron la Medalla de Oro al Mérito Deportivo el mismo día!

Amigo Juan, tu devoción y entrega por tu deporte te ha llevado a la presidencia de la Federación, donde a buen seguro lo estás haciendo fenomenal, a pesar de las pocas ayudas que te conceden. Pero estoy convencido que muy dentro de ti hay una voz que te dice todos los días, “Juan, tu qué haces aquí, vuelve a entrenar ¡YA!,” es la misma voz que yo escucho a diario y que no deja de perseguirme este donde este.

Del Bosque y Juan de Dios, son dos diamantes del deporte español, dos entrenadores de “bigotes”, dos ejemplos de los pies a la cabeza de lo que es un líder. Dos grandes personas que no necesitan ni insultar ni hacer escenas para conseguir crear un verdadero equipo y llevarlo a lo más alto, dos defensores a ultranza de esos valores que hacen ser diferentes a otro tipo de entrenadores.

Un gran abrazo lleno de admiración y cariño para los dos.

martes, 23 de noviembre de 2010

Bobby Charlton y Duncan Edwards


Parece ser que, por fin, van a hacer una película sobre los Busy Babes, tal y como consta en el Blog de Carlos Marañón en Cinemanía... La película, que en realidad será un telefilme producido por la BBC, llevará por título: United (The Busby Babes and The Munich Air Crash). Este hecho, me lleva a volver a reflexionar sobre los destinos contrapuestos de los dos exponentes máximos de aquella generación: Duncan Edwards y Bobby Charlton.
El determinismo es una teoría que supone que la evolución de los fenómenos naturales está por completo establecida de antemano. Según los defensores de esta teoría, el azar no jugaría un papel fundamental en nuestra circunstancia, ni el libre albedrío humano sería un modificador de nuestros actos. Atendiendo pues a estos filósofos, Sir Bobby Charlton habría nacido para ganar la Copa del Mundo, y no para morir en un aeropuerto de Munich.
Charlton nació en Northumberland en 1937. Con diecisiete años se incorporó a la disciplina del Manchester United. Allí, junto con otros compañeros de su edad, entre los que destacaba Duncan Edwards, formaron un conjunto extraordinario bajo las órdenes de Mister Busby. Edwards era la estrella. Sin embargo, su destino no era el triunfo pleno. El de Charlton sí.
En la Copa de Europa de 1957/58 los cuartos de final emparejaron al United con el Estrella Roja de Belgrado. El encuentro de vuelta, que terminó con un 3-3, suponía que los ingleses alcanzaban por segundo año consecutivo las semifinales. El vuelo de vuelta a las islas hizo escala en Munich. Allí, Charlton y Viollet cambiaron sus asientos por los de Taylor y Pegg. El avión se dispuso a despegar. Nunca lo logró. Chocó contra una casa y se partió por la mitad.
En la escena del desastre, el portero Harry Gregg comenzó a rescatar compañeros del avión. Salvó a Charlton y a Viollet, luego volvió a por Mr. Busby y Blanchflower. Y también rescató a una mujer, Vera Lukic y su hija, Venona. Sin embargo, 23 personas perdieron la vida en aquel día. Entre ellos, Duncan Edwards, que resistió a su destino unos pocos días. También perecieron Taylor y Pegg, que habían permutado sus asientos por los de Charlton y Viollet en busca de la aparente seguridad que proporcionaba la cola del avión.
Para Busby, Edwards era el mejor jugador del mundo, Charlton declaró que Edwards era el único jugador que le hacía sentirse inferior. Sin embargo, Charlton estaba llamado a alcanzar los mayores triunfos que un futbolista inglés ha conseguido hasta el momento. En 1966, Bobby Charlton acaudilló la selección de Alf Ramsey hacia la victoria en la Copa del Mundo. Allí compartió el triunfo con Gordon Banks, Bobby Moore, Nobby Stiles, Geoff Hurst y su hermano Jackie, entre otros. Muchos pensaron que aquella Copa Jules Rimet que alzó Moore en Wembley debía haberla recogido Duncan Edwards... Dos años más tarde, en 1968, Charlton fue el artífice de la primera Copa de Europa de un club inglés, el United.
Bobby Charlton se retiró de la selección después de la eliminación en el Mundial de 1970 por parte de Alemania. Aquel es recordado aún como uno de los mejores partidos de la historia de los mundiales. Abandonó también el United en 1973 tras algunos años de decadencia y conflictos con las otras estrellas del equipo: el norirlandés George Best y el escocés Dennis Law. En la actualidad, Bobby Charlton forma parte del staff directivo de los de Old Trafford.
La tragedia de Munich es aún recordada por los aficionados. El gran Morrissey, que no había nacido aún cuando se produjo el desastre, recuerda a los caídos en una de sus últimas canciones: “Les echamos de menos, cada noche les besamos. Sus caras están grabadas en nuestras mentes. Me gustaría haber caído con ellos”. Ahora, tendremos también la película... Es emocionante ver y oir cómo los aficionados del Manchester recuerdan, más de cincuenta años después, a los Busy Babes: Forever and ever, We'll follow the boys. Of Man United - The Busby babes!

jueves, 18 de noviembre de 2010

No, así no, no de cualquier forma


No quisiera tener que escribir estas letras, en el sentido que es necesario hacerlo, pero no sería bueno que no nos pronunciemos ante los acontecimientos que están sucediendo en torno a la figura de uno de los hombres más admirados del deporte español. Me refiero como se habrá podido entender al posible caso de doping de Alberto Contador.

Sé que a la hora de escribir estas líneas aun queda todo por confirmar, pero el asunto tiene muy mala pinta. Debemos así espero que todo se aclare y Alberto pueda decirnos con su cara de “buen chico”, no me merecéis, no me habéis creído, ante la apariencia de los hechos, lo primero que hicisteis es condenarme. Me encantaría escuchar esos reproches por parte de Alberto, me encantaría avergonzarme de mis sospechas pero…

En mi vida profesional, he utilizado bajo el título de “Aprende del deporte” a un numeroso grupo de deportistas españoles y de otras nacionalidades para que sirvan como referentes a la hora de hablar de valores que deberían estar presentes en la sociedad actual y que sin embargo cada vez es más difícil reconocerlos en el mundo empresarial.

Qué fácil es que entendamos que es un trabajo de equipo cuando hemos visto jugar y convivir a las selecciones de España de fútbol y baloncesto en los últimos años.

Todos reconocemos lo que es la capacidad y afán de superación cuando hemos visto a nuestros motociclistas correr en un circuito a los pocos días de haberles operado, tras la rotura de alguna parte importante de su esqueleto, producida por alguna espectacular y estremecedora caída.

Quién no ha identificado en Rafa Nadal al espíritu de lucha casi sin límite.

Cuando hemos oído hablar a Vicente del Bosque hemos identificado todos en él la sencillez y la humildad.
Es imposible no pensar en la lealtad ante un amigo, al ver como Iniesta mostraba en uno de los momentos quizás más importantes de su carrera la foto y nombre de Jarque desaparecido dramáticamente poco tiempo atrás.

Todos los que vemos correr a un deportista carente de piernas apoyándose en unas prótesis e intentando alcanzar records imposibles para la mayoría de los seres humanos pensamos que razonablemente Oscar Pistorius es un referente en la capacidad de superación.

