lunes, 3 de diciembre de 2012

Video muy chulo sobre canas y ganas

La mezcla de canas (Veteranía, experiencia, equilibrio...) con las ganas (Juventud, fuerza, arrojo...) es la mezcla perfecta para un equipo.

Os dejo un vídeo muy chulo en el que el Rookie del año de 20122, Kyrie Irving nos da una buena lección, de cómo no se debe subestimar ninguna de ellas, ni las canas y las ganas.

Espero que os guste






sábado, 11 de agosto de 2012

#londres2012: Medalla de oro para el dinero


El espíritu olímpico cae permanentemente en el olvido cuando el dinero entra en escena. En esta ocasión el compartir, la comunicación y la generosidad han sido perseguidas por la policía anti wifi de British Telecom.

BT es el partner olímpico para las telecomunicaciones y ha instalado en Londres 2012 más de 1500 puntos de pago para acceder a internet. Hasta aquí muy lícito.

Pero para evitar que la gente comparta sus conexiones a internet con terceros, ha lanzado un ejercito de policías anti wifi cuyo objetivo es detectar e inhibir la “generosidad inalámbrica”.

Parece que los organizadores de los JJOO han aprendido de  Groucho Marx “Tengo unos principios, pero si no le gustan tengo otros”.

Foto de @SadaoTurner

domingo, 1 de julio de 2012

Corresponsales AdP: Previo a la final, SER vs TENER by José Carlos Carrasquet



Erich Fromm es un famoso sociólogo alemán que con un estilo simple y directo analiza las patologías producidas por la obsesión de tener, y propone priorizar una orientación al ser. 
 
Tener o ser son dos disposiciones que engloban cada una de las circunstancias que rodean a un ser humano, y si bien es cierto, que nadie está totalmente entregado a uno de estos polos, sí que en cada individuo puede identificarse cierta predilección por cada uno de ellos, así como una clara orientación general del global de la sociedad hacia el lado del tener. En general la valoración de lo que tenemos, adquiere más importancia de lo que realmente somos..
 
Estos dos modos, tener o ser, traspasan todas las esferas de la vida en sociedad, no reduciéndose a la problemática de la propiedad privada: el aprendizaje, la memoria, la conversación, la lectura, el ejercicio de la autoridad, la fe, el amor, son todas esferas en las cuales una persona puede orientarse por tener o por ser. No todo se reduce a tener objetos, a tener posesiones; se pueden tener hijos u optar por ser padres, se pueden tener amigos (miles de ellos en facebook) u optar por ser cómplice de unos pocos, se puede tener un título de nobleza, o por el contrario ser noble.
 
Cómo veis esa disyuntiva esta presente en todos los ámbitos de la sociedad, y el deporte no escapa a ello. Ahora, en plena disputa de la Eurocopa,  asisto con incredulidad al debate continúo generado por el juego de la selección española y la táctica de su entrenador.
 
España, es una selección que se ha caracterizado, al menos desde que yo tengo uso de razón, por la obsesión de TENER grandes títulos. El objetivo era conseguir algo que la hiciera referente, y que aupará al deporte rey a la más altas cotas, consiguiendo el reconocimiento de todos. Un título europeo en blanco y negro era un bagaje demasiado pobre para sacarle brillo a un palmarés.
 
En ese camino en busca de la gloria, que yo recuerde, las gestas no han sido muchas. En mi memoria está una hipnótica goleada a Malta, que ante lo insólito del hecho congregó a familias enteras ante el televisor mientras José Ángel de la Casa se desgarraba la voz cantando cada uno de los goles. O una Eurocopa con Arconada, para mi el mejor portero nunca visto, héroe y villano a la vez, que permitió ver por primera vez a mi generación, a la ahora llamada Roja en una final. O una remontada épica en dos minutos ante Yugoslavia en el Mundial de Corea, que nos ofreció la imagen de dos figuras totalmente contrapuestas en todos los sentidos, como Camacho yGuardiola abrazados en éxtasis ante lo inesperado del hecho. 
 
El resto, si mi memoria no me falla, desilusiones, eliminaciones prematuras, y el paso infranqueable de los cuartos de final. Y así, año a año, lustro a lustro, decenio a decenio la inquietud por TENER aumentaba, y la ansiedad de los combinados que se presentaban a los grandes eventos hacía que su nivel de competitividad bajara con respecto a las prestaciones habituales de los jugadores en sus equipos de origen. No había un patrón definido, no había un estilo de juega, no había una filosofía establecida. No ERAN un equipo.
 
Con la llegada de la Eurocopa del 2008, y después de desterrar por fin la “furia” como el elemento principal de identificación, se empezó a gestar una forma de interpretar el juego. Forma que poco a poco fue haciéndose petrea, y que acabó adoptando, como los buenos vinos, una denominación de origen: el ”tiki-taka”.
 
Con ese estilo, el actual seleccionador, Del Bosque, ha llevado al equipo español a cotas que muchos pensaban que ya no verían. Y a parte de la victoria en el pasadoMundial de Sudáfrica 2010, si la memoria no me falla, creo recordar que únicamente tiene dos derrotas en su palmarés. Un equipo con un sello propio, y que lo identifica en el campo. Todas las selecciones saben lo que ES este equipo.
 
Pero ahora, en un giro incomprensible, parece que no es suficiente con SER. Parece que, al igual que en otros ámbitos se ansía más el TENER. No gusta lo que se ES, y el único objetivo es volver a hacerse con el título en juego y así TENER una Copa más que haga a esta selección única, al ser la primera que encadena dos Europeos y un Mundial. Anda algo disgustado el seleccionador con todo este debate, y creo que no le falta razón.
 