Aquellos que conocemos la historia de Dick Hoytt y su hijo David, acaso no pensamos que es difícil encontrar ejemplos de compromiso tan firmes y emocionantes. (Para aquellos que no conozcáis este caso osdejo uno de los muchos vídeos que podéis encontrar en Youtube).





Aquellos que conocen la vida de Alfredo Di Stefano ¿no ven en él ejemplo de competitividad y ambición sana?

En fin, el mundo del deporte es un escaparate de valores y referentes, pero desgraciadamente y con alguna frecuencia nos muestra su cara oscura, su cara decepcionante.

No podemos consentir y transigir con aquellos que no saben o no quieren entender, que la mayoría queremos que el deporte mantenga su escala de valores lo más alta posible y sea modelo para los más jóvenes con ganas de creer en todo y para los más viejos con necesidad de recuperar la credibilidad en algo, ante tantos peligros y amenazas que nos rodean en el mundo que estamos creando entre todos.

En el deporte también no, por favor:
- No a ganar de cualquier forma
- No a la violencia
- No a las discriminaciones
- No a los doping
- No al egoísmo
- No al a prepotencia
- No a la corrupción
- No a la difamación
- No, no y no

Yo no quiero sentirme orgulloso o cómplice como he pensado en alguna ocasión de la mano de Maradona o la de Henry.

No de cualquier forma, siempre quiero ganar y así me ha pasado desde niño cuando jugaba en los recreos en mi colegio, pero la victoria debe estar fundamentada en principios y valores, no de cualquier forma.

Alberto, quiero decirte, que necesitaríamos que lo tuyo fuese un gran error de los técnicos. Perdóname por mi desconfianza y en caso que resultes culpable pide disculpas a todos y si eres inocente convierte este error en una gran enseñanza, declarando en este momento la guerra al doping y a todo lo que le rodea.

jueves, 4 de noviembre de 2010

¿Qué representa un Barça-Madrid?

Quedan apenas unas semanas para que se dispute uno de los partidos más seguidos a nivel planetario (1.000 millones de audiencia televisa; ver post Real Madrid-Barcelona: un clásico de macrocifras), que este año adquiere unas connotaciones especiales si tenemos en cuenta que el Barça vive uno de los mejores momentos de su historia y el Real Madrid parece resurgir con la figura de Mourinho. Pero más allá de lo deportivo, ¿por qué el interés por este partido y la rivalidad entre ambos clubes?

En mi libro Fútbol: Fenómeno de Fenómenos relato parte de ello. Comprender lo que representa el “gran clásico” implica darse un paseo por la propia historia personal de Cataluña y del estado español. A finales del siglo XIX, Barcelona era una región industrial con una importante actividad mercantil. Tan sólo EEUU, Inglaterra y Francia podían competir con la producción textil catalana. No obstante, si bien Cataluña contaba con un protagonismo económico notable, el poder político estaba concentrado en Madrid, con lo que los intereses del gobierno central y los de los capitalistas catalanes chocaban frontalmente. Para los nacionalistas, Cataluña era símbolo de la modernidad y el progreso, mientras que Madrid era símbolo del subdesarrollo y el retraso. Mientras el centro luchaba por salir adelante, la burguesía catalana abría sus puertas a las influencias extranjeras a través del comercio.

Esta supremacía catalana no era del agrado del Estado español que la veía como una región de ideas separatistas. Por su parte, los catalanes acusaban al Estado de falta de sensibilidad ante la realidad social. En este contexto histórico surgió el Barcelona Football Club que fue fundado oficialmente el 29 de noviembre de 1899 por el suizo Joan Gamper. Un año después, el 28 de octubre de 1900, a iniciativa de Ángel Rodríguez, nacería la Sociedad Española de Football, que más tarde pasaría a llamarse Club Español de Football, y en 1912, con la concesión del título de “real” por parte de Alfonso XIII, Real Club Deportivo Español. El club blanquiazul, compuesto por castellanos, nació como reacción al club catalán, formado en su mayoría por extranjeros. Pronto, la rivalidad entre ambos equipos se dejó notar. El nombre de “español”, en primer lugar, y el título de “real” después, no eran del agrado de la hinchada culé que veía ambos símbolos una provocación a lo que Cataluña representaba. De este modo el RCD Español se convirtió en el gran rival del FC Barcelona, “el espectro del centralismo en su propia casa” y, en consecuencia, “el enemigo interior a combatir”. El diario Marca recogía en sus páginas: “Mientras el Español era un equipo patriota formado por buenos y sanos españoles, el Barcelona era catalanista hasta la médula haciendo propaganda de un régimen insoportable”.

Asimismo, el club blaugrana desde sus orígenes manifestó activamente sus simpatías políticas participando en numerosos actos para reivindicar la causa catalana, algo que el club blanquizaul no hizo: “El Español y el Barcelona llevaban una mascarilla demasiado pequeña para que no se adivinara enseguida el verdadero sentido de ellas. El deporte era la careta que cubría el sentido político. Uno, el Español, dirigido por personalidades de un matiz conocidísimo como español y patriota y que, arrastrados a la lucha, procuraron de su peculio engrandecer al club y a su nombre, para mostrar al rival de lo que eran capaces un buen puñado de buenos españoles fuesen de dónde fuesen. Otro, el Barcelona, ocupado constantemente en dar en el seno de la sociedad el tono catalanista hasta en su correspondencia, acudía con banderas de colores a actos políticos catalanistas”.

El 14 de junio de 1915, el Barcelona y el Júpiter disputaban en Les Corts –antiguo estadio del club culé– un partido de homenaje al Orfeó catalán. La banda de música de un buque británico atracado en el puerto aprovechó el descanso del partido para interpretar el himno español. Los 12.000 asistentes catalanes presentes comenzaron a abuchear. El desprecio le costó al club una sanción, el estadio se clausuró 6 meses y Gamper tuvo que exiliarse.

Durante la dictadura de Primo de Rivera (1923–1929) se eliminó la bandera catalana y la lengua oficial fue abolida. Con los dos principales modos de expresión eliminados, muchos vieron en el barcelonismo una forma de manifestar su reacción contra el régimen y un símbolo de resistencia nacionalista, por lo que se afiliaron al club culé. La bandera del Barça sustituyó a la senyera en las manifestaciones políticas de la época, lo que sirvió para reforzar más la vinculación del equipo con la autonomía catalana: “El fútbol español ha jugado ciertos protagonismos políticos en determinados momentos. Sus socios y simpatizantes se han servido muchas veces del poder de convocatoria de la entidad para convertirla en banderín de enganche. Algunos clubes han sido en sí mismos la representación más evidente de un movimiento político en los momentos en que éste ha estado perseguido”.

Con la proclamación de la República, el 14 de abril de 1931, se abría un nuevo episodio en la historia de España. En 1932, se reconocía el carácter diferencial de Cataluña al tiempo que el RCD Español era despojado del título de “real”. Sin embargo, la guerra civil (1936–39), la derrota de la República y la llegada del Generalísimo al poder, marcó una nueva etapa. El invento del Barça como “el ejercito sin armas de una nación sin estado” o “la sublimación épica del pueblo catalán en un equipo de fútbol” se hizo más evidente con Franco en el poder. Por si fuera poco, el presidente del Barça, Josep Sunyol, había sido fusilado en 1936 por la Coalición Nacionalista: “El Barça fue el símbolo de la posición política de la burguesía nacional y de la pequeña burguesía catalana hasta la guerra civil; después, fue la única forma de expresión elíptica de un conjunto de sentimientos. La prueba principal de esta afirmación reside en el hecho de que los inmigrantes integrados son seguidores del Barça, los no integrados, del Español”.

Con el Caudillo, la rivalidad futbolística con un marcado carácter regional a través del enfrentamiento entre periquitos y culés, quedó en un segundo plano y se trasladó al enfrentamiento entre el Real Madrid –símbolo de la españolidad– y Barcelona –símbolo de la catalanidad–. Franco, al igual que Primo de Rivera, trató de eliminar cualquier brote nacionalista, pero mientras este último reaccionó también de manera aplastante contra el Barça, el primero, más inteligente, vio al club culé como un mal menor con el que convivir y por medio del cual los catalanes podían desahogarse: “[Franco] trató de borrar todas las rivalidades regionales en España, excepto en el fútbol. Promovió el fútbol como un medio saludable para que las regiones descargasen sus tensiones. Como los catalanes no tenían partidos políticos, ni gobierno regional, ni derecho alguno a usar su propia lengua, pusieron todo su orgullo cultural en el Barça. En un partido del Barça, la gente podía gritar en catalán y cantar canciones tradicionales cuando no podía hacerlo en ningún otro lugar”.

Pronto, el fútbol como catalizador de la oposición regionalista adquirió una dimensión mayor: “Lo que está muy claro en el fútbol español es que el deporte balompédico es, en realidad, un semanal enfrentamiento político. El Real Madrid representa algo, y el barcelonista lo sabe; el Barça representa otro algo también, y el madridista también lo sabe”. El presidente del Real Madrid, Santiago Bernabéu, refiriéndose al presidente del RCD Español entre 1967 y 1969, Juan Vila–Reyes, decía: “Le admiro porque preside en Cataluña un club que se llama Español. Eso sí que tiene mérito”. Para el escritor Vázquez Montalbán, “el Barcelona y el Real Madrid son algo más que un club porque asumen valores políticos añadidos. El Barcelona sería algo así como el ejército simbólico desarmado del nacionalismo catalán, y el Real Madrid, el representante del Estado español, papel que se le atribuyó en los tiempos de Franco”.

Durante la dictadura, el Barça sería fichado en los archivos de la Dirección General de Seguridad, como “elemento peligroso y hostil al régimen”. En el expediente abierto al club con el número 29708, se detallaba: “Este club explota su rivalidad con el Español para hacer política catalanista y le rodea un público apasionado, en su mayor parte de ideas separatistas”. Vázquez Montalbán escribió: “Cuarto en la lista de organizaciones que purgar, después de los comunistas, los anarquistas y los separatistas, se hallaba el Fútbol Club Barcelona”.

En 1943, ambos clubes debían medirse en partido de semifinales de la Copa del Generalísmo. En aquella época se había decretado una amnistía que amparaba a los exiliados durante la guerra. En el Barça militaban tres jugadores que habían permanecido huidos después de una gira por América con el club. El partido de ida en Les Corts se había resuelto a favor de los catalanes por 3-0. Antes del comienzo del encuentro de vuelta, uno de los máximos responsables de seguridad entró en el vestuario blaugrana y les recordó: “No olvidéis que algunos de vosotros estáis jugando gracias, únicamente, a la generosidad del régimen, que ha olvidado vuestra falta de patriotismo”. El club culé recibió una sonora goleada: 11–1. Del incidente dio cuenta Samarach en el diario La Prensa. La crónica fue objeto de felicitación por la directiva barcelonista pero el atrevimiento le valió una sanción ejemplar y tuvo que dejar de escribir. El artículo decía: “Quizá si la victoria hubiera sido 4–0  nos volcaríamos a reprochar a éste o aquel jugador del Barcelona. Pero un 11–1 son diez tantos de ventaja. Muchos, demasiados, para que no se busque otra razón que pueda explicarnos este resultado. Si los azulgranas hubieran jugado mal, francamente mal, el marcador no hubiera alcanzado esa cifra astronómica. Lo que pasa es que no jugaron”.

Filosofía culé

La filosofía del Barça viene definida por el lema acuñado por Cirici y Mercè Valera en 1975 “más que un club”, frase que sintetiza de manera explícita los valores que el conjunto blaugrana representa: “Casi nunca una frase tan corta ha podido significar tantas cosas. Cuando alguien ha dicho que el FC Barcelona era más que un club, estaba aludiendo a un fenómeno sorprendente, y creemos que único en el mundo, de una institución deportiva revestida de tanta trascendencia”. Otro presidente de la institución, Narcís de Carreras, lo expresaba en estos términos: “Somos lo que somos y representamos lo que representamos”; igual que el dirigente Agustí Montal i Costa (1969-1977): “El Barça es mucho más que un club. Uno de los éxitos del Barcelona es su poder como entidad integradora de la gente que llega a nuestra tierra y se identifica por medio de nuestro club con nuestra manera de ser”.

Uno de los acontecimientos más relevantes en la historia del club como institución, fue el memorable 5–0 en el Estadio Santiago Bernabéu la noche del 18 de febrero de 1974, con Cruyff como director de orquesta. Algunas crónicas apuntan peyorativamente que el proceso de transición hacia la democracia no comenzó en diciembre de 1973 con el asesinato del almirante Carrero Blanco sino aquella noche épica: “El Barcelona acababa de derrotar a sus mortales rivales del Real Madrid, y prácticamente todo el mundo, jóvenes y viejos, hombres y mujeres por igual, salió a la calle para celebrarlo. Aquella noche hubo más senyeras rojas y amarillas que banderas azulgranas del Barça, particularmente a lo largo de las Ramblas y en la plaza de Catalunya, y la canción que cantaba la multitud era el himno catalán proscrito, Els segadors”. La humillación sirvió para que algunos calificaran a ese año como el mil novecientos cero cinco. Hoy todavía la gesta se sigue celebrando: “Hay victorias tan gozosamente sentidas que son motivo de celebraciones en aniversarios señalados. Para el Barça es casi fiesta de guardar el 0–5 de 1974 en el Estadio Bernabéu. Los veinte años de aquella gesta no pasaron inadvertidos. Humillar al contrario, aunque sea con efemérides que no han vivido miles de socios, forma parte de la pugna permanente”.

Con la democracia en marcha

El 28 de diciembre de 1975, poco después de la muerte de Franco, el Real Madrid debía jugar en el Nou Camp. Los catalanes esperaban con ansia el encuentro. Numerosas banderas catalanas lograron colarse al interior del estadio. El equipo local venció por 2-1. La afición estalló de alegría y celebró la victoria deportiva con sabor político. Años más tarde y ya con la democracia más consolidada, en una final histórica de la Copa del Rey en 1983, el Barça se imponía a su eterno rival por 2-1, triunfo que el alcalde socialista de la ciudad catalana, Pascual Margall, calificó así: “Esta victoria satisface los deseos de todo un pueblo”.