Fromm pronosticaba que el ansía del TENER era la verdadera causa  de la crisis de la sociedad occidental, sus malestares y el posible camino que terminará con la vida humana en este planeta. Puede que ese sea el camino que han elegido algunos para su selección.

miércoles, 6 de junio de 2012

El deporte tampoco entiende las redes sociales


La Federación Española de Fútbol ha visto frustrado su intento de prohibir que los jugadores de la Selección pudieran utilizar las redes sociales durante la próxima Eurocopa. Igualmente le ha ocurrido a la Federación Inglesa cuyos responsables han tenido la misma brillante idea.

En ambos casos, los jugadores y el clamor popular en los propios medios sociales que han pretendido censurar, han doblado la mano de ambas organizaciones, quienes han demostrado no entender nada de la filosofía que hay detrás de la web 2.0: la conversación.

¿A qué tienen miedo? ¿No confían en sus jugadores? ¿Qué sentido tiene estas medidas cuando Telefónica, la propietaria de Tuenti, es uno de los patrocinadores de la Roja? ¿Qué lógica les ha movido a intentarlo cuando los jugadores de la Selección tienen casi tantos seguidores entre Facebook y Twitter como españoles hay (43 millones entre todos)?

El viejo paradigma del control, del que no consiguen desprenderse nuestras empresas, parece que también se encuentra muy arraigado en el mundo del deporte. En lugar de tratar de convertir en un valor ese contacto directo entre afición y jugadores, que podría dar muchísimo juego para todos, prefieren apostar por la incomunicación. En lugar de definir unas normas de comportamiento y confiar en los jugadores, eligen una postura paternalista y anacrónica para decidir por ellos.

No se le puede poner puertas al campo… ni a las redes sociales. Se ha demostrado durante el #15M o en las revueltas del norte de África. No tienen barreras, no aceptan la censura o los intentos de manipulación. Las redes sociales nos dan el poder a las personas normales, y eso no estamos dispuestos a perderlo.

Pero desgraciadamente en todas casas cuecen habas, y el Comité Olímpico ha incluido en las condiciones que acepta automáticamente cualquier persona que compre una entrada para los Juegos de Londres 2012, la prohibición explicita de subir cualquier imagen, video o audio grabado durante los eventos olímpicos a ninguna red social. ¡Increíble!

Un vano intento de proteccionismo con los fotógrafos acreditados y un inútil recurso para tratar de proteger los innumerables derechos millonarios que han vendido por doquier. Y yo me pregunto  ¿Cómo lo van a hacer? ¿Van a invertir millones en abogados y hackers para saber quien hay detrás de los miles de cuentas de Twitter anónimas? Absurdo.

Yo animo a tod@s l@s que asistáis que twiteéis todas las imágenes que podáis, que el resto las retwitearemos con vehemencia, para que de una vez por todas el viejo mundo 1.0 se dé cuenta que las redes sociales no atienden ni a prohibiciones ni a absurdos intentos de censura, y que la libertad y la conversación tienen en ellas un terreno de juego verdaderamente inexpugnable.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Corresponsales AdP: El Rey Guardiola a Muerto, ¡Viva el Rey! por José Carlos Carrasquet


El rey ha muerto, viva el rey, es un lema o grito que se emplea como expresión ritual en la sucesión de las monarquías, especialmente en el reino de Francia (Le roi est mort, vive le roi) y en la corona británica (The King is dead, long live the King).
 
Con tal lema se pretendía evitar la peligrosa situación política que se plantea en un interregno, además de servir como última ocasión de vitorear al rey fallecido y primera ocasión de hacerlo con el nuevo rey. Y desde el viernes, y viendo la rapidez con la que se sucedieron los acontecimientos, no veo otra frase que defina, aunque sea de forma metafórica, la situación actual en Can Barça.
 
Y es que mal que les pesé a algunos, el reinado de Pep en estos cuatro años ha sido indiscutible. Desde que un treintañero se presentó en el Camp Nou con la profética frase “Agárrense los cinturones, porqué tengo la sensación que nos vamos a divertir”, los súbditos culés no hemos parado de disfrutar, y porqué no decirlo, babear, ante una catarata de juego y títulos que nadie podía imaginar. Nadie pensaba, que aquel joven entrenador, sin apenas experiencia y con un simple año de bagaje en la Segunda B, iba a expandir el imperio blaugrana por el mundo, derrotando a las antiguas supremacías que reinaban hasta entonces en el planeta.

Y cual vasallos, los seguidores azulgranas nos pusimos en manos del nuevo Rey, y acatamos cualquiera de sus decisiones como buenas, sabiendo que todas ellas iban a ser tomadas en beneficio del pueblo. Decisiones valientes, como lo fueron prescindir de Ronnie y Deco sólo ocupar el cargo. Decisiones arriesgadas como fue dejar marchar a un Eto’o en plenitud goleadora. Decisiones incomprensibles, como fue el rechazo de Ibra con tan sólo un año en el equipo. Todas ellas aceptadas, y a pesar de alguna crítica surgida, todas ellas asumidas. Todo a cambio por la perpetuidad de un sistema de juego y valores que todavía hoy hacen del equipo azulgrana, a pesar de los reveses sufridos esta última semana, el mejor del mundo. El gusto por el juego de toque, el cuidado de la cantera, el mimo de las jerarquías del vestuario, las formas cuidadas en la imagen y el lenguaje, han hecho de Pep un ícono de la historia azulgrana.

Una historia, la suya, que ha sido breve. Una historia intensa, vivida al cien por cien, y que le ha llevado a vaciarse de tal forma que el final ha llegado antes de lo que muchos hubiéramos deseado. Ha sido víctima Guardiola de su propio éxito, el cual le llevó en su primera temporada a conseguir un hito nunca logrado en la historia del fútbol. La consecución de forma consecutiva de todos los títulos puestos en juego. Seis títulos, seis trofeos que se pasearon de forma gloriosa por todo el territorio culé, como muestra de la supremacía lograda.

A partir de ese momento, cualquier otro hito nunca alcanzaría los logros de ese primer año. Cualquier temporada posterior sólo podría igualar esa primera. Cualquier derrota culé sería vista como un paso atrás en un equipo que lo había ganado TODO, absolutamente TODO. Y a ello se lanzaron jugadores y técnicos. Y año tras año, con unos niveles de exigencia brutales, se asumía que el objetivo debía ser cada uno de los títulos puestos en juego. No había períodos intranscendentes, no había títulos menores, no había partidos de trámite. Y así, poco a poco, el equipo se ha ido desgastando, y con él, su máximo representante.

Han sido cuatro años no sólo de fútbol. Han sido cuatro años de sentimientos y golpes duros. La enfermedad de Abidal, la de Tito Vilanova, la lesión de Villa, los enfrentamientos con Ibra, la presión de la prensa, la tensión de los clásicos, que han sido llevados a una dimensión de intensidad y disputa no vista hasta la fecha, las tertulias nocturnas que amparándose en la oscuridad, intentaban acabar con el que veían el máximo responsable de la perdida de esplendor blanca, los fines de ciclo... Ahora sí, Hermel, ahora sí. Fin del ciclo de Pep. Estará por ver si el del Barça.

Todos hechos y causas que han dejado exhausto al Rey. Y el Rey ha abdicado. Y ha abdicado en un momento crítico. En la semana más dura que se recuerda en esos cuatro años de gloria. En la semana en la que la pérdida de dos partidos ha supuesto el decir adiós a los dos principales títulos del año. En la semana en la que se constata que esta será la peor temporada en palmarés en número de trofeos llevados a las vitrinas del Museo.

Y así ha puesto en bandeja de plata a sus detractores el argumento propicio para un último ataque. Sinceramente creo que aquí Pep se ha equivocado. No en la decisión sino en el momento de anunciarla. Tenía que haber previsto que esta situación se podía dar, y que la demora del anuncio de su final, podía verse asociada con la derrota. Y así, la lectura que asociaría su marcha con el primer periodo de derrotas del equipo, haría que sus detractores vendieran la imagen de abandonar a la institución en su peor momento.

Al resto, sólo nos quedan palabras de agradecimiento hacia su gestión, dedicación y obra. Una obra que nos ha mostrado como de bonito puede ser este deporte, y que ha llevado a la institución a cotas a las que nadie ha llegado nunca. Ahora, su sucesor, Tito Vilanova, tendrá la misión de preservarla, y desde su propio criterio volver a la conquista de los territorios perdidos en las últimas batallas. La reconquista ha empezado. Y el nuevo Rey tiene las fuerzas intactas. Larga vida al Rey.

martes, 10 de abril de 2012

Corresponsales AdP: Periodistas indignos y Periodistas Indignados de Alfonso Loiza


El corazón del periodismo se ha entristecido por los corrillos de las redacciones. Éstas parecen oficinas de funcionarios, hospitales donde los empleados se limitan a dar palabras y forma a la realidad para salvar sus vidas. “Los periodistas engordan y los periódicos adelgazan”, escribe Juan Villoro. La generación más preparada es la más aséptica, la que menos sale a la calle. Pocos son los que escuchan y muchos los que hablan. Últimamente en el periodismo deportivo se dedican a analizar para sacar las conclusiones del medio, en lugar de reflexionar para que las saquen los lectores. Ahí se supone que residía la magia de este oficio, el del tú y no el de yo. Marca y AS hablan de un Villarato y Sport y El Mundo Deportivo, de otro. La moda va para largo. El vender la mercancía sin previo paso por el filtro del sentido común es el camino. Y si al trayecto se le añade la perspectiva de las filias y fobias, mejor será el tránsito por las tripas de este abominable negocio.

Cuenta Cappa en su libro “La intimidad del fútbol” que, en el Mundial de México, Maradona envió una pelota hacia donde estaban los periodistas, en un entrenamiento, y uno de ellos se la devolvió con la mano. “¡Cómo van a hablar de fútbol estos tipos si la agarran con la manos! ¡Por Dios!”, aseveró. Quizá no le falte razón a esa espontaneidad del Pelusa. Hemos acatado con resignación la máxima de que en fútbol se hable de todo menos de fútbol. O no nos gusta mucho este bello deporte o somos unos cobardes. Pocos mencionaron el pase preciosista de Özil, pero sí su expulsión. También hubo espacio para los gestos de Cristiano, las demás tarjetas rojas o si Pepe o Mourinho dijeron filho de puta o hijo de puta. ¿Cómo no iba a haberlo? El fútbol, un juego, es así el producto mejor vendible en nuestro país. Un circo. Una especie de Gran Hermano donde prima el esperpento. Da lo mismo que participen concursantes con la historia del fútbol en su cabeza, como Xavi, o en sus pies, como Messi; los premios de las portadas se repartirán según la histeria que generen en el receptor.

No soy nadie para dar lecciones, tengo 21 años, pocos pinitos hechos en este trabajo y mil batallas por vivir. Sin embargo, creo necesario distinguir el grano de la paja y para ello rescato una aseveración del escritor de “Fútbol a sol y sombra”, Eduardo Galeano: “La vida se reduce a indignos e indignados“. Ocurre lo mismo en el periodismo deportivo. El periodista deportivo es indignado o indigno. El indigno se hace de oro a costa de ‘teorías conspiranoides’ sobre los árbitros y va con la camiseta del Barcelona o del Real Madrid adherida, no a su corazón, debemos reconocernos como humanos para ser honestos, sino a la de su pluma como acérrimo. Además, aparecen en televisión para dar gritos; viendo cómo está el panorama pronto será un signo de elegancia no salir en ella.