El presidente del Barça hasta 2010, Joan Laporta, también hizo gala de su catalanidad durante su viaje oficial a Bosnia–Herzegovina en 2005. En el discurso ante las autoridades del país decía: “El Barça es un club de Barcelona, capital de nuestro país, Catalunya. Estamos orgullosos de ser catalanes y aquí podemos manifestar esos sentimientos con el mismo orgullo que vosotros decís que sois bosnios”. En una entrevista a El Mundo, el dirigente decía: “El Barça es un club poliédrico, promueve unos valores que son universales como el civismo, la deportividad y el hecho diferencial de que es un club catalán de fútbol que está muy vinculado y entroncado con la sociedad catalana. Para un catalán del Barça, la catalanidad del club es muy importante”. Y también: “La catalanidad del Barça es una realidad. Es entendida, comprendida y aceptada por todo el barcelonismo. Nuestra directiva es catalanista. El Barça ha tenido históricamente un papel extraordinario para promover los valores del catalanismo. A nivel político también ha tenido ese papel. Ya desde sus inicios, Gamper, que era suizo, tuvo la habilidad de vincular al club con Cataluña. En los años 20, la entidad ya se posicionó en cuestiones como el apoyo al Estatut y se consideró al Barça como el club de Cataluña. Ahora somos más que un club en Cataluña, más que un club en España y estamos en el marco de una estrategia corporativa para ser más que un club en el mundo”.

En la actualidad (y como siempre), en Can Barça los triunfos barcelonistas son celebrados por el soci culé con un “¡Visca el Barça!” seguido de un incondicional “¡Visca Catalunya!”, símbolo ideológico de la identidad del club con el regionalismo catalán..

domingo, 24 de octubre de 2010

Los Príncipe de Asturias, Del Bosque, y el ejemplo de un líder

Este fin de semana se entregaron los Premios Príncipe de Asturias. Entre ellos uno especialmente emocionante: a “la Roja” por hacernos soñar, por ser capaces de unir lo que lo que los políticos parecen no querer, por darnos alas, por transmitir que toda meta es alcanzable si se es un equipo y se pone el corazón, porque nosotros también lo valemos.
Un premio más que merecido, que al final tras muchos dimes y diretes con los mega entrenadores, recogieron nueve jugadores en representación de los 23 que consiguieron hacernos tocar el cielo en Sudáfrica. Casillas, Xavi, Llorente, Javi Martínez, Marchena, Capdevilla, Jesús Navas, Reina y Mata fueron los privilegiados que estuvieron en Oviedo el sábado, con Vicente del Bosque a la cabeza.



Del Bosque que siempre ha demostrado de forma práctica y sin ostentaciones, los valores con los que otros se llenan la boca, de nuevo fue el ejemplo del que muchos de los mandos y supuestos líderes de nuestras organizaciones deberían aprender.

Con la humildad que le caracteriza, y la naturalidad de quien hace un gesto cotidiano, Vicente del Bosque firmó otro gran capítulo para su leyenda de gran líder. Tras invitar a asistir a la entrega de los premios a Luís Aragonés, quien como todos recordaréis estuvo durante el Mundial poniendo continuamente en entredicho y criticando al salmantino, no se conformó con ello, y en su discurso le agradeció su gran contribución al éxito en Sudáfrica de la Selección. Le atribuyó el mérito de la victoria a Aragonés, y al magnífico equipo de jugadores, como si él ni siquiera hubiera estado allí.

Y por si fuera poco, cuando llegó el momento de salir a recoger el galardón, Vicente del Bosque se acercó personalmente a la butaca de Luís Aragonés para pedirle que les acompañara a compartir tan singular momento.

¡Chapeau! ¡Espectacular! Esto es la humildad del líder. Esto es ponerse al servicio del equipo, es saber compartir el éxito, es saber valorar a los demás. Estos detalles son los que hacen grande a una persona, son los que esculpen la autoridad de un líder. Este es un ejemplo tan poderoso que marca el estilo de un equipo, que traza el rumbo para los que vienen detrás. Un ejemplo que no deja indiferente a nadie. Ni siquiera a los malos jefes, a los malos políticos o a los que se creen mejores que los demás. Aunque sólo sea porque por unos segundos alguien les ha sabido poner delante un espejo en el que reflejar sus vergüenzas. ¡Grande Del Bosque!

Puede que a Del Bosque le falte glamour, como algunos directivos del deporte español le achacaron en el pasado, pero sin duda su talla humana y calidad como líder está al alcance de muy pocos. ¿Buscamos referentes? ¡Sigamos a Del Bosque!

jueves, 14 de octubre de 2010

Lo que aprendí en Guatemala sobre liderazgo




Los integrantes de la Selección de Fútbol Sala que ganamos el primer campeonato del mundo, estamos escribiendo un libro para conmemorar su décimo aniversario (fue el 3 de diciembre de 2000 en Guatemala).

Aunque es más largo que los post que suelo publicar, me apetecía compartir con vosotros uno de los capítulos que estoy escribiendo para ese libro, sobre las lecciones que aprendimos el equipo técnico. Espero que os guste.


Este Campeonato del mundo no solo nos dio la oportunidad de inscribirnos en la historia, sino que, además, nos sirvió como banco de pruebas de una manera hasta entonces no conocida, por lo menos en el fútbol-sala, de dirigir grupos.

La clave fue no engañarnos. Cuando diseñamos la preparación del Mundial, nos dimos cuenta que teníamos que trabajar muy, pero que muy duro. Esta intensidad necesaria solo se puede lograr con un grupo de jugadores muy comprometidos y entusiasmados con la misión, algo con lo que no contábamos de antemano, por lo menos con una parte del grupo (ya hemos contado los problemas iniciales que se produjeron con la lista definitiva de jugadores). Ante este panorama, optamos por introducir constantes elementos de motivación en todas las tareas diseñadas en los entrenamientos. Por ejemplo, si teníamos programado como objetivo la mejora del disparo a portería, se formaban parejas de jugadores y competían entre ellos, formando eliminatorias que dieran un ganador final. Todos los datos se registraban y después se pasaban a unas listas que se ponían en la sala de ocio destinada para uso de jugadores que habíamos dispuesto en el hotel. Allí todos podían ver quién iba el primero en la competición de disparos a portería, pero también en asistencias, en recuperaciones, etc.
También recogíamos datos colectivos en los partidos y los comparábamos unos entre otros, lo que nos servía para fijar objetivos concretos de cada partido de entrenamiento, amistoso u oficial; Si en el anterior partido habíamos perdido 15 balones, el objetivo en el próximo era perder menos de esa cifra y así en todas las variables registradas: recuperaciones de balón, disparos entre los tres palos, faltas cometidas, etc. Con este método conseguimos fomentar la competitividad máxima en todos los ejercicios y la motivación diaria para afrontar sesiones verdaderamente duras.

Otro aspecto innovador, aunque ya esbozado en concentraciones anteriores, fue crear un microclima de intimidad. Para ello, exigimos a la organización del Campeonato que nos otorgaran una planta del hotel exclusivamente para la expedición, incluida una habitación (el taller) sin muebles ni cama donde pusimos mesas para lectura, juego de cartas, televisión y conversación. Con ello fomentamos la convivencia y la sensación de hogar en un lugar tan despersonalizado como un hotel gigantesco de 5 estrellas. Por allí uno podía pasearse en calzoncillos, descalzo, dar gritos, cantar o hacer lo que realmente le apeteciera, dentro de las normas cívicas y del respeto. Un dato elocuente es que todo el mundo tenía, por motu propio, las puertas de las habitaciones abiertas de par en par.