El indignado trata la información con rigor y se detiene para reflexionar sobre el juego. En un mundo indigno es probable que le den más palos a los indignados que a los indignos. Aún está mal visto unir la inteligencia con fútbol y mucho menos a éste con la cultura. No obstante, el indignado no ha de derrumbarse; la clave, supongo, que estará en tener fuego y pasión, en no perder el entusiasmo, una palabra preciosa que viene a significar poseer a los dioses dentro. Indica que en la travesía por el desierto no estarán solos. Tengamos ojos, poros y oídos abiertos y la conciencia despierta por la dignidad del deporte y del fútbol auténticos. En una entrevista con el subdirector del AS, Juanma Trueba, me explicó que para hacer una buena crónica había que encontrar nuestra propia voz. La voz ha de ser la del impertinente, nunca la del imprudente y siempre la del indignado. Periodismo no es un servicio, no son audiencias; es un derecho, son voces para los lectores.

Pienso como el poeta Luis García Montero que “el fútbol es lo más importante de las cosas no importantes”, pero es innegable el impacto que tiene el deporte rey en la vida de las personas y sobre todo en los jóvenes. Todos volvemos a nuestra infancia gracias a esos benditos 90 minutos. Los pequeños imitan a sus ídolos y, lamentablemente, hoy día se fomenta un mundo único para ganadores, no para luchadores y eso que, a veces, esos luchadores triunfan, como el Levante que está en Champions. Y si nos gusta tanto el fútbol es por ese encanto, por los versos escritos por el humilde rebelde desde la poesía de los sueños posibles.

El fútbol es también arma de futuro. No hay mejor ventana al mundo que la del balompié. Admito que uno de los mejores maestros que he tenido ha sido este lindo juego y mi aula más preciada para aprender de la vida sigue siendo la de este deporte. Esos niños no deberían crecer mediante la cultura del exitismo porque, un día, esos niños se harán mayores y será tarde para darse cuenta que admitir la derrota es la prueba donde se miden a los hombres. Los periodistas deportivos indignados deberían comentárselo a los indignos y a las altas esferas de la mercadotecnia de la comunicación. Por artículo o por twitter mediante 140 caracteres. Para algo deberíamos emplear estas tecnologías y no para aplaudirnos a nosotros mismos. Vivir en la histeria permanente puede traer consecuencias devastadoras.

martes, 20 de marzo de 2012

¿Todo vale a la hora de realizar los traspasos en un equipo?

Os dejo la entrevista que @EduardoSchell tuvo a bien hacerme la semana pasada en Marca sobre el final del culebrón de los traspasos realizados por los Lakers. Espero que os guste.


El traspaso de Derek Fisher y el de Luke Walton vuelve a dejar de manifiesto que los Lakers no entienden de sentimentalismos. Ya intentaron traspasar a Odom y a Gasol, dos piezas fundamentales en los éxitos recientes. ¿Es buena esta frialdad? ¿Vale todo? ¿No hay que cuidar mejor a tu producto? ¿Vale todo para triunfar? El asunto es delicado, nadie mejor que Eugenio de Andrés*, experto en gestión de Recursos Humanos, para valorar los traspasos de los Lakers y su gestión desde el punto de vista empresarial y humano. ¿Afectarán estos movimientos al vestuario amarillo?
"Partiendo de la base que en una empresa privada cualquier decisión tiene cabida para tratar de mejor los resultados de una organización, desde mi punto de vista no todas son lícitas, y es muy corto de miras el tomar determinadas decisiones buscando meramente un rédito económico o deportivo. Más, teniendo en cuenta los éxitos recientes de los Lakers desde la llegada de Pau Gasol: dos anillos y tres finales consecutivas no merecen un cambio tan radical por el mal resultado de la pasada campaña".
¿Vale todo? "Claro que no, quien dirige un equipo sin cabeza, se estrellará, y quien lo hace sin corazón se quedará solo", dice. Lo mejor es tratar de sintetizar y esquematizar el posible impacto de estos traspasos. Habla Eugenio de Andrés:
A favor de los Lakers

· No hay que tener miedo a tomar decisiones difíciles, quien no vale o no aporta al proyecto no tiene cabida en él. Quien dirige un equipo sin cabeza, se estrellará, pero quien lo hace sin corazón se quedará solo

· Acabado todo este culebrón de traspasos y fallidas operaciones, lo mejor es que los que están saben que están ahí. Al menos hasta final de año. Muchos saben que no estarán mucho tiempo y que no les queda demasiado. Saben que no tendrán muchas oportunidades más de ganar anillo. Como dijo Ron Harper en su reciente visita a MARCA, se trata de "intentar el último hurra". Un último billete para el tren del anillo. Daños colaterales al margen, el grupo tiene la posibilidad de intentar hacer algo grande.


En contra de los Lakers
· Las decisiones difíciles no se pueden dilatar en el tiempo ni se pueden filtrar al equipo, y mucho menos a la opinión pública, ya que lo que provoca reacciones muy negativas para el equipo, como ha ocurrido con Odom, quien se enfadó con motivo y buscó su salida tras el 'no traspaso de Chris Paul', o con Pau quien a pesar de apelar a su gran profesionalidad ha visto mermado su juego.

· Deben responder a un proyecto y una estrategia de futuro. Querer arreglar el largo plazo, con decisiones cortoplacistas es un error garrafal.

· Hay aspectos que deben estar por encima de los resultados económicos, como es la cultura y los valores de una organización, de un equipo. Esto lo confirmaron tanto los miembros de la Selección Española que ganaron el mundial de Japón, como una gran parte de profesionales del baloncesto a los que entrevistamos para el estudio del libro 'Basuketoboru' explicando el éxito de la selección. Los valores de un equipo son su ADN, cuando se manipula o se les da la espalda, el equipo se queda sin identidad, sin rumbo. Prescindir torpemente de Derek Fisher, jugador con un rol clave en la consecución de los últimos anillos de la NBA del club angelino y alma máter del vestuario, a priori es una decisión equivocada. El dinero no lo es todo, el vestuario, el estilo, las personas, son determinantes. Él conocía perfectamente su rol dentro del equipo, en la cancha y en el vestuario y esto será complicado de suplir. En uno de los cursos que impartimos en Tatum junto al ex seleccionador Lolo Sáinz, éste cuenta cómo reestructuró la selección, antes de ganar la medalla de plata en el europeo de París'99, manteniendo en el equipo al mítico Súper Epi para que le ayudara a crear equipo desde el vestuario.