Otra lección que aprendimos los técnicos en este Campeonato fue a manejar la comunicación. Hasta entonces, la preparación de los partidos se hacía con horas y datos interminables sobre los rivales. Vídeos de partidos, cortes de jugadas, de estrategias, etc, etc. En definitiva, ejecutábamos el manual de un técnico inseguro: atiborrar a datos a los jugadores con la excusa de que nada se nos escapara o para justificar ante los demás que trabajamos mucho. La experiencia y la ciencia nos demostró que el jugador sólo aguanta un vídeo o explicación unidireccional como mucho de 15 o 20 minutos; el resto del tiempo nos mira con los ojos pero su mente está en otro sitio; incluso se está mofando de los zapatos tan feos que llevamos. En este sentido, el hecho de contar en mi equipo de trabajo con ex jugadores de alta competición e internacionales (yo me incluyo entre ellos) nos ayudó muchísimo a entender a los chicos.
Como experiencia pionera, pusimos en práctica una manera de preparar los partidos mucho más participativa y divertida. Veíamos un vídeo preparado de antemano de 15 minutos más o menos. A partir de ahí hacíamos una matriz en una pizarra donde dividíamos entre fortalezas y debilidades. Después del vídeo, uno a uno todos los jugadores nos tenían que decir una virtud o un defecto del equipo que habían visto en el vídeo (nuestro rival). Yo los anotaba y, una vez concluida la ronda, comenzábamos otra donde cada jugador nos tenía que dar una solución de cómo minimizar la fortaleza apuntada o cómo explotar la debilidad observada. Si alguno decía alguna barbaridad, en vez de ridiculizarle, utilizábamos el método socrático, es decir, le hacíamos preguntas a sus respuestas para que se diera cuenta del error y razonara la conclusión acertada. Con este método no solo fomentamos la atención (todo el mundo sabía que tenía que participar, por lo que prestaba atención al vídeo y las explicaciones), sino que creamos un clima de participación donde todos, absolutamente todos (jóvenes y veteranos) se sentían importantes. Además, con el paso de los años, se creó una cultura táctica enorme.

Dicen que la necesidad te obliga a sondear caminos no explorados anteriormente, y este fue el caso que nos ocurrió con la inteligencia emocional. Hacía poco tiempo que había leído el libro de Daniel Goleman que trataba sobre este tipo de inteligencia, pero nunca pensé que íbamos a hacer un doctorado sobre esta materia en Guatemala. Desde el autoconocimiento, la automotivación, el autocontrol (los intentos de desequilibrarnos emocionalmente fueron constantes e ignominiosos), pasando por una habilidad que nos ayudó muchísimo a engrasar la convivencia del grupo: la empatía. Las anécdotas contadas por los jugadores sobre las cervezas y el restaurante de comida basura son verdad, pero nosotros lo hablábamos en la intimidad y nos poníamos en la piel de los jugadores: la comida en el hotel no era la más adecuada para un deportista, entrenaban muy duro y, además, la sensación de engañar de modo venial a los “jefes” te produce un sentimiento de placer y complicidad que ayuda a unir los grupos. En este caso, nos hacíamos los tontos por imperativo legal. Además, de esta experiencia, aprendimos que llevar cocinero y alimentos de tu país puede convertirse en el mejor fichaje del equipo, como así hicimos a partir e Guatemala.

Otro asunto que descubrimos fue la importancia de que el equipo técnico o de responsables permanezca unido de manera monolítica, pues en estos ambientes es muy fácil caer en la tentación de dar la razón a un jugador u otra persona del ambiente exterior sin caer en la cuenta que va en sentido contrario a las directrices emanadas de la Dirección. Lo que en primera instancia es una fisura, se convierte después en grieta y, finalmente, en ruptura. Os puedo asegurar que en mi vida profesional he conocido a algún personaje especialista en estas lides y que ha hecho un auténtico destrozo en muchos grupos con la única intención de conseguir su objetivo, casi siempre espurio.

Por último, hubo una habilidad que desempeñamos por intuición y de la que no fuimos conscientes hasta ahora, cuando los nuevos descubrimientos en neurociencia han desvelado la relación entre pensamiento-emoción-acción. Esta teoría viene a decir de manera muy simplista (pido perdón a los científicos) que cada pensamiento (acto mental) desencadena una reacción fisiológica (emoción) que te lleva a ejecutar una acción. Ejemplo: Oyes un ruido en la oscuridad y piensas que es un ladrón; ante esa información que llega al cerebro, el organismo segrega unas sustancias (adrenalina o cortisol) que hacen que salgas huyendo o que te quedes paralizado. Pues bien, si quieres modificar los comportamientos, necesariamente debes cambiar los pensamientos, que normalmente están influenciados por la genética, la educación, las experiencias, los valores y las creencias.
Nosotros en esos tiempos no éramos conscientes de todo esto, pero la intuición de llevar 20 años metidos en esto de los equipos humanos nos hizo saber lo que era bueno o malo para el grupo. De este modo, sabiendo que algunos jugadores habían sido impactados e intoxicados emocionalmente sobre las causas de una decisión que tomamos exclusivamente por motivos deportivos, sus comportamientos y actitudes estaban condicionados por ese pensamiento. Con esa premisa, nuestra labor fue demostrar, a través del ejemplo, lo erróneo de esa manera de pensar y, desde el respeto a cada opinión, ir modificándola poco a poco. Una vez cambiado el pensamiento, la emoción de rabia y apatía se pudo convertir en simpatía y complicidad y entonces la acción dio un vuelco: De entrenar y convivir de modo frío y políticamente correcto pasamos a hacerlo con pasión y compromiso. Además, la dinámica general iniciada acabó por engullir las últimas reticencias individuales que quedaban. Todavía guardo frescas en mi memoria las jugosas conversaciones con determinados jugadores en la fiesta de celebración del Campeonato, lo que nos reafirmó que algo (todavía no sabíamos definirlo) habíamos hecho muy bien.

En cuanto a la planificación deportiva pura y dura, tanto Jose A. Diaz Rincón (El profe) como yo entendemos que es tan necesaria y aburrida como todas las planificaciones, pues el papel lo aguanta todo y lo realmente difícil es resolver los problemas que aparecen cuando cambias las flechas del gráfico o las tareas diseñadas por seres humanos que tienen que ejecutarlas .

No obstante, si alguien que lea estas líneas está interesado en adquirirlas, solo tienen que ponerse en contacto con nosotros e inmediatamente las tendrán.

Para terminar os dejo un video resumen de la final de aquel maravilloso mundial para que disfrutéis como yo recordándolo.








lunes, 11 de octubre de 2010

Lolo Sainz en Valencia

Hoy para celebrar el puente os dejo un pequeño resumen de la conferencia que hace unas semanas Lolo Sainz dio en Valencia para los socios del Club de Marketing.

Siempre es un placer poder ver a este maestro en acción.



Espero que os guste.

martes, 5 de octubre de 2010

Corresponsales AdP: La Eterna Juventud por Alfonso Loaiza

Miguel Ángel Jiménez está viviendo un sueño, sigue jugando de fábula y ha reconquistado con Europa la Ryder Cup. Sus victorias con 46 años son la prueba fehaciente de que en su cuerpo habita el alma de un joven con gen ganador. El golfista andaluz se ha convertido en el único jugador que ha logrado tres victorias esta temporada en el circuito Europeo. El Omega European Masters, el Alstom Open de Francia y el Omega Dubai Desert Classic han sido sus triunfos. Dubai, Francia y Suiza las tierras conquistadas individualmente. Y la Ryder Cup con el combinado europeo ha sido el culmen final de una temporada espectacular.


Para el andaluz esta temporada es la más especial que ha vivido con diferencia. Y no es para menos. Muchos le daban por muerto, pero los viejos rockeros nunca fallecen. El golfista del puro les está dando santa sepultura a todos sus enterradores demostrando día tras día que la juventud no es un tiempo de la vida sino un estado del espíritu. No ha perdido sus hábitos desde su infancia. Es un golfista con ideas revolucionarias que se sale de la manada. No se considera un integrante del rebaño de los políticamente correctos del elitista mundo del golf. Su filosofía de vida no ha cambiado ni un ápice. En una entrevista al diario AS ha admitido que ahora sólo sueña con estar en el chiringuito comiendo pescaito junto a su madre. La juventud no es una sustancia inherente a los años, se adquiere y se inserta en las venas con sangre combativa sin tenerse en cuenta la edad. Somos finitos, pero en la juventud no existen límites ni fronteras. Es un estado de ánimo y su permanencia depende de nosotros. Miguel Ángel Jiménez es el mismo de toda la vida, el hombre que no tiene que esconderse cuando se fuma un puro. Un ejemplo de juventud en la que mucho tienen que ver sus orígenes. Ya que empezó con 15 años trabajando de caddie (persona que transporta los palos) y aprovechó para jugar al golf a escondidas cuando no había nadie en el campo. Ese es el espíritu que le ha llevado al éxito. El de hacerse fuerte ante los desafíos. El de conjugar a la vez los verbos soñar y luchar para que no mengüen sus esperanzas. El de la eterna juventud. El andaluz no cuenta los días, hace que los días cuenten. El malagueño nos ha demostrado fervientemente a los más jóvenes que los años hay que llenarlos de vida y no la vida de años. Esta Ryder ya es un incunable de nuestro deporte nacional. ¡A disfrutar veinteañero!

viernes, 1 de octubre de 2010

Corresponsales AdP: Acacías Sport Club por Guillermo Lázaro

Explicarle a los lectores de Aprende del Deporte los valores que deporte en general, y el baloncesto en concreto ofrece, no será descubrirles nada: Esfuerzo, trabajo en equipo, responsabilidad, solidaridad… Así que voy a tratar de contar una iniciativa concreta que redunda aún más en todo lo positivo que nuestro deporte puede dar.

En Acacías, un pequeño Municipio del interior de Colombia, en el Departamento del Meta, realiza su labor la ONG local Acacías Sport Club que utiliza el deporte como herramienta para el desarrollo de la comunidad y el cambio social.

El Municipio ha crecido mucho en los últimos años, de una estimación de 80.000 habitantes (57.000 censados), más de 5.000 son desplazados forzosos expulsados de sus lugares de origen por el conflicto armado que vive Colombia. De un día a otro, alguno de los actores de ese conflicto (guerrilla, paramilitares o ejército) provoca que miles de personas pierdan su casa, su patrimonio y tengan que huir con lo puesto con todo lo que conlleva llegar a un sitio nuevo, sin red de apoyo, sin trabajo… Los problemas se irán sucediendo: pobreza, marginación, desempleo; y si no se rompe con esa dinámica pueden aparecer casos de delincuencia, consumos, desescolarización de los menores, embarazos adolescentes… Como en todos los conflictos, los más pequeños son las principales víctimas: El 38% de todos los desplazados en Acacías tienen entre 5 y 14 años.

El deporte no sólo proporciona un entretenimiento sano para el niño, alejándole de otros ambientes más nocivos; sino que permite ayudar a romper con ese círculo: Para poder asistir a los entrenamientos es necesario que acudan al colegio, con lo que, aparte de alcanzar una formación, le permite al niño salir de la marginación (que es ese, y no la pobreza, el principal factor de caer en el consumo y/o la delincuencia).

De los 11 grupos y 227 jugadores/as que hay en la actualidad (y con el objetivo de llegar a 70 y 750 durante 2011), con escuelas de baloncesto desde los 5 años; uno de los que más ilusión y cariño le ponen a la hora de trabajar es el de las Madres Líderes, del Programa Nacional de Familias en Acción. Señoras mayores de 40 en su mayoría, que se enfundan la camiseta para revindicar sus derechos como mujeres. Las desigualdades de género es otro de los graves problemas objeto de nuestro trabajo. Se estima, aunque la denuncia no llega casi nunca, que el 67% de las colombianas han sufrido algún tipo de maltrato (físico, psíquico o sexual). Además, la tasa de embarazo adolescente es de un 133 por 1000 (10 veces mayor que en España por ejemplo) y, la prostitución infantil (las niñas prepago) es algo desgraciadamente muy a la orden del día. El trabajo específico que hacemos en igualdad se encamina a lograr una mayor autoestima, conciencia de género e informar acerca de relaciones afectivo-sexuales.

La metodología de trabajo empleada es mediante técnicas de educación no formal, consiguiendo inculcarles a los niños y niñas los valores positivos que el baloncesto tiene, se les previene en el consumo de sustancias o proporcionar un espacio para la utilización responsable del ocio y tiempo libre, entre otros resultados. Empiezan a tomar importancia las redes sociales de Internet (Facebook principalmente) a la hora de contactar e intervenir con los chicos.

¿Y el baloncesto? Si bien no es el fin principal, no olvidamos y mimamos a la herramienta que nos permite alcanzarlo. Con materiales proporcionados con la Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto formamos a nuevos entrenadores/educadores que puedan elevar el nivel competitivo del baloncesto en el Municipio (que al comenzar a trabajar era muy bajo).

Para enero de 2011 hemos puesto el objetivo de comenzar la primera liga escolar de Acacías (algo que será novedoso en el país, pues no existen competiciones regulares para escolares), con 10 colegios participando en categorías alevín, infantil y cadete tanto masculino como femenino. Así mismo, se hará un seguimiento de todos los jugadores, con trabajo específico de tecnificación con aquellos más destacados.

En estos días estamos tratando de cerrar la financiación necesaria para poder sostener este proyecto hasta final de 2011, y estamos apelando a esa solidaridad que existe en todos los que conformamos el BA-LON-CES-TO (jugadores, entrenadores, seguidores, medios de comunicación, clubs, patrocinadores, empresas, federaciones…) para poder llevarlo a cabo con éxito.

Para conocer más en profundidad el proyecto pueden visitar la página web http://www.acaciassportclub.info/, desde la cual podrán ayudar al sostenimiento del mismo o escribirnos a info@acaciassportclub.info para informarse de otras maneras de ayudarnos.

jueves, 23 de septiembre de 2010

La figura del capitán

Hacía tiempo que tenía pendiente escribir sobre el libro Capitanes (LID Editorial, 2010), de Luis Villarejo, periodista que fue Jefe de Fútbol en la Agencia EFE, Redactor Jefe de Marca y Adjunto al Director de Comunicación del Real Madrid, además de colaborador en diferentes programas de televisión y radio y columnista de Sportyou.

A Luis, una de las personas de referencia del periodismo deportivo en nuestro país, le conocí personalmente hace un par de meses cuando a ambos nos invitaron antes del Mundial de Sudáfrica al programa Punto de mira –dirigido por Antonio Izquierdo– de Antena 3 Televisión (Canal internacional), para hablar de nuestros respectivos libros –Capitanes y Fútbol: Fenómeno de Fenómenos–, del fenómeno fútbol y de la selección española.

El libro se centra en lo que son los entresijos de la gestión de un vestuario y más concretamente en la figura del capitán como hombre de peso que ejerce de referencia y aglutinador de voluntades. En la obra participan muchos jugadores importantes de este deporte que aportan sus testimonios en primera persona. Entre otros: Cesc Fábregas, Raúl González, Fernando Torres, Diego Forlán, Andoni Zubizarreta, Emilio Butragueño, Michel o Michael Laudrup, entre otros.