· Al fin de cuentas lo que un líder debe buscar es que los miembros de su equipo pongan todo su capacidad al servicio del equipo, pero por muy buenos que sean los jugadores, su capacidad siempre se ve matizada por su compromiso. Es decir, no vale con ser bueno, es necesario querer hacerlo bien. Y estas decisiones de la directiva de los Lakers lanzan un complicado mensaje: Odom y su versatilidad y compromiso están fuera desde hace meses, Gasol ha sufrido una situación complicada ya que desde su 'no traspaso' hasta el cierre del mercado ha vivido en la incertidumbre de no saber qué iba a pasar con él escuchando constantes rumores y noticias de que le ponían en el mercado y ahora Fisher, el eterno capitán y líder del vestuario (además de presidente del sindicato de jugadores) está fuera. Y los que se quedan la única garantía que tienen es que saben que están hasta verano, luego nadie lo sabe a ciencia cierta.

· Cuando uno toma decisiones complicadas debe tratar de hacerlo lo mejor posible con la gente que se va, sobre todo por la gente que se queda, ya que esta va a ver en sus compañeros su futuro. Que los jugadores, de los que esperas su entrega total para ganar el campeonato, vean que en cuanto el vil dinero entra en escena tú no eres más que un peón con el que juegan a su antojo, no creo que ayude mucho. Estos comportamientos provocan que los jugadores vayan a lo suyo, que el concepto de equipo no exista. Quizás, por este tipo decisiones, la NBA sea un sitio tan individualista.
· La magia de los equipos no se construye con el talonario, lo hacen las personas. Los corazones no se inspiran con decisiones teóricamente buena sobre el papel, lo hacen cuando sientes la lealtad, los valores o la confianza en ellos mismos.
· En este sentido el comportamiento de los Lakers en los últimos meses con Pau Gasol dista mucho de ser ejemplar. En ocasiones hay que afrontar complicadas remodelaciones de los proyectos pero no se puede tener en vilo a un pilar fundamental de los éxitos recientes y a alguien tan valioso dentro y fuera de la cancha como es Pau. He añorado que un directivo de la franquicia saliera públicamente y respaldara a Gasol poniendo fin a los rumores y especulaciones de su posible traspaso. Con tanta especualción sobre su futuro es normal que alguien humano como Pau haya podido ver mermado su rendimiento. Además, situándole de una forma tan descarada en el mercado han podido depreciar su valor

jueves, 23 de febrero de 2012

Corresponsales AdP: El extraño caso de la renovación de Guardiola de José Carlos Carrasquet


Como cada año por estas fechas, y desde que Guardiola es entrenador del F.C. Barcelona, la noticia más esperada y el tema más manido, es el de su renovación. Cada mes de febrero, la historia se repite, y como en un bucle infinito las portadas y noticias de los diferentes medios se fotocopian año tras año. ¿Renovará Guardiola?

Y normalmente, cada año, una vez finalizada la vorágine de partidos que supone la disputa de las eliminatorias de la Copa del Rey, el técnico azulgrana, decide que ha llegado el momento de estampar su firma en un nuevo contrato y prorrogar su continuidad un año más. Está manera de hacer, viene cimentada, entiendo, en su conocimiento del club, y en la mala experiencia que Pep tuvo en el momento de su adiós como jugador azulgrana. Hay que recordar, que el de Santpedor, después de haber protagonizado la etapa más espectacular de la historia culé, que él mismo se ha encargado de superar como entrenador, tuvo una salida más bien triste del club que lo vio crecer.

Pero aún y así, suena raro, parece extraño, ese continuo dilema que se plantea año tras año, y que hace tener al club, jugadores y seguidores en ascuas, preguntándose si la ansiada firma de Pep llegará. Y digo que es extraño, porque en este mundo cambiante que nos ha tocado vivir, una de las aspiraciones que buscan la mayoría de los humanos es la estabilidad. Ante la disyuntiva entre un contrato fijo, o uno temporal renovable año tras año, la mayoría, por no decir el noventa y nueve por ciento de las personas elegirían la primera opción.

Pero Guardiola no. Guardiola duda, y la pregunta es el origen de esa indecisión. Normalmente la duda se origina a partir de un pensamiento negativo. El “no” poder enfrentarse a un objetivo con el pleno convencimiento de su consecución nos genera dudas en cuanto a las posibilidades de llevarlo a cabo. Es por tanto evidente, que algo no cuadra en la cabeza del técnico azulgrana. Aparentemente el hecho de que una persona deba enfrentarse a una dificultad es un perjuicio, y ahí podría radicar una de las causas de esa demora. Guardiola entrevé una dificultad que entiende que no puede superar.

¿Pero cuál es esa dificultad? ¿Los jugadores? El técnico azulgrana se encuentra rodeado de jugadores que le aprecian, y que no paran de enviar mensajes abogando por su continuidad. Pep, cogió un grupo derrotado, y sumido en el caos, y lo llevó en menos de un año a las más altas cotas del universo futbolístico, alcanzando logros sin igual en la historia de este deporte. Título a título, temporada a temporada, los jugadores supervivientes a las altas exigencias del técnico, han crecido tanto de forma individual como colectivo. No es de extrañar por tanto, la veneración que éstos profesan por su técnico. Veteranos, que no desean vivir otra era de desastres en los últimos años de su carrera, y jóvenes, que ven cómo la filosofía de cantera del técnico les abre las puertas de un vestuario, que no hace muchos años les estaba vetada.

¿La exigencia de la afición? Si bien es cierto que en el fútbol, el pasado no existe, y que la historia se escribe casi partido a partido, también lo es, que la afición azulgrana suele ser bastante complaciente con aquellos que le han dado triunfos. Y así, ahora el crédito que Guardiola se ha ganado después de tres años increíbles en casi infinito. Y a pesar de algunas voces discordantes, que abogan por la magnificencia de la plantilla como la clave del éxito, en su mayoría el socio y aficionado culé, ve a Pep y su equipo técnico como las claves de un cambio de mentalidad en el habitual pesimismo de la entidad.

¿Será el entorno del club? Es de todos conocido el “feeling” que mantenían Laporta yGuardiola, en la anterior etapa presidencial. Etapa que no hace falta recordar como finalizó, y que mantiene aún vigente un proceso judicial contra el expresidentes azulgrana por los abusos económicos durante su gestión. Proceso judicial ante el que Pep se ha postulado de forma totalmente transparente haciendo ver su desacuerdo por las medidas tomadas por la actual junta. Pero también es cierto que ésta, ha puesto todas las facilidades posibles para que el cuerpo técnico se encuentre cómodo en sus funciones, y ha realizado todas las gestiones que éste ha requerido, tanto en forma de fichajes (Cesc y Aléxis), como de bajas (Ibrahimoviccomo caso más sonado).

Analizado así, pocas son las dudas que Pep debería tener. Teniendo a su lado, a directiva, equipo y afición, casi se podría decir que tiene comiendo en su mano a la totalidad de los estamentos que sostienen el club.

Y aquí, debería tener Guardiola presente, que él a su vez, también ha crecido al albor de la grandeza del club. Club que le ha permitido hacer y deshacer a su antojo. Club que le ha dado todo lo necesario para desarrollar su trabajo. Club que necesita, una planificación conforme a su grandeza, y que no puede quedar continuamente a las expensas de una única persona. Debe ser Guardiola, el primero en entender, como hombre de club que es, que esta continua exposición a los medios, es un arma más de presión, que se suma a la que ya tiene como técnico del equipo más laureado del momento.

Por otro lado, estamos presenciando la primera temporada, en la que el equipo no ha rendido como en las precedentes. Y mereciéndolo o no, se encuentra muy distanciado del liderato. Tan distanciado, que hace casi imposible la reedición del título de Liga. Una visión simplista de la situación, podría dar a entender que cual capitán del Concordia, el máximo representante de la nave se baja en el momento que más se le necesita. Ese también debería ser un planteamiento que Pep se debería hacer en el momento de tomar su decisión.

Decisión, que si tanto se demora, será porque está más cerca del “si” que de la negación. Aunque es su defensa, os dejo una frase de Henry Ford, que resume la actual situación:

“Tanto si piensas que puedes como si piensas que no puedes... estás en lo cierto.”

miércoles, 4 de enero de 2012

NBA: ¿Qué equipo, quinteto y jugador es el mejor de la historia?

¿Quién es el mejor jugador de todos los tiempos? ¿Y el mejor equipo? ¿Por puestos? 2K, la empresa de videojuegos creadora de la saga NBA2K, ha lanzado un interesantísimo debate al que nos sumamos desde aquí unos cuantos periodistas y analistas de baloncesto. Mucha opinión y debate. Cada uno con sus argumentos. Vosotros también podéis dar vuestra opinión y ganar una consola Xbox 360 en www.twitter.com/2kspain

Daniel Senovilla Redactor de NBA en Marca.com


Mejor Jugador: Michael Jordan. Los chavales de mi generación crecimos con un importante deficit de horas de sueño por quedarnos a ver las exhibiciones de este señor. Fue capaz de convertir a un equipo 'mediocre' en la referencia de los últimos veinte años. Será recordado por grandes momentos como el partido que jugó con fiebre, la famosa jugada de la final contra los Jazz, el mate 'Air', será por jugadas... Un jugador que vuelve a la competición después de retirarse y es una referencia de nuevo, es sin duda el mejor.

Mejor Equipo Ideal: Los Lakers de los 80. Puede que hubiera otros equipos mejores, más técnicos, con más títulos... pero lo que representan para el baloncesto los Lakers de Magic no lo ha conseguido nadie. Era una forma de entender el juego, y el entorno, totalmente diferente. Showtime, espectáculo puro. No sólo consistía en ganar, sino también en entretener a la gente... y encima ganaban. Todo ello gracias a uno de los grandes de la historia; Earvin "Magic" Johnson. Un equipo que hizo sombra a Bird, a Erving... un equipazo.
Base - John Stockton veía el baloncesto como pocos bases lo han visto nunca. Era capaz de lograr pases imposibles. Sus compañeros eran infinitamente mejor con él en pista. Malone no hubiera sido tan grande, de no haber tenido en su equipo a Stockton. Tiene el récord de asistencias y robos de la NBA y lo único que se le puede echar en cara es no haber conseguido el anillo. Pese a su físico, muy lejos de lo que se le pide a un jugador de baloncesto, fue capaz de superar con su visión de juego a rivales más dotados que él.
Escolta - Jordan. ¿Cómo no iba a estar en mi quinteto ideal el mejor jugador de la historia de este deporte? Michael Jordan lo hacia todo, y todo bien. Gracias a él el baloncesto se convirtió en el deporte de moda en medio mundo. Todo lo que hace Jordan sigue siendo relevante para los seguidores del deporte de la canasta.