El prólogo corre a cargo de Vicente Del Bosque –seleccionador nacional– y de Fernando Hierro –Director Deportivo de la RFEF–. El primero dice: “La gestión de Recursos Humanos es un factor interesante en la dirección de grupos deportivos. En mi caso, doy importancia a la sencillez, a la humildad, al buen ambiente en un vestuario. Este tipo de detalles no garantiza resultados, pero ayuda a la búsqueda del éxito. El premio está más cerca desde una atmósfera limpia que desde una convivencia donde existe un grupo de menor armonía”.

El segundo, por su parte, apunta: “La capitanía en un club de fútbol o en una selección nacional es un orgullo para todo aquel jugador que ha soñado de niño con ser profesional. El fútbol es pasión, es responsabilidad, es solidaridad, aúna voluntades y desde el liderazgo consensuado en un vestuario, los clubes y federaciones progresan en sintonía con el objetivo de cumplir sus retos deportivos y empresariales (…). La puesta en escena de un capitán implica un desgaste enorme: las funciones van desde resolver problemas domésticos dentro del vestuario, abordar situaciones de crisis con los medios de comunicación, ayudar a los más jóvenes, ejercer de psicólogo en algunos momentos, hasta elevar la moral de la plantilla. En mi época, además, vivimos un cambio espectacular en las estructuras del propio fútbol como deporte y como negocio”. Y continúa: “Un capitán representa la imagen de un equipo de jugadores, pero también la de un club o la de una selección. Por eso su papel es esencial. El día que Andoni Zubizarreta me cedió el brazalete de España me dijo: Lo siento mucho, la que te ha caído encima”. El propio Hierro sentencia: “El 80 ó 90% del esfuerzo de un capitán está dirigido a resolver situaciones de crisis”.

Pero el libro no sólo habla de la gestión de recursos humanos dentro del vestuario sino que contiene anécdotas y referencias históricas interesantes. Por ejemplo, una de las que más me ha gustado es que el brazalate es el único elemento del uniforme de la selección española que no lo fabrica la multinacional Adidas. El resto, chándal, camiseta, pantalón, medias, botas, espinilleras, gorros, guantes, calzoncillos, maletas de viaje… lleva el sello Adidas. La cinta que rodea el brazo del capitán se sigue fabricando de forma artesanal y la Federación lo sigue comprando a Deportes Cóndor, una emblemática tienda de deportes situada en la calle Conde de Peñalver 22, en el barrio de Salamanca de Madrid que pertenece a la familia Blas Pardo Ruiz desde que nació hace más de tres cuartos de siglo. Cualquier madrileño conoce esta tienda.

Muchos son los comentarios de los futbolistas que pasean por el libro de Luis Villarejo. Destaco sólo algunos:

– Santiago Cañizares: “Ser capitán tiene dos alegrías. Las mismas que la vida de un barco: el día que lo compras y el día que lo vendes. El primer partido y cuando dejas el brazalete, son los dos únicos momentos interesantes. Yo, al dejarlo, me liberé”.

– Fernando Torres: “Años después, aún guardo en mi móvil los dos mensajes que recibí tras fichar por el Liverpool. Los capitanes Steven Gerrard y Jaime Carragher me daban una cálida bienvenida. En los entrenamientos son siempre los primeros en liderar los ejercicios. Su entusiasmo es contagioso”.

– Cesc Fábregas: “Good morning, skipper [Buenos días, capitán]. Cuando los empleados del Arsenal me saludan así todas las mañanas, aún me da reparo. El Arsenal es un club grande y con historia. Y yo me siento orgulloso de ser parte de ella”.

– Emilio Butragueño: "La primera premisa del fútbol es que no todos los capitanes son líderes, sobre todo cuando es un cargo que se hereda (...). El líder debe pensar que es uno más del grupo. Sin el grupo, él no gana, por eso la humildad y la solidaridad son dos rasgos del líder. Si es egoísta, aunque sólo sea un poco, el grupo lo capta y pierde su jerarquía entre compañeros. La generosidad y el altruismo son fundamentales".

También me ha sorprendido lo que Luis Medina Cantalejo, árbitro español presente en el Mundial de Alemania 2006, dice: "El conocimiento de algo como son las reglas del juego es algo que no se prodiga mucho entre jugadores, entrenadores, y si se me permite, entre periodistas y aficionados".

El libro está formado por 16 capítulos, 2 de los cuales me han gustado especialmente. El primero es el capítulo 6 titulado: El capitán en los despachos. Comunicación con la presidencia; un tema siempre complejo para el capitán que hace de correa de transmisión entre las oficinas y el césped. El segundo es el capítulo 8 titulado: De continente a continente. De Japón al sueño africano. Siempre me ha interesado mucho cómo afectan las diferencias culturales a las relaciones personales (ver post Outliers y el Índice de Distancia al Poder). Es un capítulo el que Xavier Azcargorta habla de su paso por Bolivia, China y Japón, y de cómo la diferente cultura de cada país condiciona, por un lado, la forma de entrenar, y por otro, la forma de elegir al capitán. En las mentalidades latinas y mediterráneas el factor antigüedad pesa mucho mientras que en las anglosajonas son más partidarias del carisma y la personalidad. De ahí que podemos decir que hay capitanes que no son líderes y líderes que no son capitanes.

En definitiva, un libro imprescindible para quien le guste el fútbol y más aún para quienes les guste el balompié y la gestión de personas. El libro recoge lo que no se ve de este deporte a primera vista, lo que no se retransmite por la cámara y que sólo los protagonistas, los futbolistas, viven de primera mano.

Os dejo una pequeña vídeo-entrevista a Luis Villarejo justo después del acto de presentación del libro en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas:
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lunes, 20 de septiembre de 2010

Elogio del ariete


Según la RAE, un ariete es un delantero centro. En el fútbol de nuestros abuelos (o bisabuelos) con figuras ilustres de la talla de Isidro Lángara (quien marcó 17 goles en 12 partidos con la selección y, que además de 3 trofeos pichichi, fue máximo goleador en Argentina con San Lorenzo y en México con el Club España) o Telmo Zarra (6 trofeos pichichi consecutivos, marcando un total de 242 goles en Primera División), aquella figura del ariete se encontraba perfectamente definida en los esquemas WM reinantes: marcar muchos (muchos) goles. Tras la irrupción de los mágicos magiares, el esquema 4-2-4 ideado por Sebes situó dos delanteros más o menos paralelos con roles complementarios: Kocsis (“Cabeza de Oro”) y Puskas (“Cañoncito”). El fútbol total de Rinus Michels, debido al intercambio constante de posiciones, comenzó a difuminar la figura del ariete en los setenta y ya en los noventa, Johan Cruyff prescindió (en su primera etapa) del delantero centro en pos de un mayor control de la zona media y de una mayor ocupación de las bandas.
Y llegamos al fútbol de hoy. El Barça de Ronaldinho alineaba a Etoo, que no es precisamente un delantero centro prototípico. Posteriormente, Guardiola, en su primer año situó al camerunés en como ariete teórico, pero encargando un importante trabajo defensivo al africano y, además, permutando su posición con Messi en muchas ocasiones (El 2-6 del Bernabéu es un ejemplo). El año pasado Ibrahimovic, que sí posee las características físicas de un centro delantero, no pareció encajar de forma plena. El sueco, cuyas excelentes prestaciones se asemejan a las que Jan Koller en mayor medida que a las de un rematador a la vieja usanza, fracasó en Barcelona. Ahora Villa, parece que confirma la apuesta del Barça por ocupar ese espacio con jugadores de otro corte, aunque con excelentes resultados de cara a puerta.
En el Real Madrid el panorama es aún más complejo. Tras la salida de Van Nistelrooy (aquel holandés sí que es un delantero centro prototípico y no por ello menos extraordinario), el puesto no parece que haya vuelto a ser ocupado con garantías. Con la llegada de Mourinho, parece que la necesidad de un delantero centro se ha hecho, digamos, más patente. En su esquema 4-2-3-1 (o lo que sea), parece conveniente alinear un delantero centro rematador y rotundo. Higuaín no parece que convenza y sus números son aún discretos, aún cuando la temporada pasada fue el máximo goleador del equipo. Benzema no ha demostrado en ningún momento las inmensas capacidades que se le intuyen. Cristiano no es un delantero centro. Y no hay más.
Y el caso es que, pese a que el panorama no parece muy propicio para el ariete en nuestro país, yo conservo la esperanza de volver a ver una generación de delanteros centros como la que viví hace ya 30 años. Aquellos hombres serios, correctos, eficaces y tremendamente humanos que dominaron la liga desde el final de los setenta y hasta los primeros ochenta, además de disputarse el puesto de delantero centro con la selección nacional (conjuntamente con Rubén Cano). Me refiero a Quini (Sporting y Barça), Santillana (Real Madrid) y Satrústegui (Real Sociedad). El primero ha sido, a mi juicio, el rematador más efectivo del fútbol español de todos los tiempos. El segundo, conjuntamente con Kocsis la mejor testa de la historia. El tercero, el ariete de aquella Real bicampeona y delantero titular en España 82. Cualquiera de ellos no desentonaría como ariete en esta selección campeona del mundo. Ni mucho menos.
Ahora, sólo Fernando Llorente parece querer seguir ese camino de especialista que, sin embargo, pocos parecen asumir de forma plena. No en vano, estamos en la época de las media-puntas (que no son ni medios ni puntas). En la tercera jornada de la liga 2010-2011, Llorente encabeza la lista de goleadores. Con la selección sus actuaciones han sido muy notables... resolviendo partidos en primera y en segunda persona.
Para algunos, la figura del centro delantero clásico puede ser parte del pasado. Sin embargo, y aún cuando el juego directo es denostado por algunos, ¿qué se busca para resolver los partidos cuando vienen mal dadas? En esos momentos se recurre a los centrales como Alexanco o Piqué… de delanteros centros rematadores. Es posible que esto del fútbol no haya cambiado tanto.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Mi lectura de la lucha por las medallas en Turquía


Más allá de la tristeza provocada por nuestro papel en el campeonato, creo que este Mundial nos ha dejado algunas lecciones interesantes que no deberíamos dejar que la decepción ocultara.
Así que para ahondar en el acalorado debate de esta semana en el blog, a raíz del artículo de mi buen amigo Eduardo Schell, os voy a dar mi visión.
Del campeón poco tengo que decir. Un equipo a un alto nivel, al que sólo la España que conocemos podía haber hecho sombra, como ocurrió en el amistoso previo. Sin España, campeón seguro.

Por todos es sabido que la Federación Internacional siempre hace todo lo posible para que el país anfitrión llegue a la fase final, con el fin de lograr la mayor garantía posible de tener los pabellones llenos con el público local. En este campeonato la norma se ha cumplido y Turquía, a pesar de haber hecho un gran campeonato se terminó convirtiendo en el convidado de piedra de la final. Si bien quiero destacar el magnífico trabajo de mi buen amigo Bogdan Tanjevic, quien supo liderar con una energía y un carisma magistrales, para motivar y empujar a su equipo hasta lograr el metal.

Compartiendo el pódium nos encontramos a una Lituania, que con una buena preparación, paso de ser apabullada por España en los amistosos a remontarnos 18 puntos y a lograr una merecida medalla de bronce.

El cuarto puesto esconde a mi modo de ver a una de las perlas de este campeonato: Serbia. Un equipo muy joven, que ha hecho méritos para mucho más por su juego, por la cohesión de su equipo y por la fuerza y la gran técnica que han derrochado durante todo el mundial. Su magnífico juego me ha hecho recordar muchas veces al de la Yugoslavia de la época de oro. Me ha llenado de satisfacción ver a uno de los grandes veteranos de la cancha como es Dusan Ivkovic, dar una magistral lección de cómo dirigir un equipo, sintonizando con los jugadores, apoyándoles con el cariño de un padre pero marcando el rumbo al mismo tiempo con la firmeza de un líder nato. Tengo que reconocer que también he sentido un poco de envidia, no sé si sana, al ver que hay países que sí consideran la veteranía y la experiencia una virtud (aviso para los malpensados: no me estoy postulando para ningún puesto).

El quinto puesto fue para una selección agotada que necesita encontrar un nuevo modelo al haber perdido a su generación de oro. Aun así Argentina supo adaptarse a la situación, y jugar el partido por el quinto puesto centrados y motivados para conseguir relegarnos al tan olvidado sexto puesto.

Y en ese puesto quedó nuestra selección. Sextos. Un puesto que no recordábamos que existía hace casi una década. Sin duda un puesto que sabe a fracaso porque nuestra escuadra aspiraba al pódium por trayectoria y por la gran calidad de los jugadores que estuvieron en Turquía.

Para mí España ha girado como una moneda en el aire. Dando la cara en los amistosos previos, jugando a un gran nivel que alimentó aun más nuestras esperanzas, y desgraciadamente mostrando la cruz durante todo el campeonato, siendo un mal dibujo de la de años, o incluso días, atrás.

Yo veo una de las principales causas ha estado en la lesión de Calderón, un gran veterano en la dirección de equipos, que con su ausencia dejó un gran hueco en la cancha que el joven Ricky Rubio, simplemente por su inexperiencia ya que tiene un gran futuro, no supo llenar, pero también provocó un gran vacío de liderazgo en el vestuario que ha hecho tambalear los fundamentos de la roja.
Está claro que el equipo echó de menos a un seguro de vida como es Pau, pero esto no debe servir como excusa, y mucho menos para utilizarla públicamente durante la competición porque al hacerlo se infravalora a la excelente plantilla que sí fue a jugar, y además se mina su confianza.

Estos días muchos de vosotros me habéis preguntado sobre cuál es el futuro de nuestra selección. Yo no comparto la idea, por muchos repetida, de que esta generación ha llegado a su final. Una derrota no significa el final de un ciclo. Ya veréis como estos jugadores durante esta temporada van a ser piedras fundamentales para sus clubs. Para luchar contra las crisis y las adversidades hay que innovar y buscar soluciones nuevas, esto implicará incorporar algunos jugadores nuevos, para poco a poco evolucionar, que no tirar, el modelo de juego hasta encontrar nuestro estilo de juego.

Yo quiero transmitiros una visión de optimismo, ya que creo que el año que viene, en el Europeo de Lituania, si sabemos aprender de nuestros errores, volveremos a ver a la selección que nos hace soñar. No creo que sea época de pedir dimisiones, sino de buscar soluciones, y en eso estoy seguro que el actual presidente de la FEB acertará, a pesar de los muchos detractores que está teniendo.

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