Alero - Kobe Bryant. Para mí es el sucesor del mejor jugador de todos los tiempos y por eso le 'cuelo' de alero. Me gustaría destacar su adaptación en los últimos años en los que su físico ha ido empeorando. La edad parece no haberle pasado factura y sigue siendo un jugador determinante, aunque ha tenido que cambiar su juego para desgastarse menos. Ha sido capaz de reconstruir a los Lakers las veces que ha hecho falta, con los compañeros que le han asignado. Esta temporada tiene el reto de volver a hacerlo sin Phil Jackson, pero con un equipo con muchas ganas de ganar tras el desastre del año pasado.

Ala-Pívot - Kareem Abdul Jabbar. El 'inventor' del skyhook', o uno de los ganchos más míticos. Campeón de seis anillos, seis veces MVP, dos veces MVP de las finales. Referencia interior de los Lakers de los 80. Capaz de jugar en equipo y de fabricarse el solito jugadas. Imparable desde la media distancia.

Pívot -
Me ha costado decidirme mucho por el pívot, por culpa de auténticas leyendas como Robinson, O'Neal, Duncan... pero creo que Hakeem se lo merece. Capaz de llegar desde Nigeria y convertirse en una referencia, siendo número 1 del draft y pudiendo con ese peso añadido. Ganó dos títulos seguidos con los Rockets. Gran defensor y taponador, pero también muy capaz en el ataque. Robinson aún tiene pesadillas con él.

Eduardo Schell. Marca, www.marca.com/nba y aprendedeldeporte.com
Mejor Jugador
La lista de posibles aspirantes es eterna. Desde Wilt Chamberlain a Michael Jordan pasando por el Dr.J a Magic Johnson. Larry Bird dijo eso de Dios disfrazado de jugador de baloncesto, y tendría que apostar por Jordan, un ganador enfermizo que hasta siendo cuarentón nos regaló un 'encore' en Washington, pero Magic siempre ha sido mi debilidad. Un base en el cuerpo de un pívot, fantasía e imaginación al poder con esa eterna y deslumbrante sonrisa y la mirada que nunca acompañaba al balón en los pases. Y lo más importante: siempre hizo mejores a los que le rodearon.
Mejor Equipo Los Lakers del Showtime. Los números dirían que son los Bulls del 72-10 con Jordan, Pippen , Kukoc, Rodman y compañía, pero me quedo con los Lakers de los ochenta: pura 'magia', diversión, fantasía y los grandes culpables de que me enganchara a la NBA. Magic, Scott, Worthy, A.C.Green, Kareem, Michael Cooper, la venganza del Memorial Day Massacre en el Boston Garden, el 'back to back', las órdenes y el fino estilismo de Pat Riley... ¡Si hasta Kurt Rambis parecía bueno!

Mejor Equipo Ideal
Base – Magic Johnson. Poco más que aportar a lo dicho. Lloré el dia que anunció que dejaba el baloncesto al contraer el virus del VIH.
Escolta - Michael Jordan. El dia que se retiró por primera vez, no recuerdo qué medio titulo 'EL baloncesto pierde la cuarta dimensión'. Muy de acuerdo
Alero – Larry Bird. Letal desde el triple y frio como un tempano de hielo. Anotador compulsivo, un líder como pocos-
Ala-Pívot – Kareem Abdul Jabbar. El máximo anotador de la historia de la NBA, el inventor del Skyhook, imparable en la zona. Además, un grandísimo actor.
Pívot – Wilt Chamberlain. El hombre de los 100 puntos que pulverizó todo tipo de registros estadísticos. Una máquina que cambió el baloncesto. Su suplente sería Bill Russell.

JOSÉ LUIS MARTÍNEZ DIARIO MARCA
Mejor Jugador: Michael Jordan. Nunca nadie ha marcado las diferencias de forma tan apabullante como él, ni ha sido tan decisivo en los momentos de la verdad y dominando todas las facetas del juego. Gran defensor, anotador, recuperador de balones, asistente, trabajador incansable... Un líder con mayúsculas, con una clase inigualable. Un modelo como jugador y como persona.

Mejor Equipo: Los Lakers del Showtime. Al margen de su estilo de juego brillante, era un equipo que transmitía al espectador. Te podía caer mejor o peor, pero era incuestionable que transmitía. Magic, Worthy, Jabbar, A.C. Green, Byron Scott... y Pat Riley. Todo el que les haya visto jugar al menos una vez en su vida, ya nunca lo olvidará.

Mejor Equipo Ideal
Base – Magic Johnson: Fue el primer base moderno de la historia, gracias a sus 2,05 m. y a su increíble manejo de balón y polivalencia. Podía jugar de base, de escolta, de alero o de ala-pívot sin que su equipo se resintiera. Su visión de juego, superlativa, sólo era comparable a su altruismo a la hora de buscar a sus compañeros para pasarles el balón. Sus asistencias sin mirar o de espaldas y su catálogo de pases inverosímiles le convirtieron en un jugador único. No se ha visto otro igual como él.

Escolta -Michael Jordan:
Por lo expuesto unas líneas más arriba. El más grande de todos los tiempos. Merecía la pena ver cualquier partido de los Bulls a cualquier hora de la madrugada sólo por verle a él. Un jugador que imantaba al aficionado y deslumbraba a los rivales.

Alero – Larry Bird:
Pocas veces un jugador ha sido tan determinante sin tener las cualidades típicas que suelen adornar a un jugador profesional de ese nivel. Bird no era rápido, apenas saltaba y era blanco en una Liga dominada por negros, pero con su extraordinaria inteligencia sacó un partido inigualable a sus 2,06 n. Anotador impenitente, su muñeca era un primor y pese a no ser el más veloz del mundo, no se le podía dar medio metro. Además, defendía bien, ayudaba al rebote e inventaba jugadas a su medida. Maestro en crear espacios para poder sacar su tiro. Su visión del juego era excelente y su conocimiento del mismo, soberbia.

Ala-Pívot – Tim Duncan
: Ver danzar al jugador de los Spurs en las inmediaciones de la zona es un regalo para los ojos. Sus movimientos de pies, sus fintas, sus reversos y sus medio ganchos con ambas manos denotaban una clase superlativa, una calidad de un fuera de serie. Parecía que siempre hacía lo mismos, movimientos, pero casi nadie fue capaz de pararle. Además, reboteaba como el que más y, por supuesto, intimidaba en defensa. Los Spurs crearon una dinastía en torno a él. Además, su temperamento fuera y dentro de la cancha, su actitud y su deportividad le han encumbrado como uno de los mejores en su puesto. Para mí, el mejor.

Pívot – Wilt Chamberlain.
Marcó una época en la NBA. Ningún pívot, de los que vinieron después, ni siquiera el Shaquille O'Neal de sus primeros años, marcó tantas diferencias como él. Era, sencillamente insuperable para sus rivales, que se veían incapaces de frenarle. Su demoledor físico, unido a su estatura, le hacían inaccesible para el resto de pívots 'mortales'. Era habitual que acabase muchos partidos con más de 30 puntos y más de 25 rebotes. Ejerció un dominio estratosférico en su época.

Nacho Duque Marca
Mejor jugador. Michael Jordan. Por ser sencillamente imparable. El deportista más grande de todos los tiempos. Trascendió más allá de las canchas y elevó al baloncesto a cotas hasta entonces inimaginables. La NBA no sería lo que es si él no hubiera existido.

Mejor equipo. Los Lakers del Showtime. Por hacer el juego más atractivo sobre una cancha de baloncesto, por tener a jugadores geniales, por enganchar al baloncesto a toda una generación de jóvenes... y por ganar tres anillos en una época en la que Boston también era muy grande.

Mejor equipo ideal. Magic Johnson-Michael Jordan-Larry Bird-Tim Duncan-Wilt Chamberlain.
Base. Magic Johnson. La imaginación hecha baloncesto: pases sin mirar, asistencias en bote desde 15 metros, generosidad y sonrisas por doquier. El primer base alto de la historia, pero podría haber sido escolta, alero o ala-pívot. El mejor... de no existir Jordan.

Escolta Michael Jordan. El jugador más determinante sobre una cancha de baloncesto. La mejor combinación posible entre un físico portentoso y un talento inagotable que le permitió jugar al máximo nivel después de retirarse dos veces y haber pasado los 40. Sus anillos, sus tiros inolvidables y sus partidos por encima de 40 puntos son sólo el principio de todo lo que hizo por el baloncesto.

Alero Larry Bird. Recursos inagotables en un jugadorazo con apariencia de oficinista. Una muñeca letal, infinidad de movimientos al poste bajo, gran capacidad reboteadora, excelente visión de juego y sangre fría en los momentos decisivos.

Ala-pívot Tim Duncan. Jugador infravalorado por no ser demasiado mediático. El mejor ejemplo de cómo un jugador puede cambiar el rumbo de una franquicia. Sus movimientos en la pintura y su tiro a tablero ya forman parte de la historia del baloncesto.

Pívot Wilt Chamberlain. Aquí podría estar Bill Russell en vez de él, pero el hombre récord de la NBA no podía faltar en el mejor quinteto. Un físico de otra era que obligó a cambiar el reglamento de la Liga. Anotar 100 puntos en un partido, promediar más de 50 en una temporada y coger más de 27 rebotes por partido debería servir para estar aquí.

Miguel Martin Talavera - RADIO MARCA

Mejor Jugador - Magic Johnson....nuncá imaginé que un jugador de mas de dos metros se moviera como una bailarina!!! Hacia mejor a sus compañeros y siempre sonriendo..... Un líder con mayúsculas, magia que llevó al baloncesto a otra dimensión de juego, pero también de espectáculo!!

Mejor Equipo - Chicago Bulls, ganar tantos anillos y con tanta contundencia solo lo hace un equipo de ensueño y con unos papeles dentro del grupo mu definidos, donde todos sabían lo que tenian que hacer, y con el mismo objetivo de grupo.

Mejor Equipo Ideal
Base – Magic Johnson, manejaba el "tempo" del partido como nadie. Si tenia que anotar lo hacía, si tenía que asistir lo hacía.....hacía lo mejor para su equipo y en el momento preciso. Y lo hacía espectacular, con clase.


Escolta- Michael Jordan....todo lo que he dicho de Magic, sirve para él, pero la diferencia es que Jordan lo hacía a muchos metros de altura. El mejor en el aire. Espectacular

Alero Larry Bird. Nunca vi a nadie anotar de una forma tan fácil, paracía que no le costaba. Todo talento, sin un físico descomunal pero con una clase para el tiro nunca vista.

Ala-Pívot - Wilt Chamberlain, poderoso, un anotador con mayúsculas. Hacer puntos de todas las formas (menos de tiros libres) no era difícil para él, hasta hacer 100 en un partido!!!

Pívot Abdul Jabbar...un pivot muy completo, con unos movimientos no vistos antes para un tipo de su tamaño, que dejó para la historia del basket su mítico "Sky Hook"

David Sardinero. Marca TV
Lo reconozco. No voy a ser original. No es la mejor forma de empezar un artículo, pero entiendo que sí la necesaria en este caso. Por degracia no tuve la oportunidad de disfrutar en su plenitud de Wilt Chamberlain, Bill Russell e incluso Larry Bird o Magic Johnson; por suerte, Jordan sí aparece en mis primeros recuerdos baloncestísticos. Y para mí, ha sido el mejor.
Por lo que hizo y por lo que provocó. Porque creó un modelo, un estandar de juego y de comportamiento que todos han querido imitar. Porque consiguió que estrellas eternas posteriores como Kobe Bryant o LeBron James se vean sometidos a la losa de la comparación y porque hizo que el mejor equipo de la historia ganase 72 partidos. Y de paso, hizo que un niño de diez años se enamorase de este deporte.

